En varias ocasiones, el juicio nubla el pensamiento y hay veces que el corazón puede más que la razón.
Por ese motivo, en estos momentos, tras haber ido en busca de sanar una de las pesadillas de su hija, pide a Cepeda que suba con ella, llevándole así hacia la habitación de invitados para hablar tranquilamente.
-Me podrías enseñar alguna foto tuya embarazada ¿no?-insinúa mientras se tumba en la cama mientras abre un poco los brazos para recibir a la catalana en su pecho.
-Tienes que tenerlas por algún lado-dice vergonzosa aceptando ese abrazo del gallego en el que si pudiera se quedaría a vivir toda la vida.
Se mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca su cartera para coger la foto de la chica embarazada, ambos la miran con una gran sonrisa en la cara.
-Seguro que estabas preciosa-dice Luis mientras le acaricia el pelo.
-Que va, lo pase muy mal durante el embarazo, al estar tan delgada era de riesgo y casi no me podía mover, luego engordé mucho y estoy llena de estrías, estoy fatal-confiesa mientras le retira la mirada.
-Me puedo apostar que estas de 10-replica-quítate la camiseta ya verás.
Ella le mira y niega con la cabeza, no quiere verse de nuevo indefensa ante él y es que siempre ha estado acomplejada con este tema.
-No va a ser la primera vez que te vea así-dice poniéndole un poco de humor mientras se levanta y se quita la camisa y después los vaqueros para volver a tumbarse en la cama.
-¿Qué estás haciendo?-pregunta incrédula al verle de tal forma, eso sí tampoco le disgusta y es que cada día está más irresistible.
-Igualar, ahora te toca a ti-se ríe mientras la mira, exactamente igual que antes, la admira.
-Luis-se resiste ante su mirada mientras que ella tampoco puede parar de sonreír.
-Hazlo por mí, por favor-pide mientras que la agarra de las manos intentando mostrar confianza y ve como asiente-¿Lo puedo hacer yo?
Ella asiente levantándose un poco del colchón y baja la mirada, él se pone a su altura para levantarla la mirada.
-Sabes que conmigo no tienes por qué tener vergüenza-asegura mientras la acaricia el moflete.
Se atreve a levantarle los brazos con delicadeza para depositar un beso en su mano, y quitarle la camiseta, observando así las cicatrices.
Cicatrices preciosas y que la hacen cada vez más fuerte.
Así que decide volver a mirarla para después bajar un poco y depositar un suave beso en la marca de la cesárea.
Gesto que hace enmudecer a Aitana, y es que siempre que está con él, el tiempo se le para y la hace sentirse fuerte y valiente.
Se atreve a dejar otro beso en otra de las marcas y ella suelta un leve suspiro y decide dejar caer sus manos hacia la cabeza del chico para aprovechar para acariciar sus rizos.
-Luis-dice mientras vuelve a sentir otro de sus besos y la agarra de la cintura para tumbarla en la cama y seguir dejando besos y descubriendo un lunar nuevo por cada caricia que deja.
Llega hasta su barbilla y se permite quedarse embobado mirándola notando como ella suelta una leve carcajada pero que a él le parece música para sus oídos.
Que tenga ahora valor Beethoven para componer, que su risa ganaría por goleada.
Se arma de valor para acercarse un poco y choca su nariz con la de ella mientras que se ríen los dos a la vez.
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Ciencia Cierta o Incierta
RomanceCaminos separados, ejes rotos, coordenadas partidas y promesas sin cumplir.