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El ruidos de los tacones se escuchaba sobre la acera, ajustaba mi saco a mi cuerpo y con mis manos acariciaba mis brazos para dar calor. Era un día fresco en Derry, había llovido la noche anterior y soplaba una brisa fría causando pequeños escalofríos; por otro lado, el cielo estaba celeste pero el sol se ocultaba entre las nubes de vez en cuando. Me encontraba caminando por el centro, había demasiado amor y alegría en el aire, donde la gente se preparaba para el festival del canal. La mayor parte de Derry no había sufrido cambio, la biblioteca seguía igual como la misma estatua gigante de Paul Bunyan en el centro de la plaza, me dirijo hacia ella y levanto mi cabeza para verla mejor, el sol golpea mis ojos dejándome un poco ciega, pero mi mano sobre mi frente me ayudaba a ver un poco. La otra permanecía haciendo un puño sobre mi saco para que este no se abriera ya que no llevaba botones. Aún recordaba la vez que Richie había llegado a casa asustado luego de ver a eso.

Las personas hacían tumulto cada tanto en pequeñas partes de la plaza, en el centro podía ver a un hombre alto y rubio sonriendo lo más que podía hacia los habitantes de Derry. La curiosidad me había invadido pero seguí con mi recorrido, Mike nos había explicado lo que debías hacer a la perfección para llevar acabo el ritual pero seguía vagando por la ciudad sin encontrar el dónde y el qué. Mis pies me guiaban hacía la heladería que se encontraba cerca de la plaza, una sonrisa pequeña se reflejaba en mis labios rojos por la misma sangre que circulaba por ellos y daba a mi cara una expresión nostálgica, yo recordaba las tardes en las que pasábamos por aquí junto al club y comprábamos los ricos helados que vendían.

[...]

Salí de la tienda con el helado de vainilla y dulce de leche, el frío había dejado de ser mi problema yo solo quería disfrutar del helado.
Seguía con mi recorrido por mi viejo pueblo y de vez en cuando acomodaba mi corto cabello gracias a la brisa que lo despeina. A veces miraba al suelo y veía el pequeño camino de gotas que dejaba el helado, pasaba mi lengua por este hasta terminarlo. Me detuve en un basurero y tiré las servilletas con las que limpié mi boca y manos, volvía a estar en el centro de de la plaza y quedé admirando el ensayo que estaban haciendo sobre el escenario para el festival, los payasos, las porristas y los niños disfrazados llamaron mi atención por un momento, mi vista se centró en los dibujos sobre las baldosas hechos con tiza, seguí el camino de la rayuela hasta el dibujo del La Tierra, luego de este había una tortuga. La tortuga era preciosa, la habían hecho con colores verdes, violetas y celestes, esta parecía moverse de tanto que la observé, se alejaba de mí; cerré mis ojos con fuerza y los abrí, el dibujo seguía allí. La risa de los niños me sacaron del trance, tres de ellos pasaron abriéndose entre mí y uno pasó entre mis piernas causando mi risa - ¡que atrevimiento! -, murmuré.

- Bonito, ¿no? - la voz masculina a mis espaldas me asusta

Doy media vuelta asustándome con la altura del joven hombre, me muestra una sonrisa. Era demasiado alto, rubio y con ojos color verde, sus labios estaban rojos y eran gruesos hasta parecía que hacia la típica cara de duck por ello.

- ¿Los dibujos? - pregunto tonta, él asiente - Sí,  lo son. Demasiados lindos. -

- Vi que te quedaste mirándolos por un tiempo. - habla

- ¡Oh, sí! Es que parecía moverse - él me mira desconcertado -. Sé que parece tonto, pero de tanto mirarlo parece moverse. Parezco idiota diciendo esto. - suspiro entre un risa

- No te preocupes - extiende su mano acomodando un mechón de mi cabello -. Nunca te vi por aquí, ¿eres nueva? -

- No, en teoría, viví aquí cuando era pequeña por un largo período y ahora estoy de visita - lo miro atentamente -. Puedo sonar rara pero siento que te he visto antes. -

|IT 2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora