𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 XXVII
~☤~
Me sentía totalmente utilizada, engañada, desilusionada. No tenía palabras para describir mis sentimientos en ese momento. Estaba confundida, enojada, devastada, rota. ¿En serio todo lo que había pasado con Dylan, todo lo que me dijo, lo que hicimos, fue por una estúpida apuesta? Lo tierno que fue conmigo, las palabras que dijo enfrente de todo Dalton, enfrente de James, de mi hermano, de Hayley y Sarah, ¿todo era un truco? ¿Una mentira? ¿Una maldita apuesta?
No, no iba a creerle. No iba a creerle cuando decía que eso había cambiado ahora. Que fue antes de conocerme, y antes de enamorarse de mí. No, no podría volver a confiar en él. Si en serio me quisiera, si en serio hubiera estado enamorado de mí, ¿por qué no me dijo la verdad? ¿Por qué no me dijo que me había apostado con James? ¿Por qué ocultarlo, si según él, las cosas eran diferentes ahora? ¿Por qué no hablar con claridad?
Era imposible de creer que después de tanto tiempo en el que intentó enamorarme, todo terminó siendo mentira. ¿En serio era más importante su orgullo, que yo? ¿Por qué James y él me apostaron? Los dos eran unos malditos mentirosos, unos idiotas que jugaron con mis sentimientos sin importar nada. ¿Cómo se vuelve a creer en el amor después de esto?
Yo sabía en lo que me estaba metiendo, sabía que estaba en un mundo de fantasía en el que el chico más popular de la escuela, el mejor amigo de mi hermano mayor, estaba enamorado de mí. El chico mujeriego, engreído y orgulloso que me decía cosas tiernas para poder estar conmigo. Cómo me cuidó la noche en la que dormimos juntos, y en la que me di cuenta de que Dylan McCuller era la persona más tierna del mundo.
Todo eso, era mentira.
—¡Claire! —gritó una voz, cuando ya me encontraba por cruzar la calle de Dalton, a paso muy acelerado—, ¡Por favor, detente!
Al darme vuelta, vi a Dylan acercándose rápidamente hacia mí. Los autos pasaban, así que no podía dar un paso más. Sus ojos estaban cada vez más cristalizados, su mirada más triste y sus manos totalmente temblorosas. Me dije a mí misma, que lo que él dijera, lo que hiciera para convencerme de lo que quisiera, no lo creería. No creería de nuevo en él. Nunca más.
—Tienes que escucharme —dijo, tomándome de los hombros delicadamente, y con una expresión de preocupación en su rostro.
—Todo lo que digas, es mentira —dije yo, entre dientes, y sintiendo como una lagrima de ira caía por mi mejilla.
Dylan se quedó unos segundos reflexionando, en los que me miraba a los ojos y no decía una palabra. Cerró los suyos con fuerza, y vi como dos lágrimas de tristeza salían de ellos. Después volvió a abrirlos, apretó sus labios bruscamente, y dirigió su vista a un punto infinito en el suelo, como si fuera incapaz de mirarme a los ojos. Incapaz de mirarme a los ojos, y decirme la verdad.
—Tienes razón —dijo él, con un tono bajo pero que logré escuchar, y quitó sus manos de mis hombros—. Te he mentido. Te he lastimado, de nuevo.
Juro que pensé que haría lo imposible por recuperarme, por hacer que creyera en él. Pero Dylan se veía totalmente rendido, como si ya no supiera qué más hacer, sabiendo que nada de lo que diría podría hacerme cambiar de opinión. El daño ya estaba hecho, y él lo sabía a la perfección.
—Yo lo sabía, pero aún así seguí mi maldito corazón sin importar lo que tú sufrirías —dijo él en voz baja, para sí mismo. Apenas pude escucharlo.
—¿A qué te refieres? —pregunté yo, intentando entender lo que decía.
Me miró apenado, con unos ojos que transmitían tristeza y angustia, y con una voz entrecortada, respondió:
—Que no merecía tenerte —tragó saliva—, que no te merecía.•••
—No sé qué clase de juego estas jugando ahora —dijo Claire, totalmente seca—, pero no creeré ninguna palabra que salga de tu boca en este momento.
Ya no sabía qué decirle ni qué hacer. Claire tenía razón, era un mentiroso. No le había dicho la verdad a pesar de que ella se hubiera entregado a mí, que me hubiera dicho que lo que sentíamos era mutuo. No valoré lo que hizo... No la valoré. Esta semana fue la mejor de todas, porque estuve con ella. ¿En serio no pude decirle que al principio todo era parte de una apuesta, pero ahora ya no era así? ¿Por qué tenía tanto miedo de contárselo? La única respuesta, era que estaba aterrado por perderla. Quizás decírselo hubiera ahorrado el dolor que ahora ella sentía, pero había otra opción: que ella no me creyera, y pensara que para mí, la apuesta aún seguía en pie, y no quería perder contra James. Fue un error, fue el peor error que alguna vez cometí, pensar que Claire podría ser un objeto de apuesta, y lo que quedaba era aceptar que había ganado el trato, pero que había perdido lo que más me importaba entre todo: a Claire.
No, enamorarme de ella no era el plan, fue imprevisto, y sabía que esto ocurriría cuando se enterara de lo idiota que fui al apostarla. Ahora sólo podía desmoronarme en mis propios demonios, y en el hecho de haber perdido a la única mujer que amé de verdad._____________________
Como prometí, les traigo otro capítulo! Uno de los últimos de la historia😭😭
Sé que éste es un poco corto, pero les prometo que se va a poner mejor❤️
Muchísimas gracias por leerlo, y me ayudarían muchísimo votando y comentando! Graciass🤍🤍
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Estúpidamente Perfecto © [TERMINADA]
Teen Fiction¿Que el idiota, mujeriego y engreído mejor amigo de tu hermano mayor intente seducirte para dormir contigo? Paso.