𝐄𝐏Í𝐋𝐎𝐆𝐎

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Entrada de diario 27

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Entrada de diario 27.

¿Elegí mal? ¿Me elegí cuando debería haberlo elegido a él todo el tiempo? ¿Había algún tipo de libro de amor que debía leer antes de meterme en un amor catastrófico con el hombre de mis sueños?

¿Tal vez hice todo esto mal?

Estar con un hombre que creía conocer, cuando en realidad era una tontería en mi cabeza. Pensé que me amaba incondicionalmente, pensé que íbamos a huir, sabiendo que su familia es peligrosa. Pero en ello, no hay lugar para una mujer como yo, cuando existe una madre así.

El aire frío entra en mí, mientras me paro con vista al océano pacífico.

Vancouver, Columbia Británica. Canadá.

Ahí es donde he encontrado mi refugio seguro y un lugar al que finalmente puedo llamar hogar. Lejos de él, lejos de Inglaterra.

De vez en cuando recibo cartas de él, detallando una vida que no puedo decir que me encontraría divertida o sostenible.

Pero él dice que ahora vive en Nueva York, tomando un trabajo que Thomas Shelby le ha otorgado. No recibo cartas muy a menudo, solo en los días en que las cosas se ponen realmente mal para él. La escritura generalmente se pone horrible al final, una señal de que escribe con una botella de whisky justo a su lado. Una letra estaba manchada con su sangre, otra, arrugada por las lágrimas que había derramado sobre la mesa.

Aunque las cartas son ocasionales, pienso en él todos los días.

Es como si estuviera muerto, lo extraño mucho. A veces pienso que me he vuelto loca, preguntándome: ¿cómo puedo extrañar al hombre que ha hecho tanto para lastimarme?

Dios. ¿Cómo puede una persona dormir tan tranquila por la noche?

Apenas puedo dormir hoy en día.

Todo por un dolor de cabeza constante, o la pierna en la que me dispararon.

No podía seguir siendo enfermera debido al trabajo intensivo. Mi pierna estaba dañada permanentemente, tenía que caminar con una cojera, e incluso eso a veces era demasiado fuerte para mi cuerpo, así que fue el final de mi carrera soñada. Otro sueño roto. Me mudé a trabajar en orfanatos, en particular, por todas las niñas y niños, donde soy una consejera que solo permanece sentada.

Me había enterado de que tenía seis semanas de embarazo cuando llegué a un médico de Vancouver quejándome de mis pies hinchados. Estaba segura de que no estaba embarazada. Pero, por desgracia, el médico me miró con ojos felices y me dijo.

"Sra. Osborne, parece que está embarazada".

Se llama Ethan Henry Osborne.

No pude escribir Gray en su certificado de nacimiento, aunque pensé que probablemente debería haberlo hecho.

Crié a mi bebé sola, feliz, pero sola.

Crecimos juntos, Ethan y yo.

Tiene la valentía y el amor de sus padres, su sonrisa dentuda y su rostro atractivo.

Todas las chicas en la escuela adoran a Ethan.

Es inteligente, ingenioso y encantador. Aprendo todos los días de ese chico apuesto, que tengo la suerte de llamarlo mío, mi hijo. Nunca entendí la aterradora madre sobreprotectora que Polly era para Michael, hasta que tuve a Ethan. Fue entonces cuando me di cuenta de lo locamente enamorada que estás de tus hijos, pero con lo que no podré simpatizar jamás, es con cómo se permitió negar el terrible cuidado que le tenía.

Con Michael en Nueva York, sé que cuando tenga el coraje de escribirle de vuelta, conocerá a Ethan Osborne.

Nunca imaginé que mi vida fuera así.

Tampoco había soñado con volver a ver a Michael, pues tampoco me llevaría nada.

Estás a un mundo, Michael y todo en lo que puedo pensar... es en ti.

Te extraño infinitamente, me pregunto por ti y por tu felicidad. Te extraño mucho. ¿Pero qué puedo hacer al respecto? Sabes más que nadie lo que me haces, cómo me afectas. Y extraño eso.

Pero ahora somos Ethan y yo, desearía que pudieras vernos y que fueses el padre que sé que puedes ser. Pero si te permito esto, te quedarás para siempre. Y aunque no quiero nada más, sé exactamente lo que sucederá.

No podemos estar juntos, Michael.

Ese es nuestro destino.

Me levanto con mi carta y camino hacia la chimenea, pienso por un segundo enviársela a Michael, pero voy en contra de eso cuando escucho la pequeña voz de Ethan mientras él duerme.

No vine hasta aquí por nada, arrojo el papel al fuego y observo cómo se convierte en ceniza antes de caminar hacia la cama que Ethan y yo compartimos, me acuesto a su lado y cierro los ojos, finalmente permitiéndome el acceso del sueño.

Descanso plenamente, de la forma que he estado anhelado toda mi vida.

THE END

𝐓𝐎𝐔𝐆𝐇 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━ MICHAEL GRAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora