Capítulo 8

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Me encontraba en medió de aquella habitación en la cual solo se encontraba aquella cuna en la cual descanzaba aquel bebé inocentemente que ignoraba lo que pasaba a su alrededor hasta que de la nada una sombra oscura surgió desde la propia nada y poco a poco fue acercándose a la cuna hasta que quedó a su lado e introdujo sus manos dentro de esta para después sacarlas junto con lo que parecía ser un bulto provocando que aquel vacío en mi interior comenzará a crecer al tiempo que el bebé dentro de la cuna comenzaba a llorar frenéticamente mientras estiraba sus peñas manos con... con seis dedos en un intento desesperado de alcanzar aquel pequeño bulto que la sombra había extraído con anterioridad y la cual parecía reírse frenéticamente mientras se desvanecía en la oscuridad dejandome ahí sólo... sólo... sólo...

Cuando abrí los ojos me encontraba completamente alterado con mi respiración acelerada, temblando de pies a cabeza y sudando como siempre me pasaba cada vez que tenía aquella pesadilla la cual desde que tenía uso de razón siempre me visitaba en las noches dejándome siempre con aquella pregunta en mi cabeza ¿Qué significaba esa pesadilla? Era la pregunta que siempre me hacia, pero que lamentablemente nunca había encontrado la respuesta a esta, lo único que sabía de esta era que siempre que la tenía podía sentir como aquel vacío en mi interior se intensifica. Cuando mi respiración se normalizo mire el reloj que tenía sobre la cabecera de mi cama y descubrí que aun tenía una hora de sueño, pero que tras esa pesadilla no sería capaz de volver a dormir por lo que decidí ponerme de mi y meterme a bañar tome mi toalla y me dirigí al baño en donde una vez dentro cerre la puerta con seguro (algo que se me había hecho costumbre desde hace años) y comencé a quitarme el pija y dejando a la vista cada centímetro de mi cuerpo al descubierto, pero que no era capaz de verlo ya que este se encontraba cubierto de los cientos de golpes que Crampelter y sus amigos me habían dejado durante todos estos años por lo que simplemente me metí a la bañera y abrí el agua caliente la cual comenzó a caer sobre mi diminuto y escuálido cuerpo, pero yo no hice ningun intento por limpiarme solo deje que el agua callera mientras que me iba acurrucado en posición fetal dentro de la bañera en un intento por que mis penas y temores se fueran junto con el agua y por el desagüe por el cual yo también deseaba irme y no dejar ningún rastro.

Después de un largo rato en aquella posición y justo cuando el agua calienta ya comenzaba a ponerse fría me levante y cerré las llaves una vez hecho eso tome mi toalla y me envolvió en ella para salir del baño y regresar a mi habitación la cual ya comenzaba a iluminarse gracias a los primeros rayos de sol que ya empezaban a aparecer por el horizonte lo que le daba una hermosa tonalidad al oceano del cual tenía una espectacular vista, pero que en esos momentos yo no era capaz de apreciar debido a mi estado de ánimo, busque en mi armario y saque la ropa que me pondría hoy la cual consistía de una camisa de manga larga de color rojo, unos jeans negros y tennis igual de negros. Una vez cambiado repase el contenido de mi mochila revisando que llevara todo lo necesario (lo que así era) una vez hecho eso me la puse en la espalda y me dirigí a la puerta, pero al momento de poner mi mano sobre la perilla a mi mente acudieron los eventos de la noche anterior junto con las palabras de mi padre las cuales hicieron que mis ojos comenzarán a llenarse de lágrimas las cuales no tardarían en salir cuando recorde el mensaje de Stan el cual me había hecho sentir mejor y el cual parecía imponerse en mi menta junto con sus últimas palabras "nos vemos mañana" aquellas eran las palabras y el empujoncito que necesitaba para girar la perilla de la puerta y afrontar aquel día si es que quería ver a Stan.

Baje por las escaleras hasta la primera planta y hasta el comedor en donde me encontre a mi madre quien se encontraba haciendo el desayuno, pero había algo diferente en ella no tenía la misma actitud de siempre además de que sus movimientos eran lentos y algo... torpes ya que pude ver como accidentalmente tiraba su taza de cafe al suelo causando que esta se despedazara en cientos de partes. - Dios soy una tonta. - Dijo y se puso a recoger los pedazos obviamente sin darse cuenta de mi presencia por lo que me apresure a ayudarla.

Stanford y Stanley una historia de amor (Stancest) Temporada 1 RE EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora