El Libro - Parte 1

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Era extraño, raro, fuera de lo normal, extraordinario, paranormal, y todos los sinónimos posibles, encontrar a Naomi tocando a su puerta. Pero esa mañana pasó. Los Winchester no se fiaban mucho de la mujer, sin embargo optaron por escucharla.

- Necesito que corten el lazó, como antes. – Exigió, sabiendo que los hermanos aún tenían el cuchillo de cupido.

- ¡De ninguna manera! – Intervino Lucifer, entrando de repente a la sala. – No voy a pasar por eso de nuevo.

- ¡¿Lo tienen suelto?! – Vociferó el ángel.

- ¡Oye! No soy un perro y no hables como si no estuviese aquí. – Reclamó. – Además, me he portado bien. – Alardeó el arcángel.

Naomi se giró hacia los cazadores, buscando una explicación. No había mucho que explicar, lo que Lucifer decía era verdad y también los tenia sorprendidos a ellos.

Castiel se unió al grupo, con su hijo siguiéndole los pasos, y Lucifer lo puso al tanto de lo que pasaba como acusando a la mujer.

- Naomi, de verdad que lo intente todo, pero no es posible. – Intento hablar con ella civilizadamente. – Entiendo tus inquietudes y juró que tengo las mismas, pero no hay nada que podamos hacer.

- Estas cambiando el orden de las cosas en absoluto, los cupidos están perdidos. – Explicó. – Necesito una solución, Castiel.

- Hable con su líder. Él dijo que no existía problema con nuestra unión. –

- Eso cambio cuando cortaron el lazo y volvieron a unirse. – Explicó, realmente desesperada. – El Libro del Amor ardió en llamas.

El Libro del Amor era aquel en que se inscribían todas las parejas destinadas. Al parecer Lucifer y Castiel no estaban allí. Eso cambiaba un poco el panorama. Quizás jugaron demasiado con esto del amor y las cosas no eran tan simples como cortar una soga y volver a atarla. Separarse no era una opción, pero el hecho de no tener Libro del Amor, significaba la extinción de la humanidad.

- ¿No existe una forma de repararlo? – Interrogó Sam. – Algo que podamos hacer para componerlo aparte de separarlos.

No existía, o al menos no que el cielo supiese. Después de todo, obviamente, esta era la primera vez que algo así pasaba, y el tiempo corría desde este momento. Cada pareja que no enamoraba era un destino truncado para miles de generaciones futuras.

- Yo podría hacer algo. – Levantó su mano Jack, como un alumno en clase.



El cielo era más grande de lo que parecía. Sinceramente, el nephilim ya había olvidado el camino que habían trazado desde la entrada. Naomi ingresó un par de códigos en enoquiano en el tablero invisible en la pared y la puerta se abrió. Jack la siguió hacia adentro, con sus padres siguiéndole y los Winchester también, lograron un pase especial al cielo. Todo sea por el bendito libro.

Al fondo de un largo pasillo iluminado, había una especie de altar. Un gran rectángulo ahuecaba la mesa en el centro, repleto de cenizas de papel. Supusieron que allí es donde estaba el libro.

- Quizás pueda... restaurarlo. – Dijo el nephilim, dejando sus manos extendidas sobre las cenizas.  

Incontrolable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora