«Step two.»

197 20 2
                                    

Los momentos pasados juntos se acumulaban, algunas veces ni siquiera se hablaban. Con miradas tenían entendido que necesitaban espacio que las palabras sobraban y sólo necesitaba un tiempo para respirar solo. Ambos pasaban por esos momentos, y se respetaban mutuamente. 

Muchas veces compartían sus cosas. Prácticamente dormir juntos no era nada, parecían pareja si no los conoces de cerca. Compartían su comida y todo lo que tenían, menos el dinero, eso cada uno lo manejaba como quería.

Era diferente una amistad como esta, pero para ambos era satisfactoria, era algo que ambos necesitaban, un poco de compañía que comprendiera como se siente. Una mirada que te advierte de que en realidad necesita una solución como llorar, y un hombro en el cual apoyarse. Esas cosas eran las que necesitaban del otro, y era algo que se podían brindar. 

Jihoon, ahora retrocedía pasos, estaba mal. No se sentía feliz consigo mismo, se veía la espejo con desprecio y disgusto. Se sentía mal, quizás porque Seungcheol estaba más ocupado con su trabajo, por lo tanto pasaba solo junto sus inseguridades que lo tenían acorralado. Se veía flaco en el espejo, delgado hasta las costillas. Se preguntaba como había podido ir a la playa con su cuerpo tan desnutrido y feo. 

Se estaba cuestionando si debía comer hasta que no pudiera, pero sabía que no era capaz. Se terminaba deshidratando con lágrimas cuando Seungcheol no estaba. Trataba de mandarlo a él al supermercado, no por flojera si no por miedo a que lo viera derrumbarse o a caer de nuevo. 

Seungcheol había ido de vuelta al trabajo para ir a buscar cosas que necesitaba para el próximo mes. Así que Jihoon aprovechó para sólo mirar por la ventana, mientras lloraba. Cuando vio el cerro de ropa por planchar y doblar, dejó de llorar y preparó las cosas para hacer esa tarea. Se puso frente a la tele, con la mesa detrás de el sofá con la tabla de planchar. Prendió y enchufó la plancha. Un cerro de ropa sobre el sillón para seguir. 

Estuvo un tiempo planchando y haciendo cosas. Hasta que sólo vio unos cuadros a la lejanía. Se deprimió y golpeó la tabla. La plancha se volteó y sobre su mano cayó el metal hirviendo. Con rapidez la desenchufó, y la despegó de su piel, quejándose, dando un grito estruendoso. 

—¡Mierda! ¡Mierda!—Dejó la plancha, y con cuidado fue a la cocina, dejando el agua caer encima de su quemadura. Era una no grave, quizás de primer grado, pero dolía. De repente un ruido de la puerta principal se escuchó.

—¡Jihoonnie!—Gritó, mientras caminaba, resonando sus pasos por el piso de madera.—¿Jihoon? ¿Qué mierda?—Seungcheol vio a Jihoon en la cocina y se acercó de inmediato.—¿Qué pasó?—Jihoon sólo negaba, con lágrimas en los ojos, a punto de salir, sus suspiros significaban que sus lágrimas estaban por salir, sus miradas no se encontraron. 

—N-Nada.—Seungcheol tomó la muñeca de Jihoon que estaba bajo el agua que corría del fregadero, y le echaba más agua.—Déjame... ¡Seungcheol!—Gritó, cayendo una lágrima, que limpió de inmediato con su sudadera, la mano que estaba bien y sin problemas. 

—Trato de ayudar. ¿Qué pasó?—Jihoon negaba, mientras que Seungcheol abrazaba un poco a el pequeño, sin sacar su mano de el agua. 

—Estaba mal, y sólo golpee la tabla, y cayó sobre mi mano...—Lloró un poco, sollozando y gimiendo un poco con sus sollozos entrecortados.

—Está bien, está bien.—Jihoon abrazó a Seungcheol, sin importar su espacio. Sólo necesitaba un abrazo que dar para sentirse feliz, satisfecho, seguro.—Mírame, está bien, lo haremos juntos otra vez...—Acarició su cabeza.

—Pero no quiero que falles por mi, tú puedes seguir solo, c-caminar sin mi, no importa...—Seungcheol negó, mientras acariciaba la cabeza de Jihoon.

«The beach»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora