Seven

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El doctor me prohibió hacer actividad física hasta que estuviera en condiciones para hacerlo, así que hoy sólo tuve dos clases y pude salir temprano de la preparatoria.

Aidan me envió un mensaje preguntando si podíamos salir a almorzar y no tuve ningún problema con eso. Le mandé la dirección de la loncheria a la que siempre voy, tenía que ser cerca del trabajo porque también debía llegar antes de la hora de entrada para ayudar a Elaine con el inglés.

Niko me llamó esta mañana para decirme que la próxima semana estaría de regreso por un tiempo en México y quiere que sea una sorpresa para Elaine. Sinceramente lo extraño mucho, él siempre buscaba ayudarme de algún modo y me daba fuerzas para salir adelante por Renata. Cuando mis papás murieron, Niko y su familia fueron las únicas personas que estuvieron para nosotros. Incluso intentaron adoptarnos, pero ni Ren ni yo queríamos perder nuestros apellidos.

Llegué quince minutos antes a la loncheria, me gustaba llegar con tiempo, la puntualidad me parece algo muy importante. La gente de ahí ya me conocía, se podría decir que era cliente frecuente.

Revisé mi Facebook pero no encontré nada interesante hasta que decidí entrar al perfil de Emilio, no era como que quisiera stalkearlo pero tenía curiosidad de saber más de él. No encontré mucho, subía fotos de vez en cuando con sus amigos, compartía videos musicales y uno que otro meme. Nada del otro mundo.

- Hola Joaquín -Aidan llegó y se sentó frente a mí.

- Hola -sonreí.

- Bonito lugar eh -mencionó observando a detalle el local.

- Es de mis favoritos.

Ordenamos nuestra comida y comenzamos a charlar un poco sobre la escuela. Aidan estudia Arquitectura en la universidad que quiero, el problema es que yo aún no sé qué estudiar. La pintura es algo que me apasiona, pero no es a lo que quiero dedicarme toda la vida. Luego de eso charlamos de otras cosas. Aidan es una persona que te inspira confianza, podías contarle tus mayores secretos y sentir que con él siempre estarían a salvo. Me contó un poco sobre su familia, tiene una hermana de dieciséis años y su mamá es soltera. La verdad es que parecía que todo estaba bien con su vida. Yo honestamente no tenía nada que contarle sobre la mía, después de pensarlo mucho, le hablé del accidente de mis padres y del como he tenido que hacerme responsable de mi hermana, no más. El me dio el pésame y luego cambió de tema.

- ¿Y cómo es trabajar en una biblioteca? -preguntó.

- Es tranquilo, la verdad es que a excepción de los horarios no es un trabajo pesado ni difícil.

- Yo una vez trabajé en una cafetería y me despidieron al tercer día -rió.

- ¿Por qué?

- Bueno, soy una persona un poco distraída y las cosas solían salirme un tanto mal.

- Bueno, ya somos dos -le ofrecí mi puño para que chocará con el suyo.

- Oye ¿y qué pasó con tu playera de la otra vez? ¿Se le quitó el olor?

- Sí, quedó un poco amarillenta pero ya se le irá quitando con las lavadas -dije recordando lo mucho que batalle para que se le fuera la mancha y el olor.

- Emilio también se pone torpe cuando bebe -soltó una pequeña risa.

- ¿Ustedes son amigos?

Anatomía || Emiliaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora