🎴XXI🎴

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Quizá debí abrazarte más fuerte la última vez que te tuve cerca

Avenida 749

Capítulo 21: La promesa

Los días pasaban rápidos

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Los días pasaban rápidos. Nuestros
protagonistas, ya habían mejorado desde la primera vez que habíanhecho el entrenamiento. Ahora podían romper la gran calabaza sin problema alguno, y además, le pudieron quitar el vaso con medicina a Kanao ¡sin que ella lo tocara primero!

Además de que fueron muy cortés a la hora de no ensuciar a la joven, por lo que dejaron su vaso en la cabeza de Kanao para no ensuciarla. Algo que la sorprendió tanto a ella como las niñas y Aoi.

La relación de Kanao y Harumi, mejoró súbitamente. Lo que impresionó a Aoi, quien desde hace rato sospechaba que los problemas de Harumi, se debían a Kanao. Pero le alegró que se hayan mejorado. Aunque le hubiera gustado escuchar lo que se dijeron para llevarse bien.

Flashback

La pelinegra, tenía en mente todas las recientes palabras sacadas por el pelirrojo, hacia ella. Tenía razón en que debía actuar para bien. Que debía demostrar que no era como todos piensan: un demonio más que nos devorará.

Sacudió la cabeza ante esa tonta ideología. Y se aproximó a su víctima más cercana, y con quien debía entablar las cosas desde hace tiempo.

Harumi: ¡Kanao! –la llamó, al verla sentada en el suelo de madera, que daba al jardín.
Esta la miró con una sonrisa, como hacía con todos. Harumi notó de inmediato que llevaba de nuevo, esa moneda que lanzaba en el aire –. Necesito hablar contigo... Sobre esa noche...

El silencio inundó el ambiente, desde que la pelinegra terminó de hablar. Aunque Kanao no hacía más que girar la moneda entre sus dedos o lanzarla hacia arriba, cuando Harumi le preguntaba algo. Esta vez, la pasiencia de la pelinegra se agotó.

Harumi: ¿Por qué me ignoras? Se que no te caigo, ni te caí bien desde que supiste que un demonio venía a dormir en tu misma casa. Descuida que yo me pondría de la misma forma... Pero, Kanao. Yo no soy así, yo no devoro a la gente por placer ni por hambre. Llevo dos años así, y ya se cumplirán tres. Tal vez crees que soy una débil, comparado con mi raza. Pues déjame decirte que si, lo soy. Pero aún así, me siento orgullosa –los ojos de la pelinegra se abrieron de sorpresa–. Porque lo que menos quiero es seguir transformandome en el mismo monstruo que asesinó a mi madre... No soy como mi padre. Lo detesto más que los pilares y tú. Aunque no pueda comparar mis sufrimientos con los tuyos, créeme que estos sufrimientos me han hecho más humana que demonio. Y espero que entiendas, que no por ser una demonio, me gusta devorar y lastimar gente. Por eso, Kanao, quiero disculparme, por darte una mala impresión –sonrió con dulzura, estirando su mano hacia ella para estrecharla.

𝕯𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕰𝖞𝖊𝖘 | Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora