Capítulo 8. Comencemos de nuevo

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La clase terminó. Todos tomaron sus cosas y salieron caminando del salón, a excepción de Callum. Este permaneció sentado, jugueteando con su lápiz, tratando de concentrarse en la hoja de ejercicios. De todas las materias que existían, la peor era química. Callum siempre fue malo en química, y ese año no era distinto.

Así estaba cuando sintió que alguien se sentaba en su pupitre. Alzó la cabeza y vio a Rayla. Le sonreía amablemente y lo miraba doblando la cabeza. Callum sentía que se ponía colorado, se veía tan tierna.

-Hola, ¿Qué tal?- ¿qué tal? Pensó Callum ¿no me ha dirigido la palabra desde hace una semana y ahora viene como si nada?

-Hola-respondió fríamente. Ella alzó una ceja.

-¿Te encuentras bien?-preguntó. Él nunca fue así con ella, al menos, en el poco tiempo en que lo conocía nunca había sido distante con ella.

-Perfectamente-respondió y siguió con los ejercicios.

-¿seguro?-insistió.

-Sí.

-¿entonces por qué actúas como si me odiaras?-esa pregunta descolocó al muchacho, que obligado por su orgullo alzó la mirada y se incorporó de su banco. Puso ambas manos a los costados de su amiga, acorralándola Y se acercó, sin dejar de mirarla con indignación.

-¿Yo? Según recuerdo tú me ignoraste una semana entera. No veo porque no tengo derecho a hacer lo mismo, después de todo, nosotros no somos nada-soltó todo a tal velocidad que Rayla se desconcertó más de lo que lo hubiera hecho si Callum lo hubiera dicho más lento. Sentía la cólera correr por su sangre, quería golpearlo por lo idiota y cretino que había sonado. Ni Soren podía ser tan directo, idiota, complejo, cretino y orgulloso.

Quería golpearlo, pero no lo hizo, solamente se levantó del banco y caminó con lentitud hacia la puerta. Antes de salir lo miró enojada y espetó:

-Nunca creí que fueras todo un cretino como Soren. Con amigos como tú para qué necesito enemigos-no esperó a que respondiera y salió dando un portazo.

Callum se quedó solo en el salón, apretando los puños y los dientes. Cuando logró tranquilizarse recordó todo lo que le dijo y se sintió horrible. Desde que se  había ido a su casa Rayla lo había ignorado completamente durante una semana, y el hecho de que él se sintiera dolido o hasta triste le importó un pepino. La había visto con Soren un par de veces, pero siempre con cara de desprecio hacia él y hacia su hermana. Eso lo confundía aún más: ¿si ella no lo soportaba por qué seguía con ese idiota?

Estaba muy arrepentido por lo que había dicho, sabía que Rayla estaba molesta con él. Lo había llamado cretino, podía vivir con eso. Con lo que no era con que lo haya comparado con Soren, eso sí que no. Él no era ni el 1% de lo que era el capitán del equipo de fútbol. Lo mejor sería esperar a que se tranquilizara y después hablar con ella. Sí, eso haría. Ahora a concentrarse en química.

Mientras tanto, afuera, Rayla permanecía apoyada contra la puerta, reprimiendo las lágrimas. Era una tonta por haber creído que Callum no era igual a Soren. Sí, tenían muchas cosas diferentes, pero lo de cretinos era indiscutible. También estaba enojada consigo misma por haber ignorado a su amigo por una semana. Si no hubiera tenido tanta vergüenza de verlo a la cara después de lo que su hermano había dicho no hubiera pasado nada malo.
Pero lo cierto, y que ella aún no sabía, era que se sentía avergonzada no por lo que Ezran había supuesto; sino porque ella quería que esa “suposición” fuera real. Pero claro, aún no quería admitirlo, después de todo era Rayla.

Movió levemente la cabeza para apartar de su mente esos pensamientos, se secó las lágrimas con el dorso de la mano y después caminó hacia la cancha de fútbol. Quería patear algo.

En el camino se topó con Runaan, el entrenador del Instituto Dragón y algo así como su padre adoptivo o de corazón. Runaan sabía del secreto de Rayla y la había aceptado como su “hija” en su hogar. La había entrenado desde niña y ayudado a lidiar con su “condición”. Este la detuvo.

-Rayla, necesito que tomes las pruebas para los equipos de deportes mañana, y que pegues estos folletos-indicó el hombre de ojos azules brillantes.

-¿No puede hacerlo otro?-preguntó Rayla, tratando en un desesperado intento de zafar de su trabajo. Runaan negó seriamente.

-Eres la capitana del equipo de fútbol femenino y mi asistente principal, nadie más puede hacerlo-Rayla sólo atinó a suspirar. Runaan le sonrió y acarició la cabeza de la chica-. Anímate, sé que lo harás magnífico.

Ella intentó sonreír y se fue.

***

-Hola-el chico de ojos verdes fue interrumpido por segunda vez en el día. Levantó la vista visiblemente irritado, estaba por soltar una catarata de insultos cuando sus ojos enfocaron a Claudia. Las palabras se le atragantaron, sus ojos se abrieron de golpe y se sonrojó al ver la reluciente sonrisa de la chica.

-H-hola-dijo, tratando inserviblemente de controlar sus nervios-Eh... ¿necesitas algo o tu hermano quiere aplastarme de nuevo?-preguntó y ella rió, haciéndolo sonreír por primera vez en el día.

-No, no, tranquilo, Soren no siempre en así, es algo... sobreprotector-comentó. “querrás decir un cretino, celoso, idiota y patán” pensó Callum, pero no lo dijo-. Oye, lo que pasó como hermano... ¿sin rencores?-le tendió una mano amistosamente y a Callum estaba al borde de un desmayo.

-Sin rencores-dijo sonriendo y tomando su mano.

-Muy bien, comencemos de nuevo: hola, soy Claudia, ¿quieres ayuda con química?-empezó ella.

-Claro, muchas gracias, Claudia, soy Callum-respondió él, ambos rieron. Claudia tomó asiento en la silla de Rayla y comenzó a explicarle al muchacho, que prestaba más atención al rostro de la chica que a la explicación.

Después de unos minutos el timbre sonó y los apresurados pasos en las escaleras no tardaron en escucharse. Antes de irse, Claudia escribió su número de teléfono en un costado de la carpeta de Callum.

-Llámame cuando quieras un café-comento sonriendo y se fue hacia su banco.

Rayla entró al aula del brazo de... ¿Soren? Todo el salón quedó boquiabierto al ver esa escena. Ya sé sabía de sobra que ellos eran pareja, pero hacía mucho que no veían una muestra de afecto mutuo. Rayla se sentó en su lugar, mirando de reojo a Callum, pero para su sorpresa, este estaba mirando a alguien más.

Redirigió su mirada hacia donde la suya y lo que sintió al ver de quien se trataba era una mezcla de sentimientos aglomerados en su corazón. La chica decidió no prestar más atención a la escena por su bien y empezó a prestarle atención a la clase, deseando con todas sus fuerzas que lo que estaba pasando sea sólo producto de su imaginación y que en ese momento despertara de un sueño horrible y ver que todo estaba igual que hace una semana. Pero no, las miradas continuaron, y ella no pudo más que intentar ignorarla y tratar de entender la aburrida lección del profesor Gren.

En su mente, Rayla se imaginaba que era ella a quien Callum contemplaba embobado, que era ella a quien él dibujaba diariamente, que era ella a quien él quería y...

"¡Ay, dioses!" pensó aterrada, o más bien sorprendida ”¿Me estoy enamorando de Callum?”

Hola!

No tienen una idea de lo que me dolió escribir este capítulo >:'V (salvo el final XD) Ojalá les guste y perdón por no haber publicado en SEMANAS

Feliz día del amigo a todos, porque a pesar de no conocerlos, yo los concidero mis amigos😘💗

-Favoritoshb

Compañeros de clase (Rayllum)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora