Capítulo 4

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Podía evitar sentir como mis mejillas se ponían rojas de la vergüenza, pero lo peor de todo era que Stanley se encontraba a mi lado y no era posible disimularlo y mucho menos ocultarselo. - ¿Qué te pasa Stanford? ¿Te sientes mal? - Pregunto ya que se dio cuenta que había separado nuestras manos de manera tan repentina y abrupta.

- N-no me p-pasa nada... es solo... q-que yo no... este como d-decirlo. - Mi mente era todo un caos y no podía articular ninguna palabras completa o entendible.

- ¡Ford! - Grito Fidds desde el otro lado del pasillo. - ¡¿Te encuentras bien...?!

Antes de que Fiddleford pudiera llegar hasta donde me encontraba Stanley se colocó enfrente de mi y me colocó a su espalda a manera de... de protección. - ¡Alto ahí! - Dijo mientras extendía su mano derecha haciendo que Fidds de detuviera en seco.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué lo detienes?

- El dejo que esos idiotas te golpearan por lo que tiene que ser uno de sus amigos. - Decía con voz sería y firme.

- ¿Qué? No estas equivocado. - Se apresuró a decir Fidds. - Esos  idiotas me tumbaron de la mesa y no me dejaron pararme hasta que se llevaron a Ford.

Stanley parecía dudar de lo que decía Fidds hasta que yo intervine y le dije que él decía la verdad lo que pareció convencerlo ya que bajo su mano, pero aun así me di cuenta que no dejaba de ver de reojo a Fidds mientras los dos me ayudaban a ir a la enfermería de la escuela yo intentaba calmar mis emociones y concentrarme para lo que venía, solo bastó con que la enfermera me viera para intuir lo que había pasado por lo que no tardo ni un segundo en llevarme al interior de la enfermería en donde me pidió que me quitara la camisa lo cual hice (no sin sentir un poco de pena) dejando a la vista mi cuerpo el cual se encontraba lleno de moratones y una que otra huella de zapato.

- ¡Oh dios! Señor Pines esto no puede seguir así tiene que hablar con el director ahora mismo. - Decía la enfermera mientras se aseguraba de que no tuviera nada roto.

- ¡No por favor no le diga nada al director, se lo suplico! - Le pedí tomando la de la mano.

- Señor Pines ya sabe que yo no puedo decir nada ya que se vería mal visto que me involucrara en asuntos ajenos a mi trabajo, por eso es que tiene que ser usted el que hable.

Tras decir eso la enfermera empezó a untarme una especie de ungento bastante maloliente en mi cuerpo con el cual el dolor de las patadas fue disminuyendo poco a poco. Después de que terminara todo cubierto con esa cosa me volví a colocar la camisa y salí de la enfermería en donde me encontre con Fidds y Stanley los cuales se encontraban conversando (por lo que parecía ya se llevaban un poco mejor) los cuales al verme se acercaro y empezaron a preguntarme como me sentía a lo cual me limite a decirles que bien lo cual no pareció ser suficiente para los dos, pero gracias a dios no insistieron más con el asunto en especial Fidds.











Cuando finalmente se hicieron las tres de la tarde las clase ya habían terminado y todos nos dirigimos a nuestras casas lamentablemente para mi Stan (como lo llamaba ahora a petición de él) vivía en el lado contrario De New Jersey por lo que nos despedimos en la entrada de la secundaria y Fidds y yo proseguimos por nuestro camino, pero a mitad de este Fidds me pidió que lo acompañará a otro lugar ya que según él tenía algo importante que decirme por lo que lo segui hasta llegar a nuestra cafetería favorita a donde entramos y nos sentamos en la primera mesa desocupada que vimos, la cual "no" era nuestea mesa habitual sino que esta vez nos fuimos a una mucho más escondida al fondo de la cafeteria en donde después de petir unos capuccinos a los cuales después de haberles dado unos cuantos sorbos y de asegurarnos que nadie nos estaba viendo o escuchando Fidds me volteó a verme y casi como si ya no pudiera aguantar más dijo de manera muy emocionante.

Stanford y Stanley una historia de amor (Stancest) Temporada 1 RE EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora