012.

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—¿Cuál es tu nombre?

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—¿Cuál es tu nombre?

Un hombre que sostiene mi identificación me pregunta. Casi pongo los ojos en blanco, él sabe mi nombre, ¿por qué lo pide? Sin embargo, siempre se debe responder a un hombre con uniforme, así que en un suspiro respondo:

—June Osborne.

—¿Razón para visitar al recluso 45122?

—Somos amigos—musito, realmente insegura de lo que está pasando—. ¿Por qué necesita saberlo?

Esta es la primera vez que estoy en una penitenciaría, así que vengo con ojos muy cautelosos y con el corazón ansioso.

Ni siquiera sabía que podía visitar a un recluso, hasta después de recibir una carta de Michael por correo. Había adjuntado la ubicación, hora y fecha.

Algo me dice que esto es ilegal, pero, de nuevo, no puedo estar muy segura.

Me revisan en busca de contrabando, el oficial me dice que me quite los pendientes y el brazalete de oro que me rodea la muñeca.

Me veo obligada a quitármelas antes de poder entrar en una habitación espaciosa donde Michael esta sentado todo gruñón hasta encontrarse con mis ojos. Él no se levanta de su asiento. Tampoco parece realmente interesado en verme, lo que me duele.

Tres semanas desde que no lo he visto, tres semanas que estoy preocupada por él.

La carta la había enviado hacía dos semanas, así que asumo que el hecho de que no le respondiera y que vine a verlo tan tarde, solo lo enfureció.

¿Quizás pensó que huí por las colinas?

Pensé en huir, pero mi corazón quería quedarse donde estaba Michael.

Lamentablemente, la voz de mi madre desapareció una vez que hice la revelación. Me siento frente a él, con el estómago hecho un nudo. Espero que no esté molesto por eso, pero si recuerdo su carta. Él me suplicaba que lo visitara y yo... aparecí una semana después.

Mierda.

Creo que hubiera sido más seguro si hubiera aparecido en el momento en que la carta estaba en mi buzón.

—Hola—digo, una vez que estoy en el banco de acero frío.

La sala de visitas es pequeña, es un lugar cerrado y privado para que hablemos, hay guardias a nuestro alrededor.

Recuerdo la primera vez que vi a Michael en el hospital, los guardias allí y los guardias aquí tienen el mismo propósito, pero a ellos no les importa una mierda que Michael esté aquí.

Una fría sensación de miedo me recorre la piel.

Me estaba preparando para verlo mucho más pequeño, delgado y débil. Pero de hecho, se ha vuelto aún más grande, lo que solo me hace preguntarme si lo están tratando bien aquí. Tiene sus dedos entrelazados, los codos sobre la mesa mientras me mira con esos ojos verdes.

𝐓𝐎𝐔𝐆𝐇 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━ MICHAEL GRAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora