Cap.I: Daniel.

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-. Renuncio-.

-. Que fregados dices?-. Pregunto Elena.

-. Lo que oíste abue.. renuncio-.

El silencio se apoderó de la situación, solo su padre y sus amigas estaban al tanto de todo el mal rollo con Herrera.. nombrarlo en su mente dolia... Pensarlo dolía.. pero ya no lo soportaba, Poncho se había tomado las vacaciones y era el momento justo para que ella pueda irse tranquila.. solo su abuela debía de aceptar su estúpida renuncia para poder irse de una buena vez.

-. Siempre tendrás aquí tu lugar, si esto es lo que deseas, te deseo lo mejor y daré las mejores referencias profesionales de ti, no porque seas mi nieta, sino porque te lo has ganado-.

Annie sonrió y se fundió en un abrazo con su abuela, sabía que esas cosas realmente las sentía, pero de no ser una despedida jamás las pronunciaría..

Había pasado ya tres meses desde ese momento, tres meses en los que no había hablado con Poncho, a pesar de que se presentaba a diario en su casa y llamaba incesantemente.. simplemente su corazón y su ego herido no la dejaba continuar, ni siquiera oírlo.. 
Un fuerte dolor la saco de esos pensamientos, un líquido corrió por sus piernas.. era hora.. como pudo intento terminar su bolso..

-. Gemma, hija-. La niña apareció en la habitación algo asustada.

-. Que te ocurre mami?-. Frunció su seño preocupada.

-. Tu hermano ya viene, llama a tu abuelo-.

La niña corrió hacia el teléfono y tecleo el número de su abuelo, quien al atenderla le pidió que deje abierta la puerta, llegaría en menos de lo que canta un gallo.

-. Hija, anda, vamos-. Dijo apenas la vio.

-. Pa, no se qué hacer... No quiero verlo-

-. Yo me encargo de eso, descuida-.

La intento tranquilizar en vano, pues tenían un hijo en común y era obvio que debían de verse en algún momento.. además era el padre, tenía obligaciones, pero también derechos...

Al llegar al hospital la ingresaron a la sala de parto, allí lucho cómo una leona para tener a su hijo, un llanto inundó el lugar, apenas a las 09:00 horas ese ser abría sus ojos al mundo..  Andrés tomo aire y tecleo el teléfono.

-. Bueno?, Annie? Annie déjame explicarte por favor-.

-. Soy Andrés Poncho, llamo para decirte que acaba de nacer tu hijo, Annie no quiere verte, lo lamento-.

Un suspiro se oyó del otro lado. Las horas habían pasado, Annie aún dormía, un hermoso tarareo se oía por toda la habitación, sus ojos poco a poco se abrieron, para encontrarse con la imagen más tierna sacudiendo su mente y su lastimado corazón

-. Que haces aquí?-. Intento sonar fuerte.

-. Vine a conocer al niño, tu descansa-.

Susurro mientras mesia al niño entre una de sus manos y con la otra abrazaba a una dormida Gemma. El mediodía llegó y el horario de visitas había terminado con la mente y la paciencia de Annie, el simplemente había permanecido allí con su hijo, y aunque recibió llamadas de su familia les pidió que no vengan, que en cuanto tengamos el alta lo presentaríamos.. como explicarle? Pensó por décima vez Annie.

-. Güera.. me voy, pero en cuanto te den el alta me avisas y vendre por ustedes-.

-. No es necesario-. Mascullo.-. mi padre lo hará, descuida.-.

-. Quiero hacerlo yo-.

-. Pero yo no quiero! Acaso no te has enterado que ya no somos nada?!-. Casi grito.

-. Tranquila, si tú no quieres esta bien, pero al menos déjame explicarte, luego decides-. Annie lo miró invitándolo a hablar "terminemos con esto" pensó.-. Okey, mira se lo que viste y no lo negare.. pero esa noche yo estaba mal por lo sucedido, tome el whisky que mi padre tiene allí, para ocasiones especiales y pues.. no recuerdo más, pero es imposible que haya echo algo.. Annie estaba ebrio, es imposible.. esto es horrible lo sé, pero entiende que no ha pasado nada, es parte de una trampa-. Suspiro-. De todas maneras, mi familia la envío a un psicólogo y a un internado fuera del país en lo que hace los papeles para ya no tenerla a cargo, no la puedo si quiera ver entiendes? Esa chava se va de nuevo a Argentina.. y yo no quiero perderte-.

-. Ya?-. Poncho asintio-. Ahorita si puedes irte, ya escuché tus explicaciones, ya no me interesa nada más que nuestro hijo ya no hay un nosotros y te agradecería que dejes de buscar donde no hallarás nada-.

-. Pero Annie-.

-. Señor, el horario de visitas termino-. Dijo la enfermera entrando.

Poncho simplemente se fue aquel día, Annie se aferró a su pequeño y derramó un par de lágrimas, no se podía si quiera permitir caer, tenía dos criaturas por la cual luchar. 

Un mes más tarde..

-. Hija, por favor.. despierta-.

Annie volvía a rogarle a Gemma antes de que se le haga tarde,  una somnolienta Gemma desayunaba cuando el timbre se oyó por todo el lugar, Annie suspiro y se dirigió a atender.

-. Que hubo? Pásale!-.

-. Vengo por Gemma y a conocer al hermoso Daniel-.

-. Allí están!-.

-. Cuando comienzas tu?-.

-. Mañana me tengo que presentar pero al estar en licencia maternal trabajaré desde casa-. Explicó Annie.

Alicia paso tiempo con el bebé en lo que la niña terminaba de prepararse y luego de despedirse Annie suspiro, extrañaba tanto ir a trabajar, pero una sonrisa apareció, ella ya tenía el mejor trabajo, y era ser madre.

Por otro lado, Poncho ingresaba nuevamente al bufete, esperando que el nuevo caso sea presentado por Elena mentiría si dijera que ha la tomado notas.. eso lo hizo recriminar su actitud, pues debía de ponerse las pilas, para poder el día de mañana darle un hermoso futuro a su hijo, a Gemma y a Annie. 

-. Ella simplemente no quiere nada conmigo y solo es el niño lo que nos une y ya-. Suspiro-. Llevo cuatro meses intentado recuperarla, ya no se qué más hacer-.

-. No has pensado, en que ya es momento de dejarla ir hermano?-. Habló Ucker.

-. No, ni loco, no la quiero dejar ir, la quiero recuperar!-.

-. Poncho, no seas necio!-. Le llamo la atencion-. Tu mismo lo has dicho, Annie ya no te pela, lo único que los une es Daniel y ya-.

-. Pero yo no quiero a Daniel solo, yo quiero a Gemma y a Annie tambien-.

-. Y cómo vas con ella?-.

-. Me sigue ignorando... Innegable que sea hija de Annie verdad?-. Sonrió tristemente.

Llevaba cuatro meses en la triste rutina de ver a su hijo fin de semana por medio y debido a la edad era solo un par de horas, entendía el dolor de Annie, entendía su postura y todo el rollo de ella y sus amigos, pero jamás renunciaría, pues no descansaría hasta tenerla nuevamente en sus brazos.

Corazón Enjuiciado II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora