Capítulo 51

233 9 10
                                    

Este capítulo contara con una pequeña escena algo fuerte además de que contendra una referencia a la creencia católica por lo que pido discreción a la hora de leer y recordarles que no es mi intención ofender o insultar a nadie simplemente he usado estos elementos para darle una perspectiva realista a esta historia.

Narra Stan

Poco a poco podia sentía como las fuerzas empezaban ha abandonarme haciéndome cada vez más difícil la tarea de respirar al igual que mi vista se iba haciendo cada vez más borrosa, pero aun así apesar de todas estas consecuencias debido a la perdida de sangre aun podía sentir la presencia de mi querido Ford quien se encontraba a mi lado aferrado fuertemente a mi mientras que yo acariciaba su cabeza en un intento por tranquilizarlo después de aquella mala experiencia causada por aquel idiota de William. - No te preocupes Ford... yo nunca te... dejare sólo... - Pronuncie esas últimas palabras en un susurro tan bajo (que ni yo fui capaz de escucharlas) antes de perder por completo la vista al igual que mi sentido de la percepción y al tiempo que me sumia en un oscuridad total.




Cuando abrí los ojos rápidamente note que el dolor había desaparecido por completo al igual que la oscuridad, ahora me encontraba en un especio infinitamente blanco y  aparentemente sólo por lo que podía ver. - ¡Hola! ¡¿Alguien puede escúchame?! - Llame, pero nadie me respondí así sin pensar nada comencé a caminar sin una dirección clara, mientras recorría aquel lugar el cual parecía ser indinito intentaba recordar como era que había llegado aquel lugar lo cual no era nada facil ya que parecía como si todo hubiera desaparecido de mi cabeza en abrir y cerrar de ojos, pero lo más extraño de todo era que en lo más profundo de mi subconsciente había algo taladrando aquella pared mental casi como si intentara recordar algo... algo que parecía ser importante aunque al mismo tiempo tampoco parecía serlo, pero por más que lo intentaba no podía salir así que decidí ignorar aquella sensación esperando que con el tiempo desapareciera por lo que proseguí caminando con la esperanza de encontrarme con alguien quien pudiera decirme en donde me encontraba lo cual no tardo mucho ya que casi de manera instantánea me encontre con una mujer la cual vestía un largo vestido blanco (el cual debía de reconocer que era bastante hermoso) lo cual la hacia casi imposible de ver debido aque todo a nuestro alrededor era del mismo color blanco. - Disculpe. - La llame mientras aceleraba el paso para llegar lo antes posible con ella. - Disculpe, es que parece ser que me encuentro algo perdido así que me gustaría saber si podría ayu... - De manera instantánea mis ojos se llenaron de lágrimas las cuales no tardoren mucho en caer ya que no podía ser verdad ya que la persona que ya hacía frente a mi era. - Me alegra verte nuevamente Stanley. - Era mi... mi madre.

Narra Ford

El miedo comenzaba apoderarse de mi a medida que William entraba en la cueva y poco a poco acortaba la distancia entre nosotros, yo por mi parte me aferraba con todas mis fuerzas al cuerpo de Stan todavía esperanzado aque abriera sus ojos y me protegiera de William. - Vaya que pena me da. - Cerro los puños. - Yo realmente deseaba matarlo personalmente, si deseaba ver el momento en la que la luz abandonará sus ojos. - Una vez que se encontró frente a nosotros pude ver como este estiraba su mano hasta el cuello de Stan para a continuación comenzar a estrangularlo. - ¡No lo toques! - Grite al tiempo que alejaba su mano del cuello de Stan. - ¡No permitiré que le hagas daño William! - Aun cuando mi voz no sonara amenazante o incluso valiente yo estaba determinado a proteger el cuerpo de Stan a toda costa.

- Miren nada más. - Mostro su sonrisa. - Mi juguete esta jugando hacer el protector ahora... que tierno.

Sin previo aviso una fuerte bofetada impacto contra mi rostro haciéndome caer en el suelo. - No intentes hacerte el valiente ya que ese rol no te queda. - Me tomo el cabello y sin ningún cuidado comenzó a levantarme hasta quedar a la par de su rostro. - Tú no eres un caballero... tú sólo eres una maldita princesa... o mejor dicho un princeso el cual debe ser siempre rescatado, pero yo hare mucho más que eso. - Colocó su mano en mi entre pierna y sin ninguna consideración alguna comenzó a estrujar mi parte íntima cada vez más fuerte. - Ahora... arremos lo que no pudimos... en el hospital. - Me solto provocando que volviera al suelo de forma violenta.

Stanford y Stanley una historia de amor (Stancest) Temporada 1 RE EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora