«The house...(Final)»

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Los días han pasado. Las semanas, y hasta dos meses. 

Dos meses en los cuales han "Vivido el momento". Lo lamentable, es que los momentos pasan, y sigue estando igual. Siguen siendo eso que son, que ni siquiera ellos pueden definir pero disfrutan. Siguen en sus trabajos, en salir a la playa a pasar un rato. No tenían las típicas citas de toda la vida. No, porque como habían hecho "Los pasos al revés" pues ya conocían todas las cosas del otro. Lo único que podían desconocer, el uno del otro, era el hecho de si pensaba en su ex, si en verdad lo había olvidado o seguía con la consciencia llena de la persona que alguna vez habitó en sus corazones. 

Pero por más que se lo digan, por más que se digan que ya lo habían olvidado, sus remordimientos no le podían dejar tranquilo. Sin embargo, los momentos estaban bien, la pasaban bien. 

¿Era un problema el no ser "nada" pero amarse?

Quizás era un peligro, un peligro el hecho de que podían ir con quien se les plazca. Pero según su regla silenciosa, sabían que no era real, sabían que no debían traicionarse, seguir como una pareja normal, pero sin el típico tópico. Algo así funcionaba para ellos.

Su felicidad, estaba más llena que antes. De todas formas, los besos se sentían retraídos, como si alguien los vigilase, como si supieran que estaba "mal" besarse con otro sin tener una relación estable. Para ellos era raro, los abrazos eran tímidos, sus besos cohibidos, y sus tomadas de manos también escasas. Debían dar el verdadero paso al frente, el paso que todos dan sin vergüenza y que toman sin pensar en algunos casos. 

¿Era cierto que ambos estaban listos? 

Sí.

Lo sentían al besarse, al mirarse y abrazarse. Sólo con estar con el otro, se sentían completos, y quizás no era algo malo el no ser algo verdaderamente, pero debían serlo, sus corazones pedían más, como una pulsación, como una especie de droga que pedía ser una pareja formada y linda, que antes no había. ¿Sus mentes y corazones estaban listas? Claro que sí. 

Estaban enamorados después de todo.

Se sentían seguros. 

Y parecía una lista que tenían que seguir para poder dar el paso. 

Decidieron darlo. 

Pero no como la pregunta, "¿Quieres ser mi novio?". Claro que no, era algo más especial, profundo, mágico, una flor que debía brotar en sus corazones, saliendo a la luz del sol, como un girasol... Debían serlo, debían brotar flores de sus sonrisas al saber que ambos estarían felices juntos. Seungcheol lo ansiaba, ya sentía las mariposas, las mariposas que buscaban una forma de salir. Al besarlo, al abrazarlo. Su pecho, un jardín de flores que luego de un tiempo sin nada, al fin tenía sus flores únicas y especiales que buscaban germinar frente al sol que era Jihoon.

Jihoon en cambio, buscaba una forma de darle lo que él le daba, las sonrisas que hacían brotar destellos. Sus ojos que brillaban con firmeza y seguridad, luego de tanto, pero tanto tiempo siendo penumbrosos y oscuros, algo que significaba que odiaba su vida, su existencia que no tenía motivo al despertar. Sus ojos en la mañana que se abrían, y que no daban más que pena, al verlos rojos, doloridos por el llanto de la noche y madrugada, que daban una sensación de que había pasado por muchas torturas. Torturas y más, que le daba puñaladas en su pecho, en su vida, y en su mente. Pero... Esa tempestad, había pasado, no más, no más dolor, no más ojos doloridos. Ahora eran destellos que como fuegos artificiales tenían que salir disparados a los ojos de el más grande que lo abrazaba. 

Encontraron su lugar, y no era la casa en la playa, ni era la playa en sí, ni el mar, ni su trabajo. 

Eran los brazos, los besos, las sonrisas y los ojos del otro que veía seguido, al despertar, al hablar, al sonreír y al besarse. 

«The beach»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora