¿Cuántas historias similares a la de Joaquín existían en el mundo? Para contarlas no alcanzarían ni los dedos de ambas manos porque deben ser muchísimas.
Sus padres lo rechazaron cuando se enteraron acerca de su sexualidad porque ellos tenían muy en claro que ser gay estaba mal. La familia Bondoni se rehusaba a tener un hijo que no cumpliera con las normas básicas de la vida para vivir excelente y sin pecados. Es por eso que Joaquín a la temprana edad de dieciocho años, decidió que buscar su independencia sería lo mejor, todo esto porque no podía cambiar lo que era para hacer feliz a los demás, ni siquiera tratándose de su propia familia. Él simplemente no quería fingir ser alguien que no era con tal de ver a los demás felices mientras él estaba destruído por dentro.
Joaquín tomó la desición precipitadamente, era cierto, pero no podía simplemente negarse a ser quien él quería ser.
Un chico libre.
Un chico que no se avergüenza de lo que siente, mucho menos de lo que es.
Emilio era el nombre de su mejor amigo. Él sabía el no-tan-secreto secreto del menor desde aproximadamente un mes antes de que este se lo dijera a sus padres. Por esta razón, el rizado le brindó todo su apoyo y comprensión desde el día uno. Incluso le propuso irse a vivir solos ya que no permitiría por nada del mundo que Joaquín pasara por toda aquella situación tan complicada él sólo. Para eso estaba él ahí, cumpliendo el rol del mejor amigo que todos desearían tener.
Y sí, fue exactamente lo que ambos hicieron.
Emilio y Joaquín se mudaron a un apartamento que podían pagar cómodamente con el trabajo que tenía el menor en una cafetería cercana al lugar. Si bien la familia del rizado podían costearle absolutamente todo, para Joaquín era mucho más complicado. Sin embargo, supieron resolverlo a la perfección ya que para eso estaban los mejores amigos.
Ambos muchachos tenían muy en claro que a partir de ahí se les acercaba la universidad. Por lo tanto, Joaquín debía comenzar a ahorrar aún más para poder pagar todos su libros y demás cosas que seguramente no saldrían nada baratas.
Su sueño era poder estudiar idiomas porque sentía que era bueno en ello, realmente bueno en ello. Le encantaba conocer acerca de las culturas de los diferentes países, pero sobre todo poder comprender la historia a partir de hablantes nativos, personas que habían vivido esa historia y habían visto infinidades de hechos fantásticos con sus propios ojos. Sin duda no sería fácil, pero estaba completamente dispuesto a dar todo de sí para demostrarse que en verdad él podía lograrlo.
Él en verdad quería lograrlo.
Emilio estaría ahí para su mejor amigo siempre que él lo necesitara, como siempre lo había hecho. No había duda de ello ya que la amistad de ambos inició cuando ellos apenas eran unos bebés lo bastante pequeños comos para siquiera tener idea de lo que ocurría a sus alrededores. Ambos solían jugar juntos, iban a la escuela juntos e incluso hacían pijamadas en las que dormían juntos. Su amistad era perfecta, claro, hasta que el desequilibrio llegó cuando Emilio tuvo que irse a estudiar a la universidad por ser mayor. Tristemente para el pequeño Joaquín, fueron momentos realmente difíciles en esas instancias de su corta vida.
El rizado era un año mayor, por lo tanto, inició sus estudios universitarios mucho antes que Joaquín. En ese transcurso pudo darse cuenta que en realidad ellos no podían separarse por tanto tiempo ya que se extrañaban demasiado. Después de pasar tanto tiempo juntos era de esperarse que el par comenzaran a extrañarse en demasía. Se hacían mucha falta el uno al otro.
Para el menor no fue nada fácil ya que si descubrió su sexualidad fue gracias a su mejor amigo. Joaquín comenzó a sentirse atraído por Emilio desde que en una ocasión ambos perdieron una apuesta y tuvieron que darse un corto besito de menos de dos segundos gracias a unos de esos típicos jueguitos de ronda en una fiesta a la que invitaron a Emilio por ser el chico popular. Además de aquel acontecimiento, él nunca se había sentido tan mal cuando sus demás amigos tenían una nueva relación, pero con Emilio ese recurrente dolor en el pecho estaba presente la mayoría del tiempo ya que el mayor era un experto en tener relaciones espontáneas y numerosas. Era todo una galán y lo sabía. A las chicas les encantaba.
Pasaron alrededor de diez años desde que ese incidente ocurrió, por lo tanto, Joaquín llevaba enamorado de su mejor amigo durante todo ese periodo de tiempo.
Bastante difícil hasta de asimilar.
Era algo que él simplemente no podía evitar, pero vaya que sí lo necesitaba. Necesitaba con todas sus fuerzas empezar a verlo como lo que siempre había sido.
Su mejor amigo.
Emilio era una persona increíble, tenía un inmenso corazón, su actitud jocosa y adorable no podían dejar de molestar al corazón frágil del pequeño.
Pero, ¿qué podía hacer este al respecto?
A veces deseaba con toda su alma que su corazón dejara de latir por él, en verdad lo deseaba.
Ni siquiera tuvo en cuenta sus sentimientos cuando fue a vivir con él a ese bonito apartamento. Lo único que él quería era estar lo más cerca posible de su persona favorita. Eso era todo lo que quería. Después de casi un poco más de un año iba a tener la oportunidad de volverlo a ver en vivo y en directo.
¿Qué más podía pedirle a la vida?
Exacto nada.
Pero eso sí, hubiera deseado tener en cuenta que Emilio no estaría solo. Claro, tuvo que haber supuesto que su mejor amigo tenía a alguien con él ahí. Alguien con quién pasarsela bien y compartir cosas.
¿Por qué esa idea no lo dejaba en paz?
Era obvio que algo así sucedería.
Él era el mejor amigo que no había visto hace mucho tiempo y ahora tenían la oportunidad de convivir juntos. Solo eso.
Mejores amigos que cumplen sus sueños de vivir juntos y conquistar muchas chicas, ¿no?
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Those straight people with cliché vibes.
FanficJoaquín y Emilio son mejores amigos. Esta historia es lo más cliché que encontrarán en internet.