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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 XXX

~☤~

Papá llegaría en algunas horas

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Papá llegaría en algunas horas. Mike y yo habíamos ordenado y aseado todo. Habíamos intentado cocinar, pero se nos dificultó bastante, así que decidimos que pediríamos un delivery. Admito que estaba nerviosa por saber qué pensaría papá acerca mí, es decir, no lo había visto en todo el año, y sabía que había cambiado muchísimo desde la última vez, y de verdad quería que se sintiera orgulloso.
Acordamos con Mike no contarle nada de lo qué pasó con Dylan. Recién llegaba y no queríamos atosigarlo con esos asuntos de adolescentes. Mi hermano hablaría de Cindy, les está yendo muy bien por cierto, y yo simplemente hablaría acerca de Sheila y la escuela, sólo eso. Tal vez saldría el tema de "Quién le gusta a mi hija", pero intentaría evitarlo lo más posible para no tener que explicar todo lo que sucedió.
Había terminado el discurso de Mike. No había escrito muchas cosas sentimentales, es más, algunas las busqué en Internet porque no se me ocurría nada, pero aún así mi hermano me debía una. Me había puesto a pensar en qué escribiría Dylan, de qué se trataría su discurso. Seguramente haría el típico papel arrogante y seductor para que todas murieran por él, sin importar lo que hubiera pasado entre nosotros y lo poco que le había interesado. Tenía que dejar de pensar en eso y concentrarme en mi padre, que era lo que realmente valía.
Le había mostrado a Mike el vestido que me había comprado. Le llamó mucho la atención porque, como él sabía, yo no solía usar ese tipo de cosas. Le dije que quería probar algo nuevo, a lo que él respondió que me vería preciosa, y que "me cuidara de sus compañeros de clase porque todos eran unos pervertidos".
—¡Claire! —llamó mi hermano desde la planta baja, mientras yo leía "The Fault in Our Stars" en mi cuarto, después de haber limpiado todo junto a él—, ¡Llegó papá!
En ese momento, arrojé el libro sobre la cama, y con una inmensa sonrisa en mi rostro, bajé las escaleras para encontrarme con él. No me había dado cuenta, pero las lágrimas no se habían contenido. Lo abracé como jamás había abrazado a nadie, sintiendo una felicidad enorme por volver a verlo. Lo había extrañado muchísimo, y lo había necesitado en muchas ocasiones.
—Claire... —murmuró, mientras dejaba de abrazarme para mirarme a los ojos—. ¡Estás hermosa! —dijo, y vi como sus lágrimas tampoco pudieron contenerse.
Después, tomó a Mike del brazo obligándonos a abrazarlo ambos, y lo hicimos sin problema. Mi hermano no quería llorar, pero sus ojos estaban cristalizados por gotas de felicidad.
—¡Cuánto han crecido en unos meses! —dijo él, sonriendo, y los dos reímos. Después, nos guió a la mesa y siguió, a medida de que se secaba las lágrimas—: Quiero que me cuenten absolutamente todo lo que han hecho este año —se sentó y nosotros también—, quiero que me pongan al día.
El delivery llegó unos minutos más tarde, al parecer Mike ya lo había pedido hacía un rato. Había encargado dos pizzas y una gaseosa, y durante el tiempo en que esperábamos que llegara, Mike y papá estuvieron hablando de cualquier tipo de cosas, y yo sólo escuchaba, sabría que luego me preguntaría a mí, y mi hermano estaba igual de emocionado que yo por hablar con él, así que no quería interrumpirlos. Por eso, yo busqué el pedido en la entrada, le pagué al delivery y lo dejé sobre la mesa para poder comer. Mi papá abrió el cartón en donde venía la pizza, y mientras tomaba una porción, le preguntó a Mike:
—Entonces hijo... —se limpió con una servilleta y continuó—: ¿hay alguna chica que te interese?
Mi hermano me miró, y ambos sabíamos que me haría la misma pregunta, y yo no era buena mintiendo. Así que, supongo, Mike haría lo imposible por evitar ese tema.
—En realidad —dijo él, colocando los codos sobre la mesa y dirigiéndose a mi padre—, hay un chico... —miró hacia arriba, soñador.
Me reí para mí misma, sabiendo que era mentira, pero al parecer mi papá se lo estaba creyendo.
—Bueno, hijo —dijo—, tú sabes que yo te amo como eres y no importa tu orientación...
Las carcajadas de Mike interrumpieron a mi padre, y se dio cuenta de que no era verdad.
—Estoy bromeando —dijo mi hermano, recuperando el aire—, hay una chica de la que estoy enamorado, y todo está yendo muy bien con ella.
—Qué bueno, Mike —respondió mi papá—. En serio me alegro por ti. ¿Cuál es su nombre?
—Cindy —comentó mi hermano—, tienes que conocerla. Es increíble.
Y cuando Mike quiso cambiar de tema, fue cuando mi padre se dirigió a mí.
—¿Y tú? —preguntó, señalándome con la cabeza. Yo maldecía por dentro—, ¿Hay alguna persona especial?
Desvié la vista hacia Mike, que comenzó a hablar acerca de otra cosa, pero mi papá lo interrumpió y dijo que me dejara hablar. Me rasqué la nariz sin saber qué decir, jamás he sido buena mintiendo y mucho menos a mi padre.
—Hubo alguien pero... —comencé, y volví a mirar a mi hermano—, pero no funcionó.
Mi papá murmuró un "uuh...", y luego siguió:
—¿Cómo se llama?
Me mordí labio con nerviosismo, y miré hacia todos lados, esperanzada por obtener una respuesta. Me dije a mí misma que no podría salir de esta, y sinceramente no me gustaba ocultarle cosas a mi padre. Él confiaba en mí, y no quería que lo que sintiera hacia el amigo de mi hermano me costara esa confianza.
—Dylan. —Dije, sin más, y Mike miró hacia arriba, intentando mantener la calma.
Posteriormente, papá se dirigió a mi hermano, y un poco confundido, preguntó:
—¿Ese no es el nombre de uno de tus amigos?
—Sí, si... —respondió Mike, tartamudeando—, pero no es de quién estamos hablando.
Mi mente se había pausado durante unos segundos, en los que miles de cosas pasaron por mi cabeza, cosas relacionadas con Dylan. Sí, había sido un idiota por mentirme acerca de todo, pero cuando no sabía que lo hacía, era feliz con él. Todo fue una farsa, sí, sin embargo, podía decirle a mi papá que él me hacía bien, hasta que decidimos terminar.
—Descuida, Mike —le dije a mi hermano, interrumpiéndolo—. Papá —me dirigí a él—, es el mismo Dylan.
Mi padre abrió los ojos como platos, y alzó las cejas sin entender muy bien lo que estaba diciendo. Fue cuando habló:
—¿Estuviste con ese chico? Claire, solías odiarlo...
—Él me enamoró —dije, y los miré a ambos—, me hizo feliz, en su momento. Hizo miles de cosas por mí, y parecía que me quería de verdad.
Entonces, bajé la vista tratando de no llorar, y papá comentó:
—¿Te hizo sufrir?
Respiré hondo, y de nuevo miré a mi hermano. Él estaba atento a lo que respondería.
—No mucho —negué con la cabeza, y volví a desviar la vista a cualquier otro punto infinito, en que otra vez reflexioné acerca de Dylan, y supe que por más daño que me hiciera, lo seguiría queriendo. Estoy totalmente dolida, y soy una masoquista al decir esto, pero...—: Lo amaba, y por más que quisiera, jamás podría odiarlo.
Fue entonces cuando mi hermano ya no pudo controlarse, y golpeando fuerte la mesa con el puño, dijo en tono alto y entre dientes:
—Ese idiota te apostó con otro de mis amigos —señaló hacia el lado de la puerta, un lugar al azar, y apretó los ojos con fuerza, e intentando calmarse, siguió—: Es imposible que aún lo quieras.
Mi papá nos miró a ambos con una mueca de asombro en su rostro, pero luego a la única a quién miró fue a mí.
—¿Es cierto eso? —me preguntó—, ¿Él... —hizo una mueca de confusión, prosiguió—: te apostó?
Después le preguntó a Mike quién era el otro amigo con el que habían hecho el trato, y él respondió "James".
—Sí, es cierto —dije, con la cabeza gacha—, pero ya no me interesa, en serio. Estoy bien.
Se notaba que mi papá quería destrozar a Dylan y a James por haberlo hecho. Noté como su mano tiritaba y como apretaba sus dientes, así que proseguí:
—Por favor, no se involucren —junté mis manos en forma de ruego—, no quiero que ninguno de los dos me salve, puedo hacerlo sola.
Mi padre miró a Mike, y reflexionó unos segundos. Creo que lo había convencido, que confiaba en mí y que me creyó cuando dije que estaba bien.
—De acuerdo —dijo, y parecía que exhaló toda la ira que sentía—, sólo quiero que sepas que ese chico no te merecía, ¿si? —apoyó los codos en la mesa y me miró fijamente—, eres increíble hija, que ningún idiota te haga creer lo contrario.
Sonreí con los labios juntos y noté que los ojos se me achinaron. Murmuré un "gracias, papá", y mi hermano logró tranquilizarse para después cambiar rotundamente de tema y dejar de pensar en aquello.
Papá estaba entusiasmado por asistir a la graduación de su hijo, y dijo que mañana iría a comprar un traje para la ceremonia. Le mostré el vestido que yo usaría, y fue indescriptible la emoción que sintió al imaginarme vistiéndolo. Según él, su hija era "toda una mujer", y estaba "totalmente orgulloso". Ah, y que "no tenía que sufrir por ningún imbécil", me reí cuando lo dijo. La verdad, papá era una de esas personas con las que podía hablar sobre todo. Siempre se esforzó por ser como mamá, es decir, tener la misma confianza que su hija tendría con ella. No había tema que no pudiera hablar con él, además, era el mejor dando consejos. Nunca me había reprochado nada, y mucho menos molestado por algo que hice. Yo no hacía muchas cosas, en realidad, pero lo que yo quisiera, él lo aceptaba. Por supuesto era protector como todo padre, pero confiaba en mí, y eso era algo de lo cual estaría eternamente agradecida.
La noche se hizo larga estando con papá y Mike. Después de cenar, los tres vimos una película, jugamos videojuegos y mi hermano encargó helado. Por fin, luego de tantos días, había dejado de pensar en Dylan por lo menos por unas horas. Papá y mi hermano me habían hecho reír, y la había pasado increíble junto a ellos.
Ahora, sólo quedaba superar la fiesta de graduación de Mike, en la que estaría toda la noche en el mismo lugar que Dylan McCuller.

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Holaa de vuelta lectoresss! ESTE ES EL ANTEÚLTIMO CAPÍTULO DE LA HISTORIA! Estoy muy emocionada por hacer público el último, pero voy a esperar hasta el sábado para subirlo porque he publicado demasiados muy seguidos.
Ojalá les guste este! Los quiero muchísimo😍❤️

Estúpidamente Perfecto © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora