Estúpidamente Perfecto © [TERMINADA]

I

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈

~☤~

—¡Claire! —gritó mi hermano, golpeando la puerta de mi cuarto para que despertara—, ¡llegaremos tarde!
Y así tenía que ser. El verano había terminado, y de nuevo las clases comenzaban. Las únicas personas que hacían la escuela más entretenida eran mis mejores amigas, Sheila y Hayley, ya que no solía llevarme bien con muchas personas. En cambio, mi hermano Mike era todo lo contrario a mí. Él y sus tres amigos eran los más populares de la escuela, y según todas, los más "guapos": James Blair, Connor Hamilton, Mike Schonfeld (mi hermano), y el más intolerable, Dylan McCuller. Él solía venir a casa cuando éramos pequeños, y nos llevábamos bien, pero al volverse el chico más popular de la escuela, sólo intentó seducirme para que durmiera con él, porque eso era para lo único que quería mujeres: usarlas como objetos sexuales. Aún así, las chicas estaban muertas por ellos, sobre todo por Dylan, como mi amiga Hayley, pero a mí solo me parecían unos malditos mujeriegos, engreídos e insoportables. Y más que nada este año, que se encontraban en el último antes de la graduación.
Los amigos de mi hermano pasaron prácticamente todo el verano en mi casa. Dylan se quedaba a dormir cada fin de semana, y cada día, junto con Mike, llevaban mujeres a su cuarto. Yo sólo me quedaba en mi habitación con la música a todo volumen, intentando no escuchar su "noche a puro sexo", o así eran como le decían ellos.
Luego de darme un baño y vestirme con lo primero que encontré en mi armario, un jean, una remera y un buzo, bajé a desayunar con Mike. Vivíamos con mi padre, aunque él nunca estaba en casa. Solíamos estar solos todo el tiempo, ya que después de que mi madre nos abandonara por su amante, él comenzó a trabajar mucho más.
—Buen día —dije, bajando las escaleras. Mike estaba cocinando una especie de huevos revueltos, pero parecía vomito.
—Buen día hermanita —dijo, sonriendo mientras bailaba al ritmo de "Hitboy", de Duki—, ¿emocionada por el primer día?
—Por supuesto —dije con sarcasmo y sonriendo irónicamente.
Él me rodeó con su brazo y frotó mi cabeza con su puño.
—Pues yo sí —dijo, inquieto—, ¡estoy en último año!
Le lancé una sonrisa forzada, y luego miré el desayuno, en serio se veía mal.
—¿Vas a comerlo o no? —dijo, acercándome el plato.
—Adelante —le respondí, dándoselo. Se lo devoró en dos segundos.
Después de que terminó de comer, me llevó a la escuela en su auto. Sí, así es, el tiene auto y yo no. Papá dice que aún soy muy chica como para conducir, aunque no me interesaba mucho, después de todo, las calles de Nueva York eran muy transitadas. Así que prefería que Mike tuviera que soportar eso, mientras yo mandaba mensajes en el asiento del acompañante. Posterior a muchos insultos por parte de mi hermano hacia los autos que no avanzaban, llegamos a Dalton School.
Al entrar, todas las miradas se clavaron en nosotros. No entendía por qué, yo era invisible hasta el año pasado. Tal vez porque teñí mi cabello de negro y tenía muchos piercings en mi oreja. Mi hermano parecía estar acostumbrado, y gozaba de las miradas. Al lado de los casilleros se encontraban los idiotas de sus amigos, y él fue hacia ellos. Yo no encontré a Hayley ni a Sheila, así que fui con ellos con mi mejor cara de pocos amigos. Mike los saludó con su típico "saludo varonil", y luego yo, que me saludaron con un beso. "Yo también sé saludar cómo ustedes", pensé. Luego tomé mi celular y comencé a mandarles mensajes a mis amigas para saber en dónde se encontraban, y sentí una mirada de reojo por parte de Dylan, que estaba hablando con mi hermano.
—Y Claire está cada día más sexy —escuché decir a Dylan, y alcé la vista para fulminarlo con la mirada.
Mike también lo miró mal. Él siempre ha sido el típico hermano sobre protector, más que nada cuando sus amigos hacen un comentario acerca de mí.
—Te queda bien el cabello así —me dijo James, sonriendo y mordiendo su labio inferior.
Él era el único que me caía dentro de todo bien. Le sonreí, y Dylan dijo:
—Yo la vi primero —refiriéndose a mí.
—Bueno bueno —dijo mi hermano, intentando que se callen, y colocando sus brazos sobre ellos para que no se me acercaran.
Divisé a Hayley a lo lejos, y antes de poder ir con ella, Dylan me guiñó el ojo. Rodé los ojos, y fui con mi amiga. Dios, este idiota no cambia más.
—¡Hayley! —dije, y la abracé.
Ella respondió a mi abrazo.
—¡Claire! —dijo.
Cuando iba a hablarle, noté que su vista estaba puesta en otra cosa. Miraba hacia atrás de mí, perdida. Al darme vuelta, supe que se encontraba mirando a Dylan.
—Es tan lindo —dijo, mordiéndose el labio—, este año estoy dispuesta a lograr que duerma conmigo.
Lancé una carcajada, no podía creer que mi amiga quisiera acostarse con un idiota como Dylan.
—¿De qué te ríes? —dijo—, ¿piensas que no lo lograré?
—No es eso —negué con la cabeza—, es que él es un imbécil, y sólo te utilizará como su objeto.
—Que me utilice como lo que quiera —dijo, con una voz seductora, y mirándolo fijamente sin dejar de sonreír.
Mordí mi labio inferior y miré hacia otro lado. Luego, me encontré con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro de Sheila, que venía corriendo a abrazarme. Ella y yo habíamos sido amigas desde siempre, y las mejores.
—¡Te extrañé tanto amiga! —gritó, abrazándome con mucha fuerza.
Hablamos un rato las tres, y luego fuimos a nuestra primera clase. Por suerte, Hayley, Sheila y yo la compartíamos, todas teníamos Francés.
Tomamos asiento una al lado de la otra, aunque eran bancos individuales. Coloqué un papel que decía mi nombre, Claire Schonfeld, para que el profesor supiera que estaba en su clase. Él nos saludó, y comenzó la clase en seguida, al parecer no quería perder tiempo.

•••

El primer día de clases fue agotador, necesitaba vacaciones de nuevo. Después de Francés, todas estuvimos en aulas diferentes, y nos juntamos en el almuerzo. Hayley nos habló sobre Dylan, y me rogó que le dijera a mi hermano sobre ella, para que su amigo supiera de su existencia.
El camino a casa era un poco largo. Se suponía que Mike me traería en su auto, pero cuando salí de la escuela, lo vi con una chica en la puerta, y no quise molestarlos, así que caminé. Sólo quería llegar a casa y descansar, y luego de unas cuadras, por fin lo había hecho.
Al entrar, me encontré a Dylan sentado en el sofá, mirando una película. Escuchó la puerta abrirse, y al girar su cabeza, me vio. Sonrió, e inmediatamente se puso de pie. No llevaba camiseta, y podía ver sus abdominales marcados.
—¿Qué haces aquí? —le pregunté, con tono alto.
—Tu hermano dijo que vengamos —dijo, acercándose con una sonrisa seductora—, me dió la llave para que pudiera entrar, pero no me mencionó que estaría solo con su ardiente hermana.
—Eres un idiota —le dije, y puse los ojos en blanco.
—Pero te encanto —dijo, sonriendo.
Quedó enfrente mío, y noté como brillaban sus ojos azules claros, que observaban los míos.
—No tienes idea —dije, sarcástica y alejándome de él.
—Si no fuera así, no tendrías por qué ponerte tan nerviosa. Aunque sé que estar en frente del chico más guapo de la escuela puede ser incómodo. Pero debes saber, preciosa, que puedes tener esto cuando desees —agregó, señalando sus abdominales con las manos.
Volteé la mirada bruscamente, y subí a mi cuarto. No podía soportarlo un segundo más. Mataré a mi hermano cuando lo vea.

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