Demond Eyes/ Una historia llena de drama, tragedia y amor. Donde Harumi y Ryûsei, hermanos de sangre y alma, son embarcados a asesinar al demonio que mató a sus padres, y que dejó a Harumi con una terrible maldición en los ojos. Con su destino ya es...
Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que realmente eres
Maquiavelo
Capítulo 2: Un entrenamiento mortal
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya habían pasado los días, y nuestros protagonistas se levantaron con mucho ánimo, algo muy raro en ellos. Pero, desde que conocieron a Urokodaki y Tanjirou, sus vidas de alguna forma, florecieron, o cambiaron totalmente.
Los duros entrenamientos de cada día, los dejaba muertos al anochecer, pero no era una excusa para rendirse. Al contrario, se sentían feliz de progresar cada día más.
¿Que si estaban aún tristes por ese suceso? Pues claro, muchas veces los llegaba a desconcentrar de sus deberes. Cosa que Urokodaki ni dejaba pasar por alto.
Harumi, se encontraba ahora mismo, bajando esa gran montaña, que tenía trampas por todos lados. Algo casi imposible de pasar.
Tanjirou les comentó que su primer entrenamiento fue bajar toda esa montaña, antes de que el sol se ocultara. Los hermanos se mostraron sorprendidos, la primera vez. Al escuchar de cómo, el pobre pelirrojo casi se asfixia por la falta de aire en la cima de la montaña, y como casi muere por la mitad por todas las trampas.
Bueno, en todo caso. Nuestra protagonista, ahora mismo iba bajando esa peligrosa y mortal montaña. Esquivando ágilmente las docenas de trampas que le llegaban, con tan solo pisar las cuerdas escondidas en el suelo.
Urokodaki, y Tanjirou los esperaban desde abajo. Los dos hermanos estaban en la montaña. Por lo que, aquí, se decidirá si pueden ser dignos, de ser cazadores, o no.
La pelinegra, esquivaba y saltaba. Era algo fácil para ella, ya que desde que sus sentidos se agudizaron, fue mucho más fácil, el tratar de esquivar.
Pero no le dio demasiado tiempo, el poder esquivar un grupo de rocas que venía directo a su cabeza. Estaba tan sumida en sus pensamientos, en lo maravillada e impresionante que eran, sus "poderes", así llamaba a sus sentidos ahora mejorados...
La roca impactó directo en su cabeza. Logrando que tropezara y quedara en el suelo votada.
Su frente sangraba y dolía. El caliente líquido, bajaba por su mejilla, hasta perderse en el suelo o en sus propias ropas. Se tocó la frente, quedando su mano manchada de mucha sangre.
"Voy a morir desangrada" "Debo llegar pronto a la meta"
Pensaba alarmante, ante la situación actual...
Rodó por el suelo rápidamente al ver que un gran tronco se aproximaba hacia ella con velocidad. Se levantó como pudo, con una mano en su cabeza, y siguió bajando. Esperanzada en qué iba a llegar.
Ryûsei estaba, casi perdido. Le costaba un montón el poder esquivar las trampas. Pero aún así, no se rendía. Quería que su hermana estuviera orgullosa de él, de ver de lo que su hermano pequeño era capaz de hacer sin ayuda de nadie. De cómo, Ryûsei podía sobrevivir sin ocultarse en las sombras de los demás.
