Si me ves desarmada
¿Por qué lanzas tus misiles?
Si ya conoces mis puntos cardinales, los más sensibles y sutiles- Yo diría que es imposible, pero mira...
- ¿Perdona?- la chica dejó de guardar sus cosas en el bolso y miró con curiosidad hacia la entrada.
- Que cada vez que te veo aquí estás más guapa.
- Eh...- la rubia titubeó un poco- ¿nos conocemos?
- No, infelizmente no, pero podríamos hacerlo si quieres. Me llamo Gustavo, pero puedes decirme Gus- dijo sonriendo amablemente
- ¿Das clases aquí?
- ¿Tan viejo me veo?
- No, no es eso. Es que sé que no estudias en la academia y pensé que igual venías a dar alguna clase nueva...
- No, no, tengo, eh...unos amigos aquí y eso.
- ¿Los esperas? Que a las clases le quedan como un par de horas aún.
- ¿Ya vuelves con tus alumnos?
- ¡Qué va! Si aún estoy estudiando.
- Ah, bueno, tú sí que te ves algo mayor, pero no lo tomes a mal, es un cumplido en tu caso. ¿Estás por el último curso, no?
- Sí, por ahí voy...- Mimi no se sentía cómoda dándole informaciones a un desconocido, así que intentaba terminar de una vez aquella rara conversación.
- Que me he presentado, llevamos un ratito hablando y todavía no me has dicho tu nombre.
- Bueno...
- En mi mente eres "la rubia guapa de la academia", pero supongo que no puedo llamarte así ¿cierto?- el hombre se giró un momento para saludar a un par de profesores que pasaban.
- Miriam- contestó finalmente.
- ¿Miri?- preguntó guiñandole un ojo.
- No, mis amigos me dicen Mimi- respondió la bailarina e hizo lo posible con dejar evidente su incomodidad.
- Perdona, si he sido muy invasivo. Soy así...de coger confianza muy rápido y a veces ni cuenta me doy, lo siento.
- No pasa nada- Mimi se sentía un poco culpable por haber sido cortante. El chico se veía amable y no había intentado nada demasiado fuera de lugar.
- Es que te he visto algunas veces por aquí y no sabía cómo iniciar una conversación contigo y por lo visto aún no lo sé...
- De verdad que no pasa nada. No te preocupes.
- ¿Así que no ha fallado completamente mi intento de hablar contigo? ¿Puedo seguir?
- Mi descanso se acaba en unos minutos y debo volver- señaló el reloj en la pared- No puedo llegar ni un minuto tarde.
- Está bien, te vuelvo a pedir disculpas. Que tengas un buen día.
- Gracias, igualmente-Mimi se encogió de hombros, suspiró largamente y terminó de cerrar su bolso. Reparó entonces que el chico seguía en la entrada y mantenía la misma expresión amable. Con disimulo volvió a mirarlo rápidamente. Era muy guapo, evidentemente mayor que ella, tampoco era un anciano, pero obviamente ya tenía sus veinte y tantos años.
- Ay, perdona, Gus. Me lié un poco con unas cosas. Voy por mis cosas y nos vamos ¿vale?- Una mujer que Mimi reconoció rápidamente como una de las profesoras de jazz, se acercó a saludar al chico.
ESTÁS LEYENDO
Contraluz
General FictionEra muy difícil fotografiarte ¿sabes? Tú tenías miedo a que captase tus monstruos y a mi me aterrorizaba bajar la cámara y asustarte yo.