Desperté apenas sonó el despertador. Lo programé a las 6 am, para llegar a tiempo a casa antes que todos despierten. Al ir al living, no encontré a Alex en el sillón, al igual que la noche anterior. Fui hasta la cocina y allí estaba.
- ¿Qué haces despierto tan temprano?- pregunté, me miró incrédulo como si hubiera olvidado que yo estaba ahí.
- ¿Realmente tú estabas aquí?- preguntó con el ceño fruncido
- Sí, Alex. dormí en tu cama ¿Qué no lo recuerdas?
- Creí que había sido una alucinación y no quise ir a mi habitación por temor a que no estuvieras.
- Vine anoche con Ian y hablamos.
- Y dijiste que no te irías.- Después de todo lo que hablamos solo recordaba eso.
- No, no me iré Alex.
- Perdóname, Cherry. Por todo, lo lamento mucho- no lo podía creer, volvía a ser "Cherry". Volví a ser "cereza". Sus ojos se mostraban esperanzados y con un brillo particular, tenía la certeza en que yo lo perdonaría.
- Aquí estoy y no planeo irme. Si prometes no dejarme, ni echarme de tu departamento y sobre todo si prometes no volver a drogarte.
- Lo prometo ¿Me perdonaras?- dijo con desesperación
- Si, Alex. Te perdono.- dije con una sonrisa, él sonrió también y acercándose a mí. Me agarró de la cintura pero antes que me bese lo detuve y lo miré.
- ¿Qué tienes?- preguntó extrañado, pero no contesté solo seguí mirándolo
- Tus ojos, tienen algo.- respondí
- ¿Algo como qué?
- Un brillo que no lo vi en nadie, solo en ti. Tus ojos muestran la obligación de esconder algo y al mismo tiempo esa necesidad de contarlo.- sus ojos eran el lugar que había elegido para perderme y donde dejaría ir mi vida con tan solo mirarlos, con tal de poder develar el misterio dentro de ellos.
- Que gran filosofía a está hora de la mañana, Cherry.
- No es filosofía, solo soy observadora.- dije con una sonrisa picara
- No lo dudo, pequeña mirona- diciendo eso pegó sus labios contra los míos- extrañaba tus labios- susurro con su frente pegada a la mía.
- Yo te extrañaba a ti.
- Así que, ya volvieron a ser unos tortolos asquerosamente románticos.- comentó Ian entrando a la cocina.
- Hazme el favor y cállate, Ian- el corredor lo fulmino con la mirada y yo solo reí.
- Tiara, son las 6:30; creo que ya es hora que te lleve a tu casa.- sugirió el castaño.
- Sí, creo que sí.- dije y volví a besar a Alex- Nos vemos.
- ¿No volverás después de clases?
- No, no puedo. Tengo algunas entregas y mañana tengo una exposición oral. Vendré mañana en la noche.- era casi octubre y las profesoras estaban evaluando las notas finales y quería terminar bien la escuela.
- Está bien, termina bien la escuela. Es lo que tienes que hacer.- ordenó- Mañana hablaremos sobre tu ingreso a la facultad, tienes que anotarte.
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PROMETO
RomanceTodos cometemos errores; en mayor y menor escala ¿ El mio? Enamorame. De sus ojos, de su misterio, de tratar de ver que había más allá de sus incognitas, de tratar de leer entre lineas lo que me decia, de querer saber más de lo que debía saber... T...