«Eighth part.»

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Era cierto que para Jihoon, Seungcheol era guapo, no tenía porque negarlo. Era completamente normal encontrar a un chico o chica atractivo o atractiva. Pero había una cosa que molestaba a Jihoon. Hace mucho tiempo que no ve a alguien atractivo para él. Y estaba siendo la excepción, cosa que asustaba a el menor. 

No tenía sentido, nada tenía sentido. Sólo quería seguir con su vida sola y aburrida, quizás hasta que muriese. Pero los deseos de llamar a Seungcheol para tomar algo eran cada vez más frecuentes y sobre todo persistentes.

Se encontraba más que solo, era mejor sólo callar, caer en el olvido y sufrimiento solo y no volver a mirar atrás.

Ya estaba completamente destinado al fracaso, a la desolación, y el exilio. Ya nada valía la pena, no tenía sentido, ni siquiera seguir viviendo. Todo porque un gran cachito de él se fue con una maleta detrás de él. Quizás era sólo una ilusión, a lo mejor un sueño, estaba en coma. Todo menos la soledad que sólo era acogida en él, mientras él era abrazado, por sábanas. Era doloroso, para él sentir como una tela era lo que lo enrollaba y no un cuerpo que le diera calor y acogida. 

Una, dos, tres, cuatro, un mes, dos meses, solo. Prácticamente no hablaba con nadie a parte de Chan. Aunque el menor estaba ocupado. 

Su móvil vibró, y todo se esfumó en sólo un segundo. Se dio vuelta en la cama, y ahí estaba el nombre de Seungcheol.  Se acostó con el celular en la oreja, esperando alguna respuesta en la llamada. Se levantó, y se puso sus zapatos por andar en casa, cómodas. Fue a el comedor, y se apoyó en la mesa, sin escuchar ni una respuesta todavía. 

—¿Hola?—Dijo de una vez por todas Jihoon, con su voz un poco más grave de lo normal.

—¿Puedo ir? Eres la única persona que me puede escuchar ahora.—Seungcheol se escuchaba agitado, y eso confundió y preocupó un poco a Jihoon. 

—Claro, claro. ¿Quieres tomar o comer algo en especial?—Habló firme, mientras se iba a la cocina, subió su mano a la despensa, escuchando una tos, un poco fingida, claramente.

—¿Tienes algo para...? Ya sabes.—Susurraba, mientras Seungcheol se escuchaba agitado, quizás porque estaba caminando muy rápidamente.—Sí sabes a lo que me refiero, por favor, si tienes, si no puedo comprar.—Jihoon sólo suspiró, mientras que Seungcheol suspiraba muy cansado.

—No puedo beber, compra tú. Y ven rápido, tengo cosas que hacer.—Colgó. 

Era mentira que tenía cosas que hacer, sólo no quería verlo, porque claro, él tenía que deprimirse, no beber con un extraño. Ese era su cometido, salir con la soledad.

Jihoon se repetía a si mismo que sólo le atraía, que sólo tenía un buen físico, carisma y era sólo un chico simpático. Sí, era sólo eso.

Más pronto que tarde, escuchó la puerta ser tocada. Traía una botella, y unos vasos, dentro de la bolsa de plástico, que de seguro Jihoon guardaría para reutilizarla. La sonrisa de Seungcheol no estaba, cosa extraña en él. Estaba con un rostro triste, demacrado, quizás no había dormido en días por las ojeras moradas que tenía bajo sus grandes y redondos ojos que llamaban la atención de cualquier persona. Sus labios estaban resecos, y partidos. Según Jihoon, era por el frío, sí, no porque estuviera mal, no claro que no. 

—¿Qué te pasa? Porqué mierda estás así.—Dijo Jihoon apuntando totalmente a Seungcheol.

—Porque... Ya te cuento, primero los vasos.—Se sentó en el sillón, y puso la mesita de centro más cerca de lo normal. Su cara de pena estaba completamente plasmada en el rostro de Seungcheol, mientras servía su bebida. Le dejó un vaso vacío a Jihoon, pero él ya tenía su taza de café en la mano.—Hana me ha conversado de que quiere tener hijos en un futuro, casarse, tener una casa.... Y demás. Pero tú sabes que no es con ella, estoy dejando de amarla, a como era antes. No sé que hacer.—Habló, miró su vaso, y de un trago, se lo bebió entero. Jihoon quedó sorprendido, pero sólo se sentó junto a él y lo miró esperando algún otro tipo de respuesta a lo que acababa de decir.—Tenías razón...—Dijo suspirando, mientras servía otra vez el mismo vaso, con el alcohol específicamente whisky.

«The beach»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora