Demond Eyes/ Una historia llena de drama, tragedia y amor. Donde Harumi y Ryûsei, hermanos de sangre y alma, son embarcados a asesinar al demonio que mató a sus padres, y que dejó a Harumi con una terrible maldición en los ojos. Con su destino ya es...
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La joven peli blanca, miraba con miedo a Harumi. No podía controlar su temblor en el cuerpo, y los pequeños pero audibles gemidos de miedo los escuchaba perfectamente.
Le pelinegra sonrió con satisfacción, nunca había sonreído así antes, y menos contra un enemigo... Es como, si no fuera ella y alguien más estuviera en su mente.
Harumi: Jo~ ¿tienes miedo? -preguntó con burla-. Y eso que ni he comenzado...
La demonio tropezó con sus propios pies, cayendo al duro suelo, donde no le dio ni tiempo para pararse y esquivar el ataque de la desconocida pelinegra.
Harumi: ¡Haha! ¿A dónde vas? -se burló caminando lentamente hacia la albina-. ¿No quieres jugar conmigo?
?: ¡A-aléjate! -pidió tartamudeando.
Harumi se acercó con su espada en mano, apuntando el cuello de la albina. El filo se acercaba con rapidez, con la intención de acabar de una vez por todas, con la vida de ese demonio.
La de ojos rojos, terminó por detenerse. Se quedó quieta... Imágenes se le venían a la mente, rápidamente. No eran imágenes corrientes, eran recuerdos... Recuerdos de su madre...
Flashback
Una mujer de treinta años, se encontraba cantando una armoniosa y linda canción, que inundaba el lugar, logrando que todo fuera más luminoso con más colores cálidos.
Su hija, se aproximó a la mujer, quien sintió curiosidad por ese bello sonido, el cual salía de las finos labios color rosa.
Harumi: ¿Mamá, que haces?
La madre detuvo su cantar, y miró a su hija con una dulce sonrisa.
Madre: Cantando -respondió cariñosa, abrazando a su hija para que se acomodara en sus piernas
Harumi: ¿a quien le cantas? -volvió a preguntar -. ¿Le cantas a mi hermanito? -tocó el vientre de la mujer, el cual estaba grande y redondo
La mujer de pelo rojo oscuro acarició la mejilla de su hija, y le contestó.
Madre: Le canto a la vida, Harumi.
La niña quedó confundida, como alguien puede cantarle a la vida, si no es una cosa que escuchara...
Harumi: No entiendo,¿por que le cantas a la vida?
Madre: Por qué, por más que hayan cosas malas y buenas, siempre nos servirán para encontrar el buen camino Harumi... Y este es mi camino.
