Stanford y Stanley una historia de amor (Stancest) Temporada 1 RE EDITANDO

Capítulo 17

Lo único que deseaba era correr, correr y correr lo más rapido que pudiera he intentar alejarme del dolor, pero sabía que eso era inútil.

Mientras corría no podía evitar escuchar las pisadas y los gritos de Stan los cuales se volvían cada vez más fuertes lo que me daba a entender que me estaba alcanzando por lo que no tenía otra opción más que ir a mi escondite un lugar al cual no había ido en años, pero que era el único lugar en el cual sabía que nadie me encontraría por lo que intentando escapar de Stan me introduje en un callejon en el cual intente perderlo ya que sabía que en ese lugar era muy fácil tropezar debido a la cantidad de basura que ahí había.

Cuando finalmente llegue a la playa pude confirma que efectivamente Stan ya no me seguía por lo que no perdí tiempo y me dirigí a una perte de la playa en la cual predominaban una gran cantidad de salientes en donde pude encontrar una pequeña cueva cuya entrada se encontraba bloqueada con tablas de madera podridas  (en las cuales se encontraba escrito la palabralas "PELIGRO" en mayúsculas) las cuales pude retirar con suma facilidad ya que estas solo se encontraban recargadas contra las paredes rocosas, una vez retiradas me encontre con la entrada en la cual me introduje no sin antes volver a colocar las tablas en su lugar y volviendo a ocultar la entrada. Una vez dentro me introduje tan adentro como pude creyendo que de esa manera podría esconderme del dolor, de la tristeza y principalmente de... de Stan.

Cuando finalmente decidí detenerme lo había hecho frente a los restos de un antiguo y viejo barco del cual solo se encontraba la mitad en pésimas condiciones y en donde yo ya hacia sollozando sin control alguno ya que no podía dejar de pensar en lo que había pasado, en lo que había visto y principalmente en saber que "él" me había mentido lo cual solo lo hacía más doloroso ya que sentía como mi corazón se rompía en cientos sino es que en miles de pedazos los cuales parecían estar desgarandome por dentro y haciendo que aquel vacío aumentará de manera considerable con cada minuto que pasaba. Después de lo que parecieron ser horas llorando intente tranquilizarme (lo cual sabía que era imposible) cuando recorde que aun tenía "eso guardado" por lo que meti mi mano en mi bolsillo y saque aquel pequeño paquete envuelto en papel de aluminio el cual me había hecho sentir... bien cuando Fidds me lo había entregado diciéndome que era un regalo de Stan, pero que ahora solo me causaba dolor con solo verlo ya que me hacía recordar la cruel realidad en la cual vivía. - ¿Por qué Stan? ¿Por qué jugaste con mis sentimientos? - Preguntas que me hice mientras apretaba con fuerza aquel... aquel regalo y supuesta muestra de amor de Stan hacia mí.

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24 Horas antes.

A pesar de ya no sentia dolor en la espalda a la hora de moverme mamá me había pedido permanecer en cama lo cual era lo más aburrido que podia hacer, ya había terminado la tarea que Fidds me había traído el día anterior y ahora no tenía nada que hacer, pero al mismo tiempo yo no deseaba hacer nada ya que mi mente aun se encontraba incrédula ante lo que Fidds me había mostrado sobre Stan. - ¿Por qué no me lo dijiste? - Volví a preguntarme aun cuando ya conocía la respuesta a esa pregunta ya que Fidds me la había dado directamente de los propios labios de Stan, pero aun así no lo comprendía.

- ¡Stanford tienes visitas! - Grito mi madre.

- ¡Ya voy! - Respondí al tiempo que me ponía de pie.

Justo antes de salíar de mi habitación me apresure a poner una sonrisa en mi rostro para intentar ocultar la tristeza y confusión que predominaban en mi mente en un intento por que mi madre no se percatara que algo me incomodaba, pero en cuanto abrí la puerta me tope de frente con mi padre el cual se limito a mirarme con su característica expresión fría lo cual causo que la sonrisa en mi rostro se desvaneciera ya que no podía evitar recordar lo ocurrido la noche anterior lo cual cuaso que mi cuerpo comenzara a temblar. - ¡Stanford! - Volvió a llamar mi madre lo que pareció sacarme de aquel estado de parálisis ya que más rápido que un guepardo me aleje de mi padre y comencé a bajar las escaleras, pero sin dejar de temblar.