Muy tarde comprendí que todo aquello veía no era verdad, mi corazón siempre sangrante, nunca parte de nada.
Muy tarde comprendí que algo debe haber mal en mi, cuando miré a mi alrededor. Amar algo tan distinto, las llamas siempre devorándome.
Nunca forme parte de nada, siempre a medias. Las campanas de un adiós, repican y repican sobre mis oídos que tu despedida se llevó, parte de mi cuerpo.
Muy tarde comprendí, que parto de la misma soledad y tristeza que tú mismo haz hecho.
Muy tarde comprendí que quería regresar, pero nunca me quedé.
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Piel de porcelana
PoetryAquí yacen todos los versos rotos que deambula en las paredes de mi cuarto