No puedes.

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Castiel estuvo meditando sobre todo lo que había sucedido, recostado sobre el pecho ajeno, durante toda la noche. Lucifer dormía pacíficamente, sin saber de la tortura mental de su amante.

Nick ya no estaba allí, y la sensaciones ahora eran ligeramente distintas. Se sentía completo en los labios de Lucifer, pero una voz en su cabeza seguía advirtiéndole. ¿De repente era un amoroso amante sin ganas de destruir todo a su alrededor?

Lo estaba usando, eso es lo que una parte en el repetía una y otra vez. Puede que sintiese lo mismo que él, pero no era muy difícil obviarlo y manipular. Por otro lado, el sabia como se sentía gracias a Nick, dándole una ventaja y fingir amor no era algo realmente difícil.

El ángel se deslizo con sigilo. Casi huyendo.



Sam despertó temprano como cada mañana. Correr media hora, ducha y desayuno saludable. No tenía en cuenta que en aquel trayecto encontraría un ángel cubierto de lágrimas. Castiel escondía su rostro entre sus brazos mientras sus manos masajeaban su cabeza. No era difícil deducir que lloraba. Bajo la luz del amanecer, Sam vio el momento más triste que presenciaría de su amigo.

No dijo nada. Solo se sentó a su lado, abrazándolo. Cas se sobresaltó un segundo, pero reconoció al menor de los Winchester enseguida.

- Mentiste. – Recordó Sam. – Nada está bien.

No, no lo estaba. No solo porque sabía que lo que estaba haciendo significaba un peligro para todos, sino porque sentía que si eso no sucedía, todos lo odiarían de todas formas.

- No es Nick de quien estoy enamorado. – Admitió entre lágrimas.

Sam intentaba comprender, no juzgar, entregándole esa mirada de confianza que Cas necesitaba.

- Me enamore de Lucifer.

Hubo un pequeño suspiro del más joven, intentando procesar lo que acababa de escuchar. Si, él también había tenido un par de experiencias con chicas no muy buenas, pero esto era otro nivel. Aun así, buscaba comprender.

- No es algo que puedas controlar, Cas. – Seco las lágrimas lo más posible, viendo la confusión y culpa en esos ojos. – No debes culparte, son cosas que suceden a veces.

- Pero... Dean y Jack van a odiarme. – Mas lagrimas brotaron al recordar que podía perder a su familia.

- Ellos te aman, no van a dejarte por algo que esta fuera de tu control. – Apoyo el pelilargo. – Además, Lucifer está muy lejos ahora, podrás olvidarlo con el tiempo.

Sam siguió su camino, con la mente totalmente ocupada mientras se ejercitaba. Cas era su mejor amigo, un hermano, su salvador incontables veces. Estaba seguro de que Dean y él harían lo mismo por el ángel. Y su desafío ahora era ayudarlo.

Se preguntó cómo es que Cas se dio cuenta de que su amor no pertenecía a Nick sino a Lucifer. La respuesta no era clara. Pero supo que tenía que ver con lo sucedido la noche anterior. Tal vez vio en Nick algo que no era propio de Lucifer y le disgustaba. O percibió que su reacción al pensar en uno y el otro no eran la misma.

Había una teoría escondida entre todas las que se le ocurrían, pero no se animaba a despejarla. Lucifer había vuelto. No era del todo posible, o al menos, no quería creerla. Si era así, Cas les había mentido en decir que nada malo había pasado. Los puso en peligro metiendo al bunker a alguien así y traiciono la confianza. Pero eso no era posible, ¿Cierto?



Castiel volvió pensando en las palabras de Sam, ya con sus lágrimas secas y su mente cada vez más confusa.

Incontrolable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora