Días De Ensueño

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SILVIA

Nunca en mi vida he vivido algo así, me digo a mi misma, mientras me doy una ducha en un baño que no le falta nada, Will está hablando con su primo, el que se ha quedado en Nueva York
Mientras me voy dando jabón con la esponja unas manos me sujetan la cintura, y me dan un rico masaje hacía la espalda.

- Dame la esponja, te frotaré por la espalda.

Sonrío con tan solo la forma de susurrar en mi oído, le doy la esponja y empieza a dar desde la parte baja de mí espalda hacía arriba dándole en círculos y muy suave. Mi punto débil es allí mismo y cada vez que llega al cuello gimo de gusto. Abre el agua y me empieza a echar por el cuello y a su vez me da unos besos en los que yo no puedo resistir y con mis manos llegar a su cintura y acercarlo más a mí. Su lengua da ricas pasadas por el hombro y un dulce bocado, yo me enciendo y dándome la vuelta para poder agacharlo por el cuello y propinarle una serie de besos, mientras mis manos le Dan un rico masaje de arriba a abajo de su espalda. El gime cuando llego a la parte baja de su espalda y lo acerco más y más. Me acerca al azulejo frente a él y entonces sé que ya me tiene a su merced, miro sus ojos azules embriagados de lujuria y encanto y me hace suya una vez más. Estoy en un sueño y aún no me despierto. Nunca en mi vida pude imaginar tanta pasión y emoción.

Salimos del baño y puedo recrearme en su belleza, es un placer poder vivir lo que estoy percibiendo en mi corazón, si me dicen que iba a estar en Miami con el hombre más maravilloso del universo, no lo hubiera creído.

- Silvia, ¿Que tanto piensas?

- En qué no quiero despertar de este maravilloso sueño.

Se acerca hasta mí, sube mi mentón hasta que sus ojos contactan con los míos. Me miran con dulzura.

- Creo que tu sueño y el mío se han conectado y no pienso en desconectarlo.

Sus labios tocan mi frente y sus brazos me abrazan con mucha delicadeza. Parece que estuviera abrazada a un ángel. Su móvil suena en el salón y no parece que tenga muchas ganas de cogerlo.

- ¿No lo coges?.

- No. No quiero escuchar a nadie en este momento. Estoy muy a gusto abrazando a la mujer más encantadora del mundo.

- Es un alago de tu parte, pero puede ser importante.

- Que lo solucione mi primo, que yo no descanso desde hace tiempo. ¿ Te parece si mañana nos vamos a Italia?
- Me parece que no dejo de soñar y me caeré en cualquier momento de la cama.

- ¿Nunca has viajado?

- No soy una mujer empresaria, vivo al día de todo. Por eso no quiero que te creas que me estoy aprovechando de tu estatus para vivir mejor. Cuando lleguemos a Nueva York, trabajaré y me volveré a mi casa con mi Ángela.

- Eres una mujer muy grande, tienes un gran corazón y cuando vuelvas conmigo, serás mi mujer.

Me quedo de una pieza cuando dijo que sería su mujer.

- No juegues conmigo, ya me prometieron un amor eterno antes y ahora mírame.

Se me queda mirando

- Soy un hombre de palabra y si tengo que firmar ahora mismo un acuerdo con el que no me arrepiento de estar contigo para toda la vida, dámelo y lo firmaré.

Sonrío y lo vuelvo a abrazar, me subo con las piernas en su cintura y le doy un cálido beso en sus carnosos labios, a lo que el responde abriendo su boca y recibiendo mis beso con el suyo.

WILLIAM

Dejo a Silvia recostada en la cama y dormida. Su pasión por mí me ha dejado en un profundo mar de sentimientos. Ella hace que salga todo lo bueno que tengo en mi interior. Ella me ve como alguien poderoso inalcanzable y un sueño. Pero es al revés, el sueño de todo hombre es tener a una mujer como ella. Es tan bella por dentro que su aspecto físico para mí, pasa a un segundo nivel. A mi me ha enamorado su interior, su fortaleza. Es una mujer testaruda, pero también con los pies en la tierra. Fantasiosa y enamoradiza pero es la mujer en la que puedes confiar tu vida.

Llamo a mi primo y como se era de esperar, problemas. Pero yo no pienso en volver ahora para allá.

- Albert, ¿Que pasó, porque tanta llamada?.

- Primo, no sabes la que se ha formado hoy aquí.

- Cuenta.

- Un tipo con cara de pocos amigos llegó a la empresa y quería hablar con la dueña, osea tu madre.

-¿Quién era y que quería?

- Decía que era el esposo de la amante del dueño.

- Erick, menuda pieza.

-  Tu madre estaba aquí y decidió hablar con el tipo. Cuando salió del despacho de tu madre ya no se escucharon más voces. Pero los cuchicheos andan por aquí como la pólvora.

- ¿Hablaste con mí madre?.
- No me dejó entrar, por cierto está averiguando donde estás.

- Pues que me busque.

-Primo, andate con ojo, creo que tiene un topo y puede que lo sepa pronto.

- Albert, me da igual que mi madre sepa donde estoy, pero no me gusta que haga migas con el ex de Silvia.

- Primo, cuidate mucho y espero que estés haciendo algo bueno. Por que tu madre está que trina.

- ¡No me importa nada lo que ella piense!

Unas manos en mi espalda, siento el impulso de coger esa mano y tirarla, pero Huelo su perfume y mi cuerpo se calma. Unos ojos tiernos en esta oscuridad parecen verdes y con alguna que otra lágrima.

- Will, ¿Estás ahí?.
- Si, aquí estoy.
Mi voz ha cambiado de tono y mi primo lo nota.

- Me has asustado, ¿Seguro que estás bien?.

- Albert, mañana hablamos.

Silvia, está asustada y creo que se ha enterado de algo de la conversación. Intenta salir del salón hacía la habitación, pero antes de que atraviese el salón.

- Silvia, se que has escuchado algo de mi conversación. Déjame y te lo diré todo.

- Creo que te estoy causando muchos problemas con tu madre. Lo mejor que puedo hacer es que mañana vuelva a casa.

Me acerco hasta llegar a tocar mi pecho con su espalda, la rodeo por la cintura, y ahí está otra vez su olor, ese perfume a moras que me enloquece y la beso suave en cuello, ese beso hace que se encoja y se dé la vuelta para poder ver sus ojos llenos de lágrimas. Con mis pulgares le quito sus lágrimas de las mejillas


- Tu eres la mujer que me ha enseñado a amar, contigo estoy aprendiendo mucho a valorar la vida y quiero seguir siendo tu aprendiz para poder llenar mi corazón con tus más bellos sentimientos. Tu le estas dando mucho sentido a mí vida y no pienso de dejar a un lado lo que he aprendido de ti. No ha sido una casualidad si no una causalidad. Tenía que conocerte para poder llenar este vacío que llevaba dentro.

Sus ojos se abren sorprendidos y me hace una pregunta.

- ¿Causalidad, por que?

- Tu y yo estábamos en el momento y el lugar para poder conocernos.

La puerta de la habitación se abre y se ve un hombre enorme con una hermosa niña rubia en brazos. Frank parece cansado pero no dice nada. Nos miramos el uno al otro y nos vamos en busca de esa mirada bella de la pequeña.

- Frank, creo que hay que buscarle una silla de ruedas para el tiempo que le queda con la escayola. No puedes llevarla de un lado a otro en brazos.

- Señor, llamaré al sitio idóneo para eso, pero no es ninguna molestia llevar a la pequeña Ángela en mis brazos, así hago algo de deporte.

Sonríe y la niña le abraza por su cuello y Le da un beso en la mejilla a Frank. Éste se queda sin palabras y extiendo los brazos para que pueda llevar a la pequeña rubia a su cama.

Inalcanzable Y BelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora