Deshacerlo.

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La mano del rubio trazaba dibujos abstractos en la espalda del menor, mientras este se concentraba en los latidos de su corazón. Los cabellos oscuros hacían cosquillas en el cuello de Lucifer, a la vez que el peso extra sobre su pecho le tranquilizaba mejor que un sedante.

Estaba hipnotizado por esa sensación de paz, sensación que no recordaba haber sentido jamás, quizás el día en que nació pero nunca más. No les importaba que solo tuviesen unas horas para estar así, y luego debiesen volver a fingir esa distancia que ya no existía.

Castiel basaba su armonía en saber que el otro estaba mejor ahora. Hace solo un momento era solo sudor frío y terror en sus ojos. No tuvo más opción que, aprovechando el sueño de los Winchester, llevar al arcángel a su habitación.

Jamás había visto tanto pánico en su mirada, se estaba hiperventilando a causa un encierro que realmente no era difícil de escapar. Solo ahora podía sentir que de verdad estaba en calma, pero no podría esconderlo en su habitación por siempre.

- ¿Cas?

- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo terminamos tan metidos en esta mierda? – su mirada en el techo, lleno de sinceridad en la voz. – Digo, te maté, te maté otra vez, me apuñalaste dos veces también, ¿Qué hacemos así?

- La vida es cruel. – Dijo Cas, cerrando los ojos y volviendo a centrarse en el latido del corazón ajeno.

- Nunca estuve más de acuerdo.

En algún momento sus manos se encontraron, frío contra calidez. Lucifer elevó el gesto entrelazado, fijando su mirada en el enlace.

- Quizás si nos separáramos por un tiempo... después de todo, Jim y Nick están muertos. – Sopesó. – Pero para eso tendrías que dejarme escapar.

La mirada azul que se elevó a su altura no parecía muy de acuerdo, pero al menos tenia al otro más cerca.

- Solo decía. –

- De todas formas no funcionaria. Jimmy lleva muerto mucho tiempo y aun me siento así. – Dijo el ángel, volviendo a recostarse sobre el pecho del rubio. – Es más complejo que eso.

- ¿Yo maté a Jimmy? Esa vez cuando me enfrentaba a Michael y...

- Si, esa vez.

En ese entonces usaba el cuerpo de Sam, pero sus memorias también se trasmitieron al rubio cuando retornó a su cuerpo. Lucifer no se había arrepentido jamás de ello, pero entre los sentimientos de Nick, estaba esa culpa latiendo siempre, reviviendo una y otra vez cada recuerdo en el que creía ver a Jim pero era Cas. En algún punto las emociones se mezclaban y el arcángel se sentía culpable de haber desintegrado a Castiel.

- Es tan difícil comprender que sentimiento me pertenece y que no. – Rezongó. – Es como...

- No te preocupes. – Acalló el morocho. – Estoy buscando una forma de deshacernos de esto.

- ¿Qué?



Extrañamente Dean despertó antes que su hermano menor, preparándose un café, seguro de que no volvería a pegar ojo. Cas estaba en la biblioteca, rodeado de libros y cosas por el estilo.

- Hey, Cas. – Saludo el cazador, con su voz aun ronca. – ¿Sigues buscando una forma? – Se apoyó en la silla para ver sobre el hombro del ángel.

- Si, aun no tengo nada concreto. – Apartó del montón un libro con un marcador anaranjado pegado en una de las páginas. – Pero creó saber quiénes pueden ayudar.

- ¿Cupido? 

Incontrolable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora