Those straight people with cliché vibes.

Epilogue

Habían pasado cuatro años desde que Emilio y Joaquín se hicieron novios. No fue algo tan romántico como en un principio el rizado lo había planeado, pero al final de todo obtuvo el resultado que esperó por tanto tiempo.

Pasaron cuatro años en los que sólo los podían describir como felicidad pura y real. Ambos corazones parecían haber sido hechos el uno para el otro, igual de perfectos y extremandamente enamorados. Sí, en todo aquel tiempo tuvieron sus altibajos, pero nunca se ridieron si de superarlos se trataba porque eso era lo único que les importaba al final del día, estar juntos. Además, habían pasado por todas las etapas que una pareja tiene que pasar para saber que realmente desean pasar el resto de sus vidas juntos.

Emilio era la persona más feliz del planeta. El rizado se graduó con honores de la carrera de Comunicación Audiovisual y ahora trabajaba como productor en una empresa importante con proyectos realmente conocidos por su alta calidad. Era increíble como en tan poco tiempo logró lo que siempre soñó; ser profesional, tener un trabajo maravilloso, pero sobre todo tener al amor de su vida con él.

¿Qué más podría pedir?

Se sentía un hombre completo.

Por otro lado estaba Joaquín, quien a un año de graduarse de la univerisdad ya tenía un trabajo estable justamente como lo soñó. Trabajaba en una editorial muy famosa vía internet. Él se encargaba de corregir errores en libros de diferentes idiomas que estaban a punto ser publicados y también escribía reseñas sobre libros bastante famosos en su blog personal a todo el mundo de vez en cuando.

La cafetería quedó de lado cuando inició su nuevo trabajo, sin embargo, se quedó con lo más importante de ella que era la bonita amistad que formó con Alejandra. Ahora la denominaba su mejor amiga, en realidad siempre lo fue porque en ningún momento dejaron de ser incondicionales el uno con el otro. La apreciaba con toda su alma.

Emilio y Joaquín eran la pareja más perfectamente exitosa luego de haber luchado tanto para estar juntos. En un principio todo fue tan difícil para el pequeño, era casi imposible para él imaginarse una vida con en el que denominaba un amor inalcanzable, pero ahí estaba, cumpliendo uno de sus sueños. En momentos parecía que debía darse por vencido con aquel enamoramiento, y en algún punto sí lo hizo, pero gracias al rizado fue que todo cambió absolutamente. Gracias a ese chico de rizos esponjosos y bonitos que siempre lo tuvo justo donde él deseaba.

La familia de Emilio estuvo más que feliz cuando se enteraron acerca de la nueva relación. Incluso ambos recuerdan perfectamente cuando Niurka casi los levantó con sus propios brazos de un solo intento gracias a la inmensa felicidad que sentía. Ella lloró durante unos largos minutos y luego golpeó a Emilio en la espalda repetidas veces por haberse tardado tanto. Por otro lado estaba su hermano mayor, quien a través de una videollamada felicitó a los chicos por la buena noticia. Niurka nunca dejó de enforcarlos porque decía que se veían demasiado hermosos juntos. Romina, la hermana de Emilio, reía por las ocurrencias de su madre, en verdad estaba muy emocionada porque el bebé de la casa por fin sentara cabeza. Todos en la familia Marcos lo supieron desde siempre, era claramente notorio cómo Emilio cuidaba de Joaquín con su vida desde que estos se conocieron. Siempre fueron inseparables y eso todos podían notarlo. Era sólo cuestión de tiempo para que los dos muchachos se enteraran de que eran almas gemelas. Porque eso eran, defnitivamente destinados.

La familia de Joaquín ni siquiera estaba enterada de la vida del menor, y tampoco parecía interesarles mucho. Eso lo entristecía un tanto porque pensó que serían las primeras personas con las que contaría luego de confesar su secreto, sin embargo, solo se atrevieron a darle la espalda. Joaquín intentó hablar con su madre, pero esta nunca contestó. Lo intentó también con su hermana, pero en ningún momento quiso responderle a las miles de llamadas que realizaba diariamente. Con su padre era un asunto aún más complicado, aunque también lo intentó sin obtener respuestas. Él lo hubiese seguido intentando si no fuera por Niurka, quien al verlo llorar durante tanto tiempo por no poder comunicarse con su familia, le prohibió totalmente que volviera a lastimarse de esa manera. Ella estuvo tres horas seguidas limpiando sus lágrimas y ofreciéndole pañuelos cada que lo necesitaba mientras le decía que ahora ellos eran su familia. Niurka odiaba ver a Joaquín llorar por personas que no lo merecían. Ellos decidieron darle la espalda a un ser humano maravilloso, que ahora para ella, se convirtió en un hijo más. Eso le llenaba el corazón de alegría, porque sabía que el pequeño era un completo ángel.