Llegada a la realidad.

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SILVIA

Han sido unos días de ensueño junto a un hombre diferente al que conocí en Nueva York, hemos llegado de noche y nadie que nos aborde, eso lo agradezco por que estamos muy cansados de tantos paparazzi, de cualquier lado salían para hacernos fotos. Will descansa en el asiento del coche y mi Ángela subida encima mía, le encanta estar a mi lado por que dice que huele bonito.

- Will, ya llegamos. Despierta.
- Quédate esta noche y todas las noches.
- Debo de llegar a casa, mañana me quedo.

Abre los ojos, esos profundos ojos azules y suplicando casi.
- Quédate, desde que estoy contigo duermo mejor.
- Eso es chantaje emocional, no me hagas eso. No me mires de esa manera, sabes que no puedo resistir esa mirada.
- Te amo, preciosa.

Frank coge las cosas del maletero y las mete dentro del ascensor. Un chico rubio de uniforme negro le ayuda. Siento a Ángela en la silla de ruedas y nos dirigimos hasta el ascensor. Una voz detrás nuestro nos hace parar. Conozco esa voz y creo que no podremos estar a gusto en esta ciudad.

-  Ohh, que escena más tierna, me estáis emocionando.

- Déjate de sarcasmos y lárgate de aquí.
Will le responde antes de que yo pueda hacerlo.

- Silvia, llévate a Ángela para arriba, debo de hablar con Erick.

- Si, si. Vete que tu amo te lo ha dicho. Meretriz.

- Silvia, vete por favor.
Salgo con mi niña a regañadientes, porque me gustaría partirle la cara a ese cretino. Cuando subo le digo a Frank que baje inmediatamente, que Will puede tener problemas con un cretino.
Este baja con el rubio corriendo los dos.

WILLIAM

- No se que es lo que has venido a hacer aquí, quizás quieres que te den una paliza, ¿Verdad?.

- ¿Ya te has follado a la que era mi mujer?.

Me lanzo contra el y de un puñetazo en plena nariz lo tiro al suelo, cae boca abajo y cuando se da la vuelta, su nariz sangra. Pasa su mano por debajo y ve su mano ensangrentada. Se levanta y de su bolsillo saca una navaja, pero antes de que llegue hasta a mí un enorme brazo le sujeta la mano.

- Vaya, como siempre estas protegido con tus gorilas, niño mimado.

- Frank, suelta a este individuo. Le diré lo mimado que estoy.

- Señor, pero está armado.

- ¿Crees que tengo miedo de este tipo?.

Frank, suelta a Erick y éste hace un ademán de querer clavarlo. Se dirige a mí y con un sólo pie le quito la navaja, le cojo de un brazo y se lo retuerzo hasta que empieza a quejarse de dolor.

- Vale, vale, por favor no me hagas daño. Haré lo que tú quieras que haga.

- Dime, ¿Quién te pagó para hacerle daño a Silvia?.

- No se de que me estás hablando.

Le retuerzo un poco más y casi estoy a punto de partir su brazo, cuando lo escucho balbucear

- Su madre.

- Vete de aquí, eres una escoria. Querer hacerle daño a la madre de tu hija, a la que aguantó tanto machismo, te has vendido por dinero. Tu sí que eres un puto cabrón, capaz de dejar a su hija huérfana por dinero.

-¿Qué?, ¿Que has hecho que?.

Silvia aparece detrás de mí y ha escuchado todo. Se va delante del tipo este, con lágrimas en los ojos le propina una cachetada detrás de otra, cuando éste levanta la mano para detenerla agarro de la cintura a mí mujer y me interpongo entre los dos. Ella forcejea para ir otra vez para el, pero al tener más fuerza que ella impide que lo mate delante mía. Al rato llega la policía y se lo llevan esposado después de testificar lo que ha sucedido.
Llevo a Silvia para mí casa y la meto en la ducha, esta noche no habrá nada, sólo estaremos juntos los dos. Le daré todo mi cariño y mañana iré a ver a mi madre para decirle que no se meta en mi vida.

Inalcanzable Y BelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora