🎴XVII🎴

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No por ser demonio, significa que me guste devorar gente

Harumi

Capítulo 17: No soy como él...

Los pilares la miraban con asombro

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Los pilares la miraban con asombro. Algunos, pasó a ser una mirada de odio o repulsión, como si la pobre pelinegra, fuera una horrible espécimen de animal recién encontrado en el fondo del mar...

Tanjirou estaba anonado. Ni pensar en Harumi, la cual estaba peor y quería que la tierra se la tragara en ese momento.

Uno de los pilares, conocido por ser el pilar del viento, su nombre era:

Sanemi Shinazugawa

Sanemi: ¿Es una jodida broma? –preguntó eufórico, acercándose a pasos peligrosos a la pelinegra– ¿Está mocosa es hija de ese hijo te puta, y aún está viva? –ahora la tenía sujetada del cabello

La pobre trataba de gritar pero estaba muy débil aún. Solo lanzaba quejidos de dolor y se movía para que la soltara.

Tanjirou: ¡Haru! ¡¡SUELTALA!! –gritó a mas no poder, pero solo logró que el agarre se intensificara.

Por lo que no le quedó de otra que acercarse al pilar a una velocidad increíble, el cual sorprendió a todos los espectadores. Como aún tenía las manos amarradas a su espalda, no le quedó de dotra que luchar contra sus piernas, y dejar su técnica especial, para el final.

Gyuu: ¡Deténgase! ¡Están frente a  Oyakata-sama! –trató de detenerlos, pero se cayó de inmediato al ver como Tanjirou iba directo hacia la cabeza de Sanemi.

Un gran ruido en seco se escuchó por el lugar. Fue la cabeza de Tanjirou la cual golpeó la frente del Pilar, dejándolo sangrando, y con un gran dolor.

Sanemi: Maldito...–sacó su espada para poder acabar con el pelirrojo, por el  tremendo daño que le hizo– ¡Te destrozaré!

El joven cerró los ojos de inmediato, no tenía posibilidad de detener a tiempo el golpe, además no se arrepentía de sus actos, ya que no sólo había lastimado a Harumi, también a Nezuko, la cual de seguro estaba sangrando, dentro de su caja.

El golpe se detuvo.

Ahora todos veían a cierta persona con impresión. No sólo por lo que estaba haciendo, si no por el repentino cambio de ojos y su destreza para poder proteger a un humano.

Harumi: No lo lastimes... –amenazó, sujetando la espadadrl pilar, con una mano, la cual no tardó en sangrar y manchar el suelo de rojo.

Tanjirou: ¿H-Haru-Chan?... Hablaste

Una gotita recorrió la sien de la pelinegra.

Harumi: ¡¿En serio se preocupas de eso ahora?! ¡Estabas a punto de morir! –le regañó

𝕯𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕰𝖞𝖊𝖘 | Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora