Momentos pasados, abrazos guardados, risas sin contagiar, mimos sin dar, miradas a escondidas que darían mucho de qué hablar y te quieros sin pronunciar.
Disparos en el pecho y un millón de vueltas que dar.
Esas vueltas son las que se halla haciendo Aitana tras la dura noche que acaba de pasar.
Ha vuelto a sentir su tacto después de casi 5 años, ha vuelto a escuchar su voz después de casi 5 años, han vuelto a hablar como personas civilizadas después de casi 5 años aunque los últimos meses que Luis pasó en España no hablaban mucho.
Ha vuelto a poner su vida patas arriba y es que sin ningún tipo de intención ha sido capaz de recibir al gallego en su casa y por fin ha sido capaz de contarle parte de su vida, cosas pequeñas pero su vida.
Es cierto que ahora mismo la cabeza de Aitana explotaría si no fuera porque su hija está corriendo de un lado para otro de su enorme salón, sin preocupaciones.
La catalana también anhela vivir sin preocupaciones y es que desde los primeros meses de noviazgo con el gallego no es capaz de sentirse así, se sentía en paz.
Hasta que su familia se metió de por medio y miles de cámaras les intentaban perseguir a casi todos los lados.
-Mamá-llama la pequeña a su madre haciéndola sacar de sus pensamientos.
-Dime cariño-suspira.
-¿De qué conoces a mi amigo Luisin?-pregunta curiosa sentándose e las rodillas de su madre.
-¿No te lo tendría que preguntar yo a ti?-dice su madre mientras intenta esquivar el tema lo máximo posible porque no cree que pueda inventarse algo consiste en tan poco tiempo.
-Cantó tu canción, la que me cantas cuando no puedo dormir y me enfadé muchísimo-dice Aitana mientras acaricia el pelo a su madre-me regaló su disco y el otro día canté y toqué el pino con él.
Aitana se queda impresionada al conocer esa información y es que a Luis no le gustaba cantar con alguien porque le daba muchísima vergüenza.
-Mamá, prométeme que aunque papa no quiera que siga en el conservatorio voy a seguir-dice la niña fijando los ojos en su madre y Aitana se rompe en dos al tener que oír esa promesa.
Sabe a ciencia cierta que la pasión de su hija es el piano y cantar y que ni loca dejaría a Jesús desapuntar a la niña del conservatorio aunque se gane otra bronca con él.
-Te lo prometo ratona-dice Aitana mientras unen los meñiques y se dan un beso a la vez
-Pero ¿Me vas a contestar?-vuelve a preguntar la niña- ¿De qué conoces a mi amigo Luisin?
-Pues Aitana, él y yo estuvimos-no sabe bien cómo continuar para intentar no estropearlo-estuvimos juntos en el conservatorio, bueno fue mi profesor-acaba soltando.
Y es que no es del todo incierto ya que Luis enseñó a Aitana a amar la música además de a tocar la guitarra y es que no existía un domingo que no estuviesen sentados en la cama de él en los 25 metros cuadrados y compartiesen varios acordes o tal vez varios besos.
Aitana hija se asombra al escuchar tal información.
-¿Y por qué no sabía yo esa información?-pregunta la niña colocando un dedo en el pecho de su madre.
-Porque es un secreto, entre tú y yo porque ya sabes cómo se pone papá cuando se entera de que le ocultamos cosas-dice la catalana mientras que intenta hacer cosquillas a su hija.
-Pues un día te tienes que venir con nosotros, ya verás que chulo-dice la pequeña-además seguro que me va a pedir que me case con él pronto-dice colocándose el pelo y con eso a su madre no le queda otra opción que reírse y morirse de la ternura.
-Uy, y eso se puede saber el porqué, ¿no crees que eres muy pequeña para pensar en eso?-dice la chica del flequillo riéndose.
-Pero mamá, ¿Tú has visto cómo me mira?-presume la pequeña.
Y es su madre no se puede sentir más identificada con ella, bueno a ver, es diferente pero coinciden en que con solo una mirada del gallego te puede hacer tocar las estrellas.
-Pues a mí me gusta el tal Hugo, el de tu clase-dice Aitana para picar a su hija.
-Pues yo me quedo con Luis y tú con Hugo-termina su hija de esa manera y provoca en Aitana miles de carcajadas y continúan jugando.
Tercera semana sin ti
Hola Luisin ¿Qué tal todo?, espero que espectacular y espero que pronto te lleguen mis cartas y tengo una buena noticia ¡Entramos en la décima semana de embarazo! Pero me temo decirte que nuestro bebé ahora es una uva, con lo poco que te gusta ¿eh?, yo creo que me contestarás cuando lleguemos a una fruta que te guste.
No sabía lo que era dejarte atrás hasta que todos los días intento pasar página y me corto y aunque no te lo creas aún te sigo buscando, te busco en cada nota de mi piano, en cada historia que nos escribo, en cada atardecer, en nuestra cama y en alguna noche oscura que otra (por no decirte que en todas porque tampoco quiero que te lo creas, o bueno sí, y sí te tengo que decir más ñoñerías para que me contestes te las diré) y soy incapaz de encontrarte y no me encuentro si no estás.
No quiero echarte de menos pero es que me muero de ganas por vivirte una vez más y no me voy a dar por vencida y quiero que sepas que te sigo apoyando y creyendo en ti, tal vez no estemos tan lejos como piensas porque cada vez te siento más fuerte y aunque siempre he puesto yo los puntos y tú las comas, sigo queriendo que sean seguidos e incluso y aparte con tal de no ver un final pronto, aunque me lo haya ganado a pulso.
Te quiero un poquitín idiota, sigue cumpliendo tus sueños.
Te echo y echamos de menos.
Tu pequeña.
Luis termina de leer la carta temblando y mira a su amigo que se halla en estos momentos con la boca abierta al conocer tal información. Joder, sabía que tenía una hija maravillosa pero desconocía totalmente que su mejor amigo era el padre.
-Joder Luis, es que no tenía la más mínima idea, de verdad-dice Roi mientras abraza a su amigo-¿Qué vas a hacer?-pregunta.
-Tengo que ir a verlas-dice levantándose dispuesto a salir de la habitación de hotel pero Roi inmediatamente le para.
-No vas a ir a su casa de momento, no en estas condiciones-dice mirándole con lo que Luis asiente-tendrías que seguir con la promo y prepararte los conciertos.
El gallego asiente y es que por una parte su amigo lleva razón, no puede presentarse con estas pintas, lleva más de 24 horas sin dormir y tiene un aspecto horrible.
-¿Se lo vas a contar a Alba?-pregunta Roi.
-¿Qué parte de todas le tengo que contar? Que he tenido más ataques de ansiedad en dos semanas que en toda mi vida, o que si no la contesto las llamadas es porque me agobia o que tal vez tenga dudas o que acabo de descubrir que tengo una hija de 5 años con la chica que marcó todo mi pasado y con la que aparece a escondidas en todas mis canciones-dice de carrerilla Cepeda dejando atónito a su amigo.
Se ven interrumpidos por el sonido del móvil de Roi dejando a medias una de las conversaciones más sincera que habían tenido por el momento
-Es una urgencia del trabajo, volveré mañana y terminaremos de hablar-dice cogiendo su mochila-relájate, dúchate y te acuestas, no quiero que hagas ninguna tontería así que te quedas aquí-deja un beso en la frente de su amigo.
-Roi, gracias por todo y aunque no te lo diga suficiente, te quiero amigo-dice viéndole marchar.
-Y yo a ti quejica-se despide.
Sin embargo, Luis nunca había sido de obedecer órdenes, así que decide ducharse porque sabe que le espera un día duro.
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Ciencia Cierta o Incierta
RomanceCaminos separados, ejes rotos, coordenadas partidas y promesas sin cumplir.