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"Ella no quiere verme Señor Kim". Dijo y bajó su taza a la pequeña mesita frente al sofá.

El hombre le miró desde la cocina, evidentemente triste y decaído por su hija.

"Siempre he creído que el amor que ustedes se tenían era distinto" Habló haciendo algunas pausas mientras andaba hacia la sala a tomar asiento también. "No era como lo juvenil que veía por ahí cuando joven, era algo difícil de explicar".

JiSoo estaba totalmente atenta a las palabras de aquel hombre, cada visita con el Señor Kim era una nueva manera para apreciar la vida una vez que se cruzaba la puerta de salida, era un hombre y padre muy sabio.

"Cada vez que Jennie se iba a verte iba seria, y de repente se reía al leer un mensaje tuyo o al recordar algo sobre ustedes, siempre me lo contaba, sonriendo. Estaba completamente perdida por ti, y le aterraba eso de cierta forma, pero nunca lo mostraba".

"Siempre noté eso en ella". Él asintió.

"La primera vez que viniste a esta casa y te quedaste a cenar, cuando se sentaron en este mismo sofá mientras preparaba la cena, tú le preguntaste sobre su pasado". Bajó la mirada. "Eso me hizo ponerme alerta al principio, pero cuando te contó sobre su madre y te lanzaste a abrazarla  sin que te importara que yo estuviera presente, o que pareciera que ese problema era poco para lo que otras personas pasan, me di cuenta de que eras tú, JiSoo".

La pelinegra frunció el ceño ligeramente, esperando más palabras de ese hombre.

"Nunca quisiste saber su pasado para saber cómo dañarla, lo hiciste para saber cómo amarla". Y ahí estaba de nuevo, JiSoo dándose cuenta repentinamente de cosas que nunca había contemplado antes.

"Que mi hija haya vuelto me llena de alegría, y sus motivos aún más". Le sonrió a la pelinegra. "Cuídala bien JiSoo, no quiero morir y saber que mi hija es infeliz". Habló.

No, esa no era su forma de exigirle que se casara con ella para hacerlo feliz a él y sólo a él. Tampoco era obligar a la pelinegra a hacer algo que no quería. Eran simplemente palabras honestas, con el propio significado que él les daba para poderlo trasmitir a JiSoo, le estaba pidiendo que cuidara lo único que le quedaba y que más apreciaba: su única hija, y él sabía que JiSoo la amaba; reconocía que JiSoo era capaz de protegerla como lo había hecho en el pasado, porque sabía que aunque solo quedaran cenizas de lo que fue un hermoso amor, habían suficientes razones para crear un fuego fatuo. Sabía que su historia no iba a terminar así, pero tristemente también sabía que no vería el final como le gustaría poder, maldecía al tiempo incesantemente por hacerle esto, pero también agradecía todo lo vivido.

Pasaron minutos casi efímeros, y finalmente JiSoo levantó la mirada, le vio a los ojos y asintió.

A pesar de sus palabras, a pesar del tiempo, la distancia, el daño, estaban destinadas, pasarían muchas cosas para que todo se diera apropiadamente, pero pasaría, aunque ambas fuesen ciegas de todo lo que sentían.

Despues de hablar sobre más cosas y despedirse salió, y tan solo después de eso la alcanzó su guardaespaldas para guiarla hasta su auto, ahí estaba WheeIn con todo su horario para ese día, reorganizando cosas y concentrada en no dejar nada sin cubrir, JiSoo prefirió no distraerla mientras le dedicaba toda su atención al callado recorrido, pensando sobre su vida.

Pasaron por una calle llena de tiendas, Jennie estaba en una de ellas, de espaldas a ella, sin saber siquiera que había pasado como una estrella fugaz en su auto negro. Francia estaba lleno de coincidencias cuando la castaña estaba libre por sus calles, siempre terminaban encontrándose sin intención.

Decidió tomar un largo descanso del modelaje en un par de días, lo discutió con WheeIn en el recorrido y esta al final, después de algunas llamadas y mensajes de texto, le dio la buena noticia de que era posible, la navidad se acercaba a cada agigantado paso que daba Septiembre llendo casi a la mitad, tal vez tendría un mes y algo más si lograba que su jefe le tuviera piedad después de haber trabajado tantos años en su agencia, y aparte de eso las vacacionesnpor todas las festividades que venían después.

Suspiró y dejó al aire acariciar su rostro con los ojos cerrados, sintiendo, pero pensando en qué haría para no alejarse de la castaña definitivamente, esperaba no perderla, pero también esperaba tener la responsabilidad de ir a buscarla.








Canción: Super Far - LANY (Instrumental).

Espero les haya gustado tanto como a mí me gustó escribirlo.

Paris | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora