Collide.

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Out of the doubt that fills my mind
I somehow find you and I collide

Ana se apoyaba en su coche jugando un poco con las llaves e intentando distraerse mientras esperaba. Había respondido algunos mensajes de María acerca del evento, archivado varios emails del trabajo y todo lo que pudiese ayudar a ocupar su mente y evitar que empezase a pensar demasiado. Se recriminaba internamente el hecho de estar tan nerviosa mientras aguardaba por Mimi. Joder, que no era la primera vez que invitaba a una chica a tomar algo, no entendía por qué se ponía como una chiquilla inexperta cada vez que la tenía cerca, era como si no supiese cómo comportarse cuando la tenía en frente.

– Perdóname, Ana. Los padres siempre me retienen un poco más de tiempo– la voz de la bailarina la sobresaltó al punto de casi hacerla tirar las llaves– ¿Te asusté? ¡Lo siento!

– No, claro que no, estaba pensado en otra cosa– se recompuso prontamente– ¿Lista?

– Sí, hoy dejé el coche y vine con Claudia, pero ya le avisé que no regresaré con ella. Estoy lista, pero si no me sacas pronto de aquí me encontrará algún padre enseguida y entonces te tocaría esperar hasta la hora de desayunar. 

– Sube– indicó abriendo la puerta– La tengo‐ dijo pegando los labios a su reloj y fingiendo vigilar el entorno, causando que Mimi estallara en carcajadas– Estás segura, tranquila.

– Me has salvado– contestó la rubia llevándose la mano al pecho de manera muy dramática.

– Cuando sea necesario– Ana le guiñó un ojo– Oye, he pensado en un sitio a donde suelo ir con María, es tranquilo y tiene una terraza increíble, o si tienes un lugar al que prefieras ir...– la miró esperando una respuesta antes de encender el coche. 

– Me toca confiar en tí, salgo poco y casi siempre al mismo sitio, además el lugar que dices suena muy bien.

– Bien, vamos entonces– al abrocharse el cinturón de seguridad y aprovechar para mirar de reojo a Mimi, se dio cuenta de que la bailarina jugaba con sus dedos y que no parecía demasiado cómoda– Mimi, puedes poner algo de música si quieres, lo que te guste– ofreció sonriéndole- Con la música de fondo puede que se relaje o que el trayecto no sea tan incómodo- pensó Ana.

– Pues lo que escuchabas tú– dijo Mimi señalando el pincho que estaba conectado.

– Claro, puedes ponerlo– contestó Ana tranquila pues lo último que recordaba haber escuchado era el disco de Sam Smith.

Pero no, había olvidado que lo último había sido la playlist que tenía para cuando se sentía un poco melancólica y obviamente solo lo recordó cuando la rubia encendió la radio y la música inició exactamente donde la había pausado Ana.

Every now and then I fall apart and I need you now tonight, and I need you more than ever

Puta. La playlist que utilizaba para atormentar a los vecinos en sus días de bajón, no era exactamente la canción que quería en el aquel momento, pero trató de fingir que no le sorprendía e ignorar que la bailarina estaba mordiéndose el labio inferior en un claro esfuerzo por no reírse.

– ¿Temazo, no?– dijo Ana con toda la naturalidad que le fue posible.

– Si, es muy...intenso.

– Deja de reírte, es un clásico– le reclamó Ana aprovechando que se detuvieron en un semáforo y descubrió a Mimi tapándose la cara con las manos para no ser pillada. 

– ¡Si no me estoy riendo de la canción! Es porque estás rojisima, tratando de desaparecer en tu asiento y a la vez tratas de disimular cantando un poco. No te preocupes, todos tenemos la playlist melancólica y… no te creo- se interrumpió al escuchar el inicio de la siguiente canción.

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