-. Ya te vas hija?-. Habló Mariana.
-. Si Mariana, les agradezco eternamente todo lo que han echo por mí, pero ya es hora de irme-.
-. Segura no olvidas nada?-.
-. Segura, esta es la última caja-.
Mariana beso la mejilla de Annie y sin más sonrió.
-. Te espero a cenar esta noche cariño, puede que ya no vivas aquí pero estas invitada, además, fíjate que vendrán los chavos-.
-. Okey, entonces vendre por la noche-. Sonrio-. Hasta luego-.
Sin más salió con la caja a cuestas, apenas le dejaba ver, el chico de la mudanza le ayudo. Mientras, Poncho y Gemma estaban en el depa terminando de acomodar los muebles nuevos que Poncho les había regalado, sabía que Annie se enfadaría, y que le quisiera devolver cada centavo, pero eso no lograba sacar su sonrisa de su rostro. Y aunque estaba triste de ya no tenerla en su casa, egoístamente pensaba que tenerlas aquí en el depa, les daba menor interrupción en las charlas que allí en la casa, por lo tanto, eso le daba más posibilidades de reconquistarla.
-. Cuando se lo diras-. Gemma alzó una ceja.
-. El que niña?-. Poncho ni la miró, sabía que si lo hacia sus gestos le darían risa, y ella se enojaría.
-. Que la amas, o es que ya no lo haces?-.
-. Obviamente que la amo Gemma, pero cuando rompes un corazón, debes de ser cuidadoso al juntar las partes.. y la neta es que aún no estoy seguro de que me perdone-.
-. Lo hará Papi, no seas bobo-.
Ambos rieron y terminaron de acomodar las cosas, se sobresaltaron al oír la puerta abrirse.
-. Que fregados?-.
-. Papi nos lo compro mami, me llevo a mi para que elija lo de mi pieza-.
-. Ve y acomoda allí, luego iré a verlo-. Susurro intentando calmarse, al irse la niña, explotó viendo a los hermosos verdes de Poncho-. Me tienes hasta el gorro güey!! Como fregados se te ocurre?-.
-. Annie, óyeme las amo vale? Haría lo que fuera por ustedes, déjame al menos ayudarlas-. Suspiro-. Estás empezando desde cero, y no es fácil vale?-.
-. Te devolveré...-.
-. Nada, no devolveras absolutamente nada entendido?-. Annie bajo la mirada-. Oye, acomoda tus cosas tranquila vale? Acomoda lo necesario y luego paso por ustedes-.
-. Se ir hacia tu casa-.
-. Pero me gusta pasar y llevarlas-.
-. Pero conozco el camino, se manejar-.
-. Pero no tienes carro recuerdas?-.
-. Mierda! Le pediré uno a papá-.
-. Ya Annie, déjame llevarte vale? Al menos hasta que llegue tu carro si?-.
-. Okey-. Dijo rendida.
Poncho por su parte sonrió abiertamente, se despidió diciendo que mañana luego del trabajo vve deja aquí a poner en funcionamiento el lavarropas, y sin más se fue.
Las horas pasaron rápidamente, y al caer la noche, Annie estaba apenas peinando a Gemma cuando el timbre se oyó.
-. Quien?-. Pregunto con miedo.
-. Poncho-. Abrió. -. Hola, que hermosas que están-. Ambas sonrieron-. Oigan, que creen? Mi madre ha comprado helado de postre!-.
-. No manches! Que chido!-. Grito la niña-. A mami también le gusta el helado papi-.
