Damaris Hurtado Pérez: Entrevista a los directores de «el canto de la selva»

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Una de las revelaciones de Un Certain Regard 2018 llega a las salas españolas. Una gran oportunidad para que el público de nuestro país conozca el cine de João Salaviza, uno de los puntales de la Nueva Ola portuguesa. Salaviza, junto Renée Nader Messora, dirige «El canto de la selva», un trabajo fílmico-antropológico que aúna ficción y leyenda. Aprovechando su periplo europeo para presentar el largometraje, hablamos con ellos en Madrid».



Entrevista a João Salaviza y Renée Nader Messora, directores de «El canto de la selva»

Texto de Ignacio Navarro | Madrid.


Felicidades, para empezar, por la película, se nota que está hecha con tiempo y cariño. ¿Cuánto tardasteis en rodarla?


- (Joao) 9 meses.
- (Renee) Íbamos a filmar un año, yo creo que fuimos muy rápido, porque no teníamos equipo técnico y para nosotros lo importante era estar ahí en la comunidad y participando también de las cosas que pasaban ahí: que la película no fuera un acontecimiento muy chocante con la rutina.

Claro, con un equipo pequeño para no perturbar mucho el ambiente y las costumbres... ¿Érais los dos y...?

- (Joao) También un amigo que es antropólogo haciendo el sonido, y un indígena Krahô que era el mejor amigo de Ihjãc...Y en 16 mm. Así que filmábamos, lo enviábamos a São Paulo al laboratorio y esperábamos para visionarlo.

De acuerdo. Entonces el proceso fue llegar ahí y aprovechar al máximo lo que ya estaba, imagino. Las casas, sus habitantes, todo es igual, ¿no? Sin cambios ni añadidos.

- (Renee) Nada. Igual cambiamos alguna cosa que no nos gustaba y lo movíamos de ahí, pero no demasiado.

Claro. Para el espectador occidental puede sorprender un poco porque nos imaginamos a los indígenas con otra vestimenta, y los de la película salen con nuestra ropa, con bañadores, porque los compran o se los traen de la ciudad cercana. ¿Cuánta distancia hay entre aquella y la aldea?

- (Joao) 30 kilómetros.

Vale. Me sorprendió en ese sentido el contraste de la película. Por un lado, está muy orientada a las costumbres específicas del sitio, que no se encuentran en otros lugares, pero, por otro lado, al mismo tiempo con esa ida y vuelta de la aldea a la ciudad, tiene un contraste con la vestimenta de la gente, la forma de hablar... ¿Desde el principio teníais la intención de mostrar ese contraste entre globalización y tradición? Con la globalización es cada vez más difícil que haya lugares cerrados al resto del mundo, al final la globalización lo absorbe todo. Entonces incluso en un sitio así, con gente que habla otro idioma, que están acostumbrados a vivir de otra forma, siempre acaba habiendo una influencia de fuera.

- (Renee) Yo creo que tocas un punto muy importante, porque la globalización es verdad que nos atraviesa a todos, y es muy difícil encontrar un pueblo que no esté siendo atravesado por esta fuerza. Pero a la vez es increíble ver que los pueblos tratan de agarrar partes de esta globalización y transformarlas en otra cosa. Y es muy bonito reconocer cuando esta otra cosa permite profundizar más en la identidad cultural de uno mismo. No sé si me explico.

Sí, aprovechan elementos de fuera, de la globalización, para reforzar su propia identidad.

- (Renee). Sí. Y para los indígenas siempre fue así porque cuando los occidentales, los conquistadores, los genocidas, llevaron el hierro, lo que en occidente servía para generar una ganancia, para los indígenas servía para ganar tiempo, porque en menos tiempo podían hacer lo mismo. No tanto aumentar la producción sino trabajar menos para hacer sus fiestas, charlar, sus corridas de toros, mantener vivas sus tradiciones. Desde siempre fue así.
- (Joao) Se trata de la producción de un elemento extranjero que es apropiado, transformado en algo que favorece la cultura, la identidad.

Siempre hay una retroalimentación, es verdad que la diferenciación absoluta no es posible. Hay una escena de hecho que me gustó mucho en la película, cuando están la mujer protagonista y una mujer mayor hablando dentro de una casa, del esmalte de las uñas... Aunque la película es austera, en este plano se escucha el ruido de fuera, la hoguera, el viento... También habría entonces un contraste entre la austeridad y la cotidianeidad, y la búsqueda de una trascendencia mayor, la parte espiritual, teniendo en cuenta la historia del protagonista que se convierte en chamán. Se nota especialmente en algunos planos, en los que reforzáis, a nivel sonoro o a nivel de la composición, elementos de la naturaleza: viento, lluvia, fuego. Así en la escena mencionada, o en otra con un reflejo suyo en el agua, junto al reflejo de un pájaro, con su cantar... ¿Entonces buscabais además ese contraste entre lo cotidiano y lo trascendente?

- (Joao) Sí, creo que la idea también, por la intimidad que tenemos con ellos, era hacer una película que no es solamente una mirada analítica desde fuera hacia un pueblo o una cultura distinta. Era importante, creemos que el cine tiene esa posibilidad de hacer también un intento de traducción, de una mirada distinta. Se trata de acercar la cámara, no a nuestra mirada sino a la mirada de los otros. A veces hay que esforzarse en hacer una escucha sensible, llevar una mirada sensible, de estos elementos de la naturaleza, que para nosotros son muy codificados. Miramos la floresta y para nosotros es como una mancha verde, homogénea, imposible de entender. Un indígena mira un paisaje y ve un montón de cosas. Ellos dicen que la floresta es como la farmacia y el supermercado: ahí están los alimentos, los remedios, etc.
- (Renee) La cantidad de tonos de verde que ellos tienen, por ejemplo, es inmensamente mayor que la nuestra. Nosotros distinguimos el verde claro y el verde oscuro. Ellos en cambio tienen 20 o 30 palabras.
- (Joao) Y la escena del pájaro que comentabas es muy interesante porque nosotros trabajamos mucho con estos sonidos. Hay casi un rodaje paralelo, sin la cámara, con el micrófono, para salir solo por la noche, en el bosque, para buscar un sonido específico de un pájaro, de un sapo... Y al final cuando terminamos la película con todo incorporado hay un pájaro que está siempre ahí, que no recordarás porque no lo conoces...

Damaris Hurtado Pérez: ArteWhere stories live. Discover now