Semanas sin ti

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Las prisas nunca fueron buenas, pero hay veces que son necesarias para poder seguir viviendo con tranquilidad. Dos términos opuestos pero con infinitud de conexiones y casualidades.

Por eso Luis, tras pasar toda la noche fuera en un parque alejado de todo y de todos vuelve al hotel con intención de hacer la maleta y saber cómo se encuentra Roi tras su noche triunfal.

Cuando entra se encuentra al gallego en la cama recién levantado.

-¿Dónde estabas?-Pregunta Roi mientras mira el terrible aspecto de su amigo.

-¿Estás mejor?-contesta metiendo un par de básicas rápidamente.

-Luis, ¿Qué haces? ¿Dónde vas? ¿Me vas a contestar?-continúa desesperado.

-¿Tú sabías que Aitana tuvo una hija?-se gira para ver como su amigo le aparta la mirada, hablando así por sí solo.

-¿Qué pretendías que te dijese?, que tuvo una noche lo en una fiesta y se quedó embarazada de otro, ¿Lo hubieses aceptado?-intentándose defender.

-Roi, la niña es mía-afirma Cepeda mientras se sienta derrotado en la cama tapándose la cara.

El gallego menor inmediatamente se levanta de la cama para abrazar a su amigo mientras que sigue estando en shock.

-No puede ser tío, que no-dice Roi mientras acaricia la nuca de Luís.

-Me estuvo intentando mandar cartas desde que me fui-suspira-se las daba a mi madre.

-No te puedes ir a Ourense, tienes que terminar la promo en Barcelona-dice consolándole.

-Roi, necesito saber la verdad, soy padre, joder, ¿Sabes lo que es eso?-se agobia aún más de lo que estaba y se levanta de la cama para terminar la maleta-volveré lo antes posible, no se lo digas a nadie.

Termina la maleta y se queda en la mirada de pena de Roi, así que decide abrazarle fuertemente.

-Aunque no te lo diga mucho o más bien nunca, te quiero amigo, gracias por todo-dice Cepeda-cuando vuelva tendremos que hablar seriamente, tu y yo como siempre y acuéstate un poquitín que la resaca es mala, luego te llamo, estaré bien.

Le da un beso en la frente y se va hacia el coche para poner rumbo a su ciudad natal y no puede estar más lleno de preguntas e inseguridades y siente como una cuenta atrás en el tiempo situado en su pecho y cada vez se cree menos la idea de ser padre y cada vez le duele más el haber perdido tantos minutos sin ser capaz de disfrutar de su hija.

Él siempre había querido ser padre y en cambio, Aitana nunca, siempre se agobiaba al escuchar la palabra compromiso o hijos y él la entendía perfectamente, tenía 19 años, tenía que disfrutar, volar.

Llega a las 9 de la noche, justo cuando está cayendo el sol y llama apresuradamente al timbre de su casa, no puede esperar más, ha esperado una vida y no quiere hacerlo durante mucho más tiempo.

Su madre le abre sobresaltada y cuando ve que es su hijo se lanza a sus brazos.

-¡Qué alegría cariño!, menudo sorpresón, pero ¿No tenías promo en Barcelona?-pregunta mientras le da varios besos.

-Mamá, tenemos que hablar seriamente-suspira Luis inquieto.

-¿Qué ha pasado?, no me asustes-dice poniéndose una mano en el pecho en señal de preocupación.

-¿Qué hacías con las cartas que te daba Aitana?-pregunta serio con lo que a su madre se le cambia la cara.

-¿Qué cartas cariño? ¿La has vuelto a ver?¿Qué tal está?-se pone nerviosa.

Ciencia Cierta o InciertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora