Un sólo instante cambió por completo mi vida. Fue tan sólo un momento, en el que yo estuve involucrado.
Las caricias, que yo creía eran amor se convirtieron en odio, mis días se volvieron en una noche sin estrellas.
Me siento encerrado y en realidad...
Trate de engañarme, llenando mi cabezas de frases como "lo que haces está bien", "lo que haces te ayudara", "lo que haces es lo correcto" pero sólo me mentía, nada de lo que hago sale como lo planeo, nada de lo que hago funciona, nada sale como lo espero y sólo por eso y por tratar engañarme, en menos de lo que me di cuenta estaba encerrado en su jaula, para ya no poder salir.
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Pisó el pedal del freno lo más rápido que pudo y desvió el auto aparcándolo fuera del camino. A solo unos centímetros de llegar a tocar al niño.
Él se encontraba quieto y con miedo, se había llevado un gran susto. JaeHyun salió del auto a gran velocidad y algo alterado.
-¡¿Te encuentras bien?!- Le gritó un poco cuando lo vio, se acercó a él y lo revisó, pero el niño no contestó, se quedó quieto y observando al mayor-¿Te duele algo?- Le volvió a preguntar ya más tranquilo.
-No- Dijo el pequeño con un suspiro -Pero... Necesito ayuda ¡por favor venga a ayudarme!- Tomó la mano de JaeHyun y lo empezó a jalar con desesperación.
-¿Que sucede?- Preguntó confundido por las reacciones del niño de rulos.
-¡¡Unos chicos están lastimando a mi amigo!!- Las lágrimas se dejaban ver en la carita del pequeño, así que JaeHyun lo siguió empezando a correr a la dirección en la que se dirigía.
Taeyong estaba en el piso, sangraba de su nariz y sus lágrimas habían salido, estaba hecho un ovillo con una de sus manos sujetando fuertemente su estómago, se quejaba por el dolor y no tenía pensado moverse.
Jeno y Haechan se había encargado de vengarse por la pelea de antes. Siempre lo habían odiado por el simple hecho de que Taeyong se seguía viendo feliz. En la escuela siempre llegaba con la misma sonrisa, a pesar de todas las burlas de sus compañeros y de ellos mismos, no le afectaban lo más mínimo.
Seguían ambos tan metidos en sus pensamientos, que no se habían dado cuenta del cambio tan radical de actitud del menor, ni siquiera trataba de defenderse.
-No saliste tan fuerte como pensé- Dijo Haechan mientras tomaba del piso la mochila de Taeyong, la cual se le había soltado en la caída.
-Veamos si traes algo útil- No tenía nada en la mochila, más que su chaqueta y el dinero que había guardado desde la última vez que había ido a la escuela.
Haechan tomó el dinero y lo guardo en su bolsillo. Taeyong sólo lo observaba desde el piso, mientras un lado de su mente lo retaba por ser tan débil y no poder defenderse y la otra parte de su mente quería ayuda, ayuda de su hermano.
Jeno caminó a un lado de él y le empezó a dar patadas en su estómago, que lo hacía encogerse más para soportar el dolor. Jeno se detuvo y se agachó para tomar el ramo de flores, empezó a arrancar los pétalos que quedaban y se los lanzo, sólo como una muestra más de burla y humillación.
Haechan empezó a sacudir la mochila tratando de encontrar algo más que sirva, de tanto moverla una hoja de papel cayo de esta. Haechan se agachó y el tomo, era una fotografía, la misma fotografía en familia de su cumpleaños, cuando Taeyong había cumplido los 9 y sus padres lo llevaron al parque.
