𝐓𝐎𝐔𝐆𝐇 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━ MICHAEL GRAY

016.

Michael tiene un brazo alrededor de mí, soy consciente de todos los ojos de los presentes que nos observan esconden rabia, celos, ira, mientras entramos a la mansión Shelby.

Michael había convocado una reunión, una que me tenía más que asustada.

La última vez que estuvimos aquí, Michael me fue arrebatado de mí.

¿Y ahora, estoy aquí para alejar a Michael de ellos?

Dios, esto es demasiado.

Y cuando vea la reacción de Polly.

La idea de ella trae un escalofrío a mi cuerpo y me inclino hacia Michael. Me da una mirada, acercándome más a él.

—¿Estás bien?

—No realmente. ¿Estas seguro acerca de esto?

—Nunca he estado seguro de nada más, June.

Entro a la casa, deteniéndome antes de extender mi mano para que la sostenga.

Entrelazamos nuestros dedos, él trata de desestresarme besando mis nudillos, pero no me puedo imaginar estar tranquila en tal situación. La casa está llena de silencio, no hay criadas a la vista. Respiro profundamente, por la nariz, por la boca. Incapaz de aceptar complemente la idea de lo que él dice que nos casaremos y nos alejaremos. Pero, no estoy tan segura de que va a pasar así.

—Será suave, fácil incluso—susurra contra mi cabello—. Y entonces seremos libres.

—Michael—lo miro detenidamente—. Si no quieres esto...

—¿Te puedes detener, June?

—Siento que tal vez esto es demasiado forzado.

—¿Qué es forzado?—se detiene y me observa—. Dime, ¿qué es lo que me obliga a hacerlo? Desde el momento en que te vi, supe que eras mía, June. Sabía desde el principio que te amaba y cuando salí del orfanato, nunca pensé que sería una maldita década para volver a verte. Tú en mi vida de nuevo. ¿Crees, aunque sea por un momento, que te dejaré salir de mi vida otra vez?

Sus ojos son tan verdes que me recuerdan a los árboles en julio, tan verdes, cálidos y vivos. Observo esos ojos salvajes y entiendo lo que quiere decir cuando dice que ve un hogar en mí. Porque veo mi casa en sus ojos también. Me chupo el labio inferior y pasó mi vista hacia abajo, pero él levanta mi barbilla.

—Si quieres esto tan mal como yo lo quiero, a la mierda todo lo demás.

Sus palabras rebotan en mi cuerpo, golpeando mi corazón y haciendo que se hinche. Me pongo de puntillas y lo beso una vez antes de retroceder y sonreír.

—Yo quiero esto. Mucho.

—Yo también, amor—frota mi brazo antes de inclinar su cabeza—. ¿Vamos a hacer esto entonces?