Capitulo 13: Confía en mí

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Al otro día mi padre fue a buscarnos a mí y a mamá al hospital, me sentía mejor y mi dolor de cabeza estaba controlado. Al llegar, entre a casa y Joaquín apareció en la escalera.

-¡Tiara!- gritó y luego de bajar los escalones corrió a mi encuentro.

- Hola, Joaquín- dije con alegría y abrazando a mi hermanito.

- No desayune, estoy esperándote- había recordado lo que le prometí la noche anterior y yo tampoco desayune esa mañana pensaba hacerlo con él- Y Alex también va a desayunar con nosotros, lo he invitado, está en el taller iré a buscarlo- diciendo eso salió por la puerta.

- ¿Quieres que haga el desayuno?- preguntó mi madre.

- No, está bien. Puedo hacerlo yo, además quiero moverme un poco.

Necesitaba moverme, quería hacer algo, sin darme cuenta me la pase dos noches en una camilla de hospital, si no me distraía un rato iba a enloquecer y preparar el desayuno para mi hermano y el corredor era una buena manera de comenzar.

- Tengo que ponerme al día con el trabajo, estaré un par de horas en el autódromo- avisó mi madre

- Bueno, te llamaré si necesito algo

- hazlo- ordenó

- Estaré terminando con unos arreglos y estaré en el taller hasta el mediodía- anunció mi padre también, esa era la forma que tenían de decir "Tienes que encargarte de la casa y tu hermano", Era chistoso pero ya los conocía.

- Voy a estar bien, si algo me pasa se los haré saber.

Tenía ganas de estar sola así que si ellos no estaba, no seria un problema para mí. Me saludaron y se fueron, fui hasta la cocina y empecé con el desayuno era lo de siempre; cereal, leche, té, tostadas y café. Mientras preparaba todo, la puerta se abrió y Joaquín y Alex entraron.

- ¿No ves Alex? Te dije no teníamos que hacer el desayuno, Tiara dijo que lo haría- dijo el pequeño enano.

- Si, ya veo- dijo el moreno con una sonrisa- Hola, Tiara- dijo mirándome

- Hola Alex- contesté y no me importo que mi hermano estuviera mirando, fui y abracé a Alex, aunque sea necesitaba su abrazo. Me sostuvo fuerte por un instante y Joaquín miraba la escena con algo de picardía

- ¡Ustedes se aman!- cantó, solté a Alex y miré al pequeño monstruo con cara de póker y el corredor se echo a reír.

- ¿Qué te hace creer eso?- pregunté

- Porque tú lo abrazaste- aclaró

- Eso no tiene nada que ver. Alex fue quien ayudó a levantarme cuando caí de las escaleras la otra noche; es mi modo de agradecerle- comenté y quedó pensativo

- Aahhhh... Gracias Alex por cuidar de Tiara cuando yo no estaba- dijo el pequeñín acercándose al moreno y abrazándolo de las piernas.

- De nada, Joaquín. Alguien tiene que cuidarla si tú no estas- dijo Alex

- Me alegro que seas tú- contestó mi hermano

- Bueno, echas las aclaraciones y los agradecimientos vamos a comer- dije.

Parecía que Joaquín se iba a conformar con eso pero solo por un rato, aunque tenia 4 años en esa entonces era demasiado astuto para darse cuenta de las cosas y nosotros éramos demasiado ingenuos y lo subestimábamos mucho.

Desayunamos tranquilamente y como siempre que estaba mi pequeño hermano, Alex se bajaba a su altura y terminaban haciendo pavadas. Como la de esa vez, hacían carreras para ver quien acababa su desayuno más rápido.

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