Me deslizaba por cada curva de tu cuerpo,
pero quise aferrarme a tu cintura
y descubrir lo que esconde tu figura,
quise contar cada lunar que te adornaba,
poder tocar y conocer todo lo que admiraba.
Y quise gritar a los cuatro vientos
que había llegado al borde de la locura,
y gemí un grito ahogado de dolor:
me caí desde lo más alto de la mentira,
me engañó cada bonita palabra,
por una sobredosis de dulces besos
que emborrachaban y enganchaban.
Quise prenderme a tu adictivo amor,
y ahora no puedo desprenderme de ti.
ESTÁS LEYENDO
Museo de nuestras almas
PoesíaSi te quedas a mi lado no quiero que seamos espectadores en una vida de bajo coste, quiero ser el protagonista de todas tus revoluciones.