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Miró de nuevo el boleto de avión sobre la barra de la cocina, y luego regresó la vista a su café.

Esa misma noche debía tomar su vuelo directo a París, a las 4 a.m.

Suspiró el vapor caliente que el café dejaba por su garganta y miró su estantería de vinos, no dudó ni un segundo en tomarse un trago sin importarle, después otro par más, y hasta ahí paró cuando una familiar voz le regañaba internamente, preocupada.
Lo dejó de vuelta en su lugar, sintió el calor extenderse por su cuerpo y un ligero mareo, sonrió sin intención.

Le había marcado hace un rato, no había respondido, pero claro que no iba a responder, habían pasado siete años desde entonces, ¿Qué le aseguraba que JiSoo tuviera aún el mismo número?, se estaba empezando a sentir estúpida engañándose con la excusa de querer despejarse cuando solo quería volver con alguien que la había amado.

Sumándose a eso el factor de que posiblemente, así como la vida de Jennie ya estaba hecha en California, la de JiSoo ya estuviese hecha en Francia, ¿Qué mujer de 25 años seguiría esperando a su princesa azul después de 7 años?

Se sintió patética de repente, y que mejor manera de desahogarse que llamar a su querida secretaria.

"¿Sí?".

"Roseanne, perdón por haber llamado a esta hora, sé que es tarde pero..."

"¿Estuvo bebiendo?" Preguntó con un hilo de voz la rubia, que no tenía voz de haber estado durmiendo en lo absoluto.

"Sí, sólo quería despejarme y no tenía a quien llamar, es decir, te tengo a ti, claro, pero no sé... Estoy confundida" Le narró con un ligero quiebre de voz de por medio.

La manera en la que se sentía, como si ya no estuviese viviendo, desde que se dio cuenta aquella tarde en la que pudo ver su sonrisa propia en fotos viejas, junto a alguien, felices, y la manera en la que se sentía frustrada por intentar haberse mantenido ocupada por tantos años trabajando en algo que a la larga poco le traería, ni siquiera tenía a quien dejarle su compañía, ni hermanos, y su padre estaba en Francia, ¿Que iba a saber ese pobre hombre de su única y amada hija que había decidido partir un día sin más a crear su propia vida?

Su narrativa apenas y tenía orden, también contó algunos detalles del tiempo que pudo estar con JiSoo, desde sencillos momentos como la primera vez que la vió, hasta el día de su partida, donde no se despidió ni advirtió a nadie para no volver todo más difícil, era una montaña rusa de emociones cada vez que los recuerdos regresaban; como si fuesen esos sueños que recuerdas que estuvieron ahí, pero desconoces su trascendencia, te dan mil emociones pero no conoces su historia, y te confunden.

Y lo peor de todo, sobre las noches que se quedaba despierta, pensando, sin una sola lágrima, entre una enorme cantidad de preguntas errantes, ¿Por qué había abandonado al amor de su vida? ¿Esto tendría que pasar en algún momento? ¿Cómo estaría ella ahora mismo?...

"Sí, tiene toda la razón, es seguro que la vida de JiSoo también esta hecha, eso es innegable, si va a regresar, debe estar preparada para cualquier cosa, tal vez tenga pareja, o ya no viva en París, o algo similar" Le dijo, tranquila, recibiendo un ruido de comprensión por la castaña, ambas guardaron silencio por unos segundos.

"Sé que no la conozco mucho, pero estoy segura de que, si no la hubiese amado, no estaría por subirse a un avión y atravesar todo el océano para ir a buscarle" Le dijo con su típico acento.

Jennie empezaba a cuestionarse porqué la pequeña rubia no había sido psicóloga o algo por el estilo, siempre le escuchaba y le daba consejos y demás, sentía que la apreciaba tanto como a una amiga y parecía su hermana mayor, o al menos así lo percibía a pesar de que ella era dos años mayor que su secretaria.

"Roseanne... Perdón por llamar y contarte todo esto a las 2 de la mañana, seguro te desperté o algo" Habían lágrimas silenciosas vagando por sus mejillas, aunque su voz demostrara lo contrario.

"La señorita Manoban y yo seguimos en la oficina terminando algunas cosas de un proyecto, no fue molestia ni lo será si me llama en cualquier momento Señorita Jennie, es un gusto poder ayudarle" Jennie casi podía ver la típica sonrisa de Roseanne dirigida hacia ella.

"Gracias, tus consejos me animan de todos modos".

"No deje que le afecte mucho ¿Bien? ¡Fighting!" Dijo la expresión con calidez en su voz, haciendo reír a la castaña en su angustia.

"Buenas noches, suerte con la tabla de tu jefa temporal" Deseó la castaña no esperando lo siguiente.

"Te oí Jennifer Kimberly, ahora deja de distraer a Roseanne, ¿Bien?" Regañó la otra rubia desde la otra línea.

"Hazle algo a mi amiga y te juro que me encargaré de cortarte las manos, Manoban" Amenazó.

"¿Amiga?... Jennie Kim, celebridad y dueña de la marca D'Kim ¿Teniendo una relación amistosa con una empleada? Creo que tu profesionalismo se quedó también e-"

"Lamento el comportamiento de la Señorita Manoban, buenas noches, Jennie".

Y ambas colgaron, ahora Jennie tenía curiosidad de que escondían esas dos como para que la firme y profesional Roseanne tuviera la confianza de arrebatarle el teléfono a Lisa y responderle.

Una vez más, se dejó abrazar por la tranquila soledad, sonriendo cortésmente, agradecida, y se levantó hasta ir por sus maletas a su habitación.






Canción: Scared to be lonely - Dua Lipa ft. Martín Garrix (Piano Instrumental)
Espero les haya gustado tanto como a mi me gustó escribirlo.

Paris | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora