SILVIALlegamos a la casa y algo allí es diferente, hay mucho silencio, llaman al teléfono. En su mirada veo que hay problemas entonces el me pide que suba a la habitación y que cierre la puerta. Alguien ha entrado en el parking y han destrozado uno de los autos. Entro en la habitación, no sin antes ver que mi Ángela esté dormida. Duerme tranquila, cuando llego a mi habitación un olor inconfundible a alcohol me alerta de que alguien está allí, antes de que pueda gritar una mano me tapa la boca por detrás y un cuchillo pasando a pocos centímetros de mi cara me hacen presagiar que algo malo me va a ocurrir.
- No te muevas, dulce princesa. Serás mía y después mataré a tu galán.
Esa voz conocida en un susurro, no puede ser el mismo con el que me casé y tuve una hija.
- ¿Quieres un trago?, ahh disculpa no me acordaba que te estabas desintoxicando.¿ Tu galán sabe de tu vicio?.
Me quita la mano sabiendo que no gritaré. Lo sabe, el me conoce. Pero lo que no sabe es que estaba con el móvil en la mano y llamé a Will. En este momento debe estar subiendo y llamando a la policía.
- A ese que llamas galán es más hombre de lo que tú serás en toda tu miserable vida.
- Pues estará bien entretenido allí abajo con unos amigos míos.
- ¿En que te has convertido?, eres una basura de hombre. No mereces más de lo que tienes. Soledad.
Se viene hacía a mí con el cuchillo y me lo clava en el estómago,un dolor indescriptible, sale sangre y oigo ruidos. Voy cayendo al suelo y sólo puedo ver sus ojos antes de caer en un sueño.
WILLIAM
Mis pies no podían correr más, la veo caer frente a mí, con su vestido manchado de sangre y sus ojos cayendo despacio , puedo ver una sonrisa en sus labios antes de que perdiera la conciencia, y un leve susurro saliendo de su boca.
- Te amo.La cargo en mis brazos, corro hasta la calle donde Frank está ya esperando con las puertas abiertas. Mis ojos se emborronan con lágrimas. Casi no puedo ver, pero confío en Frank seguro llegamos pronto hasta el hospital. Ojalá hayamos llegado a tiempo y no pierda mucha sangre. Las mangas de la camisa las he roto para poder taponar la herida. No puedo perder a mí precioso ángel. La que me ha salvado la vida. Llegamos al hospital y la cojo de nuevo en brazos, grito cómo un energúmeno para que la atiendan pronto. Salen con una camilla unos celadores y pronto la internan dentro. Al ser una herida de arma blanca, debo dar parte a la policía.
Frank coge el bolso de Silvia y le entrega su documentación para internarse en el hospital. Y también para poder dárselo a la policía cuando lleguen.Las horas pasan sin saber nada, sentado en una silla de hospital, con mi rostro tapado por mis manos y los codos apoyados en mis piernas, rezo porque salve a Silvia. Ella es un ser inocente entre tantas pirañas. Unos zapatos de tacón repican en él suelo del pasillo cada vez más cerca.
- William, hijo mío menos mal que estás bien.
- ¿Que haces aquí, madre?.
- ¿Así recibes a tu madre?.
- ¿Como te has enterado, madre?
- Fui para hablar contigo a tu casa y uno de tus hombrecillos me dijo. ¿Está bien la señorita.....?
- Madre, será mejor que te vayas. No tengo ánimos para escuchar tus impertinencias.
- Me quedo aquí y te hago compañía, ¿Eso de la camisa es sangre?. ¿De verdad estás bien?.
- Madre, vete ya.
Cojo el móvil y mando un mensaje a Frank para que entre, se queda de guardia por si acaso lo necesito. En segundos está frente a mí.
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Inalcanzable Y Bello
RomanceWilliam Tarner, moreno de ojos azules, metro ochenta y cinco de estatura, modelo y empresario de una gran multinacional de moda en Nueva York. Hijo único y muy engreído, utiliza a las modelos como si fueran pañuelos de papel. A sus 34 años tiene tod...