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» ꜱᴛᴀɴ ᴛʜᴇ ᴍᴀɴ «

Año 2000, Febrero

- Sí, estuvimos hablando mucho con Stan sobre la idea de tener hijos. - Patty coloca la carne molida dentro de una bandeja y la coloca en el horno que antes había prendido.

- ¿Comenzaron la práctica? ¿Buscaron nombres? - su amiga de hace años y también la de su esposo, Rose Donovan, la codea

- Sí, ambas cosas. Si fue niño tal vez Andy y si fuera niña Jenny, o Engla. - un suspiro y una cara de cansancio se refleja sobre el bello rostro de Patty -. Solo hay pequeñas dificultades.- encoje sus hombros

- ¡Ey, cariño! - su amiga coloca delicadamente la mano sobre su hombro apretando un poco como señal de apoyo -. Ya verán que se les dará, no siempre sale a la primera. - guiña un ojo

La joven Patty ríe dulce por los gestos que brindaba su amiga.
Patty y Stanley ya no sabían qué intentar, las energías se agotaban y sus esperanzas de tener un hijo caían en picada.
No sabían cuál era su problema, ¿acaso alguno de los dos no funcionaba? ¿Acaso no lo hacían con suficiente gana? ¿Acaso ella era el problema?. Preguntas rondaban todas las malditas noches por su cabeza haciéndose mala sangre por este tema.
Su madre, Ruth Blum, cada semana le mandaba una carta a su hija, luego de que ambos se mudaran. Ambos padres preguntaban cuando les darían un nieto, o nieta, ansiosos porque algunas de las cartas que su hija mandara de vuelta fuera contestada con un simple, pero muy significante, "Sí"; por otro lado, su hija también se sentía ansiosa por hacerlo en algún momento. Pero eso no pasaba y sus padres esperaban ansiosos por mal criar al bebé Uris con la justificación de que ya se estaban volviendo viejos de tanto esperar.

- Espero que así sea, amiga - su voz suena como un delicado susurro, una voz de princesa sale de su boca pintada con un labial rojo que desprendía destellos -. Cambiando de tema - vira hacia donde se encuentra Rose, sacando la lechuga y los tomates del agua para comenzar a cortarlos -, ¿cuándo pensarás en formalizar? - Donovan ríe

Lena Pinkman, amiga de ambas mujeres, una chica afroamericana con cabello medio y negro, portando una figura preciosa y un bello vestido púrpura asentándose en su figura ingresa a la cocina con su copa de vino. Era una cena especial entre amigas, en la casa de Rose, luego, tal vez, irían a bailar. La noche era joven y no tenían nada para perder.

- Esta muchacha que ves aquí, mi querida señora de Uris - Patty ríe por tales palabras provenientes de Lena o Lele, para sus amigas -, ha rechazado a cada quien se le pusiera en su camino - Rose frunce la boca con una sonrisa -. ¡ Tiene al mismísimo dueño de varios hoteles Evan Geller a sus pies! - suspira dramáticamente - pero nada. - deja caer su cuerpo en la silla