Maratón [2/3] ♡
Emilio
El martes salí un poco antes de la universidad y decidí quedarme a hablar con mis compañeros un poco. Bueno, puede ser que ese fuera mi pretexto para esperar la salida de la preparatoria y ver a Joaquín.
Diez minutos después lo vi salir y buscar a sus amigos, pero ellos aún no salían, entonces se fue caminando hacia la parada del autobús. El día anterior pude observar que Joaquín caminaba con demasiada seguridad, y está vez su caminar era un poco torpe, lo que me pareció extraño. Lo seguí con la mirada hasta que vi como sus piernas flaquearon, así que corrí hacia el otro lado de la calle para llegar hasta donde él estaba. Lo tomé de los hombros con cuidado, se sentía tan frágil, como una figurita de porcelana a la que no quieres romper. Le pregunté si se encontraba bien mientras lo llevaba a sentarse a una banca de cerca. Como no respondió le indiqué que debía inhalar y exhalar varias veces hasta que su ritmo volviera a la normalidad y pudiera relajarse. Le ofrecí un poco de agua y la aceptó.
— Supongo que ahora es mía –dijo después de beber un poco más de ella.
Sonreí ante su comentario, me puse de pie pues me encontraba en cuclillas frente a él y me senté a un lado, entregándole la tapa.
Me agradeció y yo sólo sonreí de nuevo mientras pensaba que quizá no estaba en condiciones de regresar a su casa sólo, podía ir a buscar a Mauro y comentarle lo que pasó o podía acompañarlo yo. Obviamente preferí la segunda opción.
Recordé que a una calle se encontraba el sitio de taxis y podíamos tomar uno para evitar que caminara tanto, le hable sobre la idea y el me miró con desconfianza, y lo entendía, básicamente era un desconocido para él.
— ¿Cómo sé que no terminaré como esas pobres víctimas de CSI?
— Maldición, me descubriste. Adiós a mi plan de extraerte los riñones –dije intentando sonar con la mayor seriedad posible y me miró un poco extraño— Sólo quiero ayudarte, te lo debo después de la otra vez.
Entonces se quedó pensando por un rato y me pidió mi cartera, no entendía por qué.
— Si me quieres llevar a algún lado, dame tu billetera –dijo extendiendo su mano.
Supongo que el que nada debe, nada teme. Así que le di mi cartera sin dudarlo. Sacó mi credencial de la universidad y comenzó a examinarla, después sacó su celular y le tomó una foto.
— ¿No crees que tu casa está un poco lejos de la mía? –preguntó.
— No tanto.
La verdad es que sí, pero valía la pena.
Hizo unas cuantas cosas en el celular y después guardó mi cartera en su chaqueta. Dijo que me la devolvería cuando estuviera sano y salvo en su casa. Sonreí ampliamente pues definitivamente esa mi única intención, así que estuve de acuerdo y al ponerme de pie le ofrecí mi mano para ayudar a levantarse, la tomó y lo jale con fuerza hacia mí. Note un poco de sorpresa en su rostro ante la acción.
Caminamos hasta los taxis y le dimos la dirección al chófer. Durante el viaje ningúno de los dos habló, pero el silencio fue cómodo. Llegamos a una privada pequeña pero muy linda, le pagué al señor y bajamos del taxi para caminar hacia la entrada de su casa en donde se encontraba una chica que supuse era su hermana, pues el parecido era bastante.
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Anatomía || Emiliaco
FanfictionJoaquín es un estudiante de preparatoria apasionado por la anatomía humana y la pintura. Una noche asiste a una fiesta donde conoce a Emilio, un chico universitario cuya vida está rodeada de grandes secretos.