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Jennie estaba con su cadera recargada en una encimera de la cocina, con un vaso de shot en una mano, analizándolo meticulosamente, lo movía en círculos, lo miraba desde la base, a cada lado, intentaba verterlo sobre su mano pero antes de que el líquido se derramara, lo regresaba a su posición anterior; estaba completamente ida, eso tardaría en pasarse y al día siguiente el dolor de cabeza no le dejaría ni respirar.

Su extraño universo terminó cuando vio a JiSoo llenar el umbral de la entrada, recargándose con los brazos cruzados, ya sin abrigo, con tres botones deshechos que dejaban ver gran parte de su blanquecino pecho y le daban buen ángulo a sus clavículas, si Jennie no tuviera ciertas normas morales al beber ya se la estaría follando contra la encimera, se veía demasiado sexy a sus ojos, y el pantalón negro ajustado que acompañaba su camisa y el brillo debido al sudor en su cuello no ayudaban en lo absoluto, añadiendo a eso el aura de molestia que le rodeaba, Jennie sonrió juguetona al verla, haciendo que el aura de superioridad de JiSoo cayese a sus pies.

"Te llevaré a casa." Le dijo en un tono tranquilo, casi dulce, como si no se acabara de pelear con su hermano por esa hermosa (y borracha) persona que tenía enfrente.

La castaña, por su parte, tampoco es que se viese casual a ojos ajenos, estaba despeinada, acomodando su escote, echando su cabello hacia atrás y lo peor, se le estaba acercando peligrosamente a JiSoo, aún borracha, podía mantener un semblante que podía poner nerviosa a la inquebrantable seriedad de la mayor. Le encantaba hacer eso con JiSoo, casi sentía un deja vu de aquellos días de hace siete años en París.

Cuando apenas había empezado a salir con la presidenta de la clase E de segundo año, a escondidas de todo el mundo, viéndose en el salón de artes durante dos años hasta que JiSoo entró a la universidad. Aquella época, con ellas en casa de la pelinegra cuando sus padres no estaban, con sus piernas enredadas pensando que el tener tantas ansias de tener sexo con alguien las hacia estar locamente enamoradas, eran ingenuas.

Y lo seguían siendo, pero ahora, tenían razones.

Jennie, que aún con tacones no lograba estar más alta que su mayor que igual vestía unos, intentó acercarse y darle un beso en los labios.

Pero JiSoo la tomó de los hombros y la alejó al instante, con cuidado de no hacer tanta fuerza como para tirarla al suelo, estaba molesta, más no podía hacerle daño a Jennie.

"Vámonos". Dijo sin más y apartó la mirada.

En la comisura de los labios de Jennie se notaba su labial arruinado, con otro tono que no era ni de la misma castaña, JiSoo ya se esperaba esto, era Jennie después de todo.

Lo último que logró poner su sangre a hervir fue una mancha de labial en el cuello de Jennie que por mera casualidad notó, ¿A tanto había llegado?, JiSoo no se había sentido tan furiosa en un buen tiempo hasta que vio esa marca, debería ser de ella, no de alguien más.

Ya en el auto, JiSoo le abrió la puerta a Jennie y con cuidado la depositó en el asiento, la había abrazado por el hombro todo el camino, la ebriedad de Jennie no le permitía mucho movimiento propio, y lo que les quedaba ahora era un largo camino de regreso a casa, JiSoo casi predecía que Jennie sería la que tendría el peor estado al final, por eso decidió beber casi nada, ya bebería whisky sola en su casa después de dejar a la castaña.

JiSoo se subió en el asiento del piloto,  le puso el cinturón a su contraria y a sí misma y arrancó, las calles estaban casi completamente solas con alguna que otra excepción.

"JiSoo". Rompió el silencio la castaña de repente, su rostro era cubierto por las luces de los autos que pasaban ahora que estaban en una zona más concurrida, se veía tan tranquila.

"¿Hm?".

"¿Por qué no me dejaste besarte?". Preguntó, arrastrando las palabras por su ebriedad.

El ruido del auto y el caucho fue lo único que pudo ser oído durante unos segundos.

"Estuviste con alguien más". Confesó a secas.

Jennie bajó la mirada y acomodó mejor sobre sus hombros el saco de JiSoo, se lo había prestado más temprano al ser la única que tenía los brazos y cuello al descubierto.

"Lo siento".

"Da igual".

Pero claro que no daba igual, JiSoo estaba a punto de llorar, no se lo permitió a si misma para no mostrar vulnerabilidad frente a la castaña, pero estaba dolida, no entendía porque el estar con Jennie le hacía sentirse tan indefensa.

Sentía que el riesgo que tomaba al volver con Jennie era en vano, Jennie nunca dejaría de ser ella misma, JiSoo no sabía si estaba preparada para que le rompieran el corazón otra vez, mucho menos para que lo hiciera la misma persona, no sabía qué era lo correcto.

"¿Cuándo te irás a California?". Inquirió entre el silencio la pelinegra, queriendo cambiar el tema.

"No da igual JiSoo".

El agarre al volante de la mayor aumentó, sus nudillos estaban blancos, creía que ese tema se iba a quedar así, pero Jennie quería aclarar todo desde ya.

"No me entiendo algunas veces ¿Sabes?, daba por concluida nuestra historia, creí que con pensar en pasar página ya estaba todo bien entre ambas, creía que con dejarte aquí, al no verte, todo estaría bien, yo estaría bien, tu estarías bien... Creí que ninguna estaría afectada y aquí me tienes, llorando en tu auto borracha y sin saber que demonios hice ahí adentro". Soltó finalmente la castaña antes de enterrar su rostro entre sus manos, rompiéndose finalmente y derrumbando todas las barreras que había impuesto entre JiSoo y ella.

JiSoo guardó silencio de nuevo, se relajó, estaban ya en la cuidad donde ambas vivían, sus rostros permanecían iluminados con las luces de las calles.

"¿Puedes quedarte conmigo esta noche?". Inquirió la pelinegra dándole una mirada rápida y, bruscamente, con el dorso de su mano apartó una lágrima silenciosa que estaba en su mejilla, sin que la mujer a su lado se diese cuenta.

"Da igual".















Hello.

It's me.

La jota.

Perdón si este fic avanza lento pero es que así escribo yo chama, meper donaz¿

Aparte mi escuela está en descanso de actividades presenciales y nos están mandando todo por internet  (bcs escuela privada, pta vida), y eso es tiempo libre para mí. (Ya saben, por la pandemia, cuídense mucho mis cielas). 

La verdad ahorita tengo demasiada tarea pendiente, así que dije, "Qué mejor momento para no hacerla", so here we are.

Espero les haya gustado tanto como a mi me gustó escribirlo, nos vemos en el infierno, lávense las manos seguido, eviten lugares concurridos y no crean en los onvrez. c:

En fin, hasta la próxima.

Paris | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora