Unsteady

2.6K 168 172
                                    

Hold on
Hold on to me
'Cause I'm a little unsteady

– ¿Quieres más?

– No, no. Estoy bien. Gracias.

– ¿Estás segura?

– Sí. 

– Mimi...lo siento. Por favor– tomó su mano sobre la mesa evitando que se levantara.

– No pasa nada, voy a acostarme. Buenas noches.

– Mimi, no es así. Tenemos que hablar, no quiero que nos vayamos a dormir y seguir enfadadas.

– No estoy enfadada, Paula. 

– Lo estás, sé que lo estás y lo entiendo. Perdóname, por favor.

– No es enfado, es que…ni siquiera sé cómo me siento, no me lo esperaba supongo.

– No quiero justificarme, pero por favor no te asustes, no quiero que me tengas miedo, juro que no tenía intención de gritarte ni de decirte aquello...estoy cansada, saturada...no soy así. Lo sabes ¿cierto?

– No me gusta que me griten– dijo la bailarina casi en un hilo de voz– Ni que me digas cosas así.

– Soy una gilipollas.

– No, no lo eres.

– Lo soy, porque me dejo llevar, porque no me controlo, porque aunque no lo quiera te hago daño, a ti Mimi, a la persona que más quiero. No te merezco. 

– No digas eso, Paula, por Dios ¿Cómo dices que no me mereces? Después de todo lo que has hecho por mí, de cómo me quieres y me cuidas. Sí, podrías haber manejado de forma distinta lo de hoy, pero no vuelvas a decir que no me mereces.

– ¿Me perdonas?– musitó Paula sin soltar el agarre de su mano.

– No tengo que perdonarte nada, yo exageré un poco en mi reacción, es que me asusté...me hizo recordar a...– se calló al percibir el cambio en la expresión de Paula.

– A él ¿no? Puedes decírmelo, no pasa nada, lo entiendo…

– No te estoy comparando con él, jamás lo haría, no tiene el más mínimo sentido.

– Lo sé, pero la situación te llevó a recordarlo y eso no está bien– dijo con tristeza– Mimi, ven– con delicadeza la acercó a ella e hizo que se sentara a su lado– Sabes que es diferente ¿No? Sabes que no te haría daño, que jamás podría hacer nada para lastimarte. Yo sé que pasaste por muchas cosas y que es normal que aún tengas miedo, pero no me tengas miedo,  no podría soportar eso…

– ¿Qué dices? No te tengo miedo, eso no– tomó su rostro con ambas manos e hizo que la mirase directamente– No tengo miedo, estoy bien, estoy tranquila, estoy feliz, feliz como hace mucho no me sentía y es gracias a ti ¿sabes?

– ¿Sí?– preguntó Paula sonriéndole y sin apartarse ni un poco de ella– ¿De verdad? Porque eso es todo lo que quiero, Mimi, que estés bien y seas feliz...hacerte feliz. Quiero cuidarte y asegurarme de eso.

–  No sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí.

– No tienes que hacerlo, lo hago porque te quiero, porque te quiero muchísimo.

– Y yo a ti, Paula. Lo sabes.

– Sí, lo sé– dijo soltando un suspiro de resignación y dejando un beso rápido en su frente.

ContraluzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora