"Ven aquí".
JiSoo le estaba llamando desde su cama, de nuevo, como casi todas las noches, Jennie se quedaría a dormir en casa de la pelinegra.
"Tengo que salir a comprar algunas cosas antes de que se haga más tarde, puedes dormir mientras regreso, no tardaré nada". La pelinegra hizo un puchero mientras veía a su ahora novia tomar un cambio de ropa antes de salir rumbo a la habitación de huéspedes, recién había recordado que se había quedado sin pasta de dientes y eso para Jennie Kim era algo inaceptable, incluso si ya estaba arreglada para dormir era capaz de cambiarse de nuevo sólo por eso, y era justo lo que estaba por hacer.
"¿Te vas a cambiar en la otra habitación otra vez?, me parece una falta de respeto que no me dejes disfrutar la vista".
Las mejillas de Jennie se tiñeron de carmesí ante ese coqueteo.
"No es como si no te hubiera visto desnuda antes sabes". Siguió y se levantó de la cama para estirarse, soltando un ligero quejido al sentir sus hombros destensarse, estaba dándole la espalda a Jennie y la luz fría de la enorme ventana creaba un contorno hermoso de su cuerpo a través de la blusa blanca de tela delgada que la pelinegra usaba de pijama, no dejando nada a la imaginación por supuesto.
Jennie se había quedado ahí parada en su pijama de ositos admirando a la diosa que tenía como novia, no podía creer que cualquier cosa o pose que JiSoo hacía volvía a la mujer en algo tan sublime como una pintura renacentista, era hermosa por donde la miraras, y una perfecta musa para cualquier afortunado artista.
"¿Qué hay afuera?". Preguntó inocente mirando hacia la ventana y hacia Jennie varias veces al notar a la menor con la mirada perdida en el horizonte.
Si es que el horizonte podía ser el hermoso cuerpo de su novia, claro está.
"Ah... Nada, no es nada". Dijo y tomó sus cosas yendo rumbo a la puerta.
Pasos rápidos se oyeron detrás de ella, persiguiéndola, y en cuanto pudo tocar la perilla, JiSoo le había tomado con fuerza de los hombros y la había girado hacia ella, acorralándola y dejándola sin aliento cuando su espalda había tocado la fría madera de esta.
Sin decir una palabra, la pelinegra, con los ojos fijos en los labios de la castaña, besó a la menor, sabiendo ya cómo hacerlo y sintiéndose una experta en el par de labios que ahora mordía y succionaba con una habilidad erótica, ella sabía cómo volver loca a una mujer, la ausencia de Jennie le había dado tiempo de explorar todo ese mundo al contrarionde cuando apenas habían empezado su pasada relación y Jennie era la más experimentada, parecía que con el tiempo se habían intercambiado los papeles, y ahora JiSoo usaría esa experiencia en su contra sin siquiera haberle pedido permiso antes a la castaña.
Jennie empezó a sentirse sin aliento, tomó a JiSoo de los hombros y la apartó apenas unos centímetros con la poca fuerza que tenía, su parte baja pronto empezó a palpitar descontrolada y una incomodidad se abrió paso entre sus piernas, necesitaba fricción, estaba atónita ante el poder que tenían un simple beso y algunos roces de JiSoo sobre ella, su respiración era pesada y se sentía completamente perdida tras todas las sensaciones que le habían invadido en tan poco tiempo.
JiSoo, sin darle tiempo a Jennie de considerar algo más, le tomó del rostro y le besó con fervor, siendo correspondida al instante, sus manos acariciaron su espalda por debajo de la tela de su camiseta mientras que Jennie se aferraba con fuerza al cuello de su mayor, no queriendo dejar ir todo lo que estaba sintiendo.
Una de las piernas de JiSoo se coló en medio de las de la castaña, haciendo que esta gima en la boca de su mayor, moviendo sus caderas sobre esta de manera discreta pero necesitada, JiSoo sonrió en medio del beso y se separó de Jennie por un instante.

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Paris | Jensoo
FanfictionPara cualquier persona le puede ser demasiado fácil equivocarse durante sus años de adolescente, y Jennie Kim no se salva de este caso en particular. Siete años han pasado desde que dejó a su primer y único amor verdadero en París, ante una hórrida...