Warning
La siguiente historia tiene contenido sexual y palabras vulgares, favor de leer bajo tu propio riesgo.
Gracias.(...)
—¡Eres un jodido loco!—azotó la puerta una vez que la pareja había entrado al departamento, varios minutos atrás habían estado discutiendo ya que tal parece que un chico quiso sobrepasarse con Eddie Kaspbrak y Richie Tozier vio esa escena de otra manera.
—¡Le estabas coqueteando! Eres una perra queriendo ir detrás del primer pendejo que se te cruza en el camino—lo tomo con fuerza de la barbilla mirándolo directo a los ojos, sus ojos negros estaban vacíos, llenos de coraje y celos.—eres un culo fácil.
El más pequeño frunció su nariz y le dió un golpe con su mano cerrada haciendo que Richie retrocediera unos pasos tocando con sus dedos la pequeña herida que le hizo su pareja.
—¡No vuelvas a decir que soy un culo fácil, maldito hijo de puta!—el mayor rió por aquella boquita suelta (y por el golpe) de Eddie quién tenía sus ojos hundidos en unas rebeldes lágrimas que quieran salir.
—Vaya Kaspbrak, no creí que tuvieras ese tipo de vocabulario, solo mira como me pusiste—llevo su mano derecha a su creciente erección, las lágrimas del más bajito salieron sin permiso; sus ojos no se despegaban de la entrepierna de su novio—¿quieres un poco de mi polla?
—Que te hace pensar que después de que me dijeras todas esas estupideces voy a follar contigo, estás equivocado Tozier—dijo entre dientes, claramente enfadado por lo de hace momentos antes.
—Se supone que eres un culo fácil, eres mi perra—se acercó peligrosamente a Eddie y lo tomo del cuello, sin apretarlo tanto—deberías de encargarte de esto, eres la culpable maldita zorra.
Eddie volteó el rostro del mayor con una bofetada.
—No me vuelvas a decir de esa forma, cabrón. Soy tu novio, no tú juguete sexual—Richie frunció su seño, puso su mano en la cabeza del castaño y lo empujó hacia abajo; Eddie soltó un jadeo de dolor cuando sintió el duro golpe en sus rodillas.
—Escúchame bien zorra, me voy a sacar la polla y quiero que me la chupes, ¿entendido?
—¡Escúchame tu a mi, imbécil! Ni se te ocurra metermela a la boca o te muerdo—Richie soltó una fuerte carcajada, miro a Eddie y mordió sus labios con lascivia.
—No serías capaz.
—Retame—el pelinegro desabrochó su pantalón y lo bajo junto con sus boxers dejando en libertad su pene erecto, era grande y Eddie no podía negarlo, le gustaba chuparlo, pasarlo por sobre sus muslos, rozar esa cabeza en forma de ciruela por su agujero y amaba realmente tenerlo dentro; era una sensación increíblemente placentera. Le gustaba que con tan solo tener la punta en su interior ya lo tuviera gritando y llorando de placer.
Con esa polla enorme; Eddie estaba destruido.
Y le encantaba.
—Deja de hacerte del rogar y tragatela—Eddie negó, no le cedería el permiso así de fácil—Kaspbrak…
—Te dije que no—Richie perdió la paciencia y tomo a su novio por las mejillas apretandolas para abrirle la boca y meter su pene a la fuerza, Eddie se ahogó al sentirlo llegar hasta su garganta.
—Oh mierda, me encanta esa boquita tan húmeda tuya—comenzó a penetrarle la boca sintiendo como llegaba a su garganta y como si cabeza golpeaba esta misma, Eddie dejaba salir grandes lágrimas debido a que sentía unas inmensas ganas de vomitar.
Sus pequeñas manos se aferraron a los muslos de Richie y encajo sus uñas en estos mismos, sus ojos chocaron con los del chico en pie y Richie allí lo supo todo.