-. Neta?! Pero.. tú eres tonta o que fregados tienes?!-.
-. Oye!-. Regaño Maite a Dulce-. No le digas así, Annie escucha cariño, que fregados ocurrió en esa pinche cabeza tuya para rechazar al hombre de tu vida?! Dime o te dejare más idiota de un golpe-.
-. Okey-. Suspiro Marlene-. Son muy gentiles y tienen un tacto increible-. Dulce y Maite sonrieron-. Pero Annie a que le tienes miedo?-.
-. Además de estas dos locas?-. Señaló a sus amigas que le hicieron un gesto gracioso-. No lo sé, la neta es que me muero pero como decirle lo del diario, estoy segura que se va a enojar entiendes?-.
-. Annie si es lo que te lleva a el de regreso, no se enojara creeme, no se enojara-.
El horario del almuerzo había terminado, y las chavas se despidieron de Marlene para regresar al bufete.
-. Annie, Annie-. La alcanzó Andrés-. El caso Figueroa es tuyo-.
-. Dame la carpeta entonces-. Se impacento.
-. La tienda Poncho, ve a su oficina-.
Sin más se despidieron, Annie suspiro antes de golpear la puerta.
-. Pase-. Annie entro-. Annie, que te trae por aqui-.
-. Me dijo Andrés que tenemos el caso Figueroa-.
-. Si, siéntate, lo acabo de recibir-.
Annie tomo asiento, y comenzaron a trabajar en aquel caso, donde debían de defender a una madre biológica que luchaba por su hijo que había Sido cambiado en el hospital.
-. Es una buena idea, tal vez ir por el lado de el ADN-. Rasco su cabeza, Annie suspiro.
-. Poncho, podriamos hablar?-.
-. Claro, dime-. Se acomodó.
-. Okey,ahí te va-. Suspiro, pero en ese momento la puerta se abrió
-. Elena-. Susurro.
-. Annie, necesito que vayas al hospital, tu abuelo ha Sido internado, yo iré dentro de un rato-. Lo miro a Poncho luego de que Annie saliera-. Okey ve-. Le hizo un gesto.
Y solo eso necesito Poncho para salir detrás de Annie, quien iba más que preocupada por su abuelo.
El viaje al hospital había Sido corto, tal vez demasiado, pero sin embargo se habían mantenido en completo silencio.
-. La habitación de Lucio Puente-. Pidió Annie.
-. La 235, segundo piso-.
Annie salió casi corriendo, Poncho por su lado intentaba mantenerle el paso, cruzaron varios pasillos hasta que se encontraron con Andrés.
-. Que le ocurrió?-.
-. Annie, espérate, aún no lo puedes ver-. Suspiro-. A tu abuelo le tomo una parálisis, ha quedado en sillas de ruedas, pero con rehabilitación tal vez tenga esperanzas de volver a caminar..-. La abrazo-. No llores, al menos está con vida no crees? Su cerebro y su corazón están de maravillas solo le quedará recuperarse-.
-. Cuando tendrá el alta?-.
-. No lo sé Poncho, aún no me han dicho nada de eso-.
-. Pero se sabe las causas?-.
-. El estrés-. Susurro.
Quien no estaría estresado con una mujer como Elena a su lado? Penso casi en voz alta Poncho,
-. Poncho, acompáñame por los papeles-. Susurro.
Annie quedo allí pensando en como fregados le diría la neta del diario de la pinche Fernanda si no tenían ni un minuto a solas, si los problemas no dejaban de venir, si ahorita mismo su cabecita estaba concentrada aquí en su abuelo. Al cabo de varios minutos, Poncho y Andrés aparecieron cada uno con un café y hablando sobre el caso Figueroa.. Annie dejó escapar un suspiro.
-. Me voy pa, aún debo de seguir trabajando y pues no tengo mucho tiempo pero me mantienes al tanto vale!?-.
-. Claro, vas al bufete?-. Annie vio la hora.
-. No, iré por Gemma-. Miró a Poncho-. Si quieres luego pasa por casa y hablamos-.
-. Claro, pero.. antes o después de la cena de Ucker y Dulce en su depa nuevo?-. Annie abrió los ojos con sorpresa.
-. Mierda! Lo había olvidado por completo, debo de irme, allá nos vemos verdad?-.
Annie salió corriendo, despidiéndose con un gesto, y chocandose a una señora en medio del pasillo, le pidió disculpas y corrió hacia la salida, sin darse cuenta que detrás un embobado y sonriente Poncho la veía divertido.
-. Han mejorado las cosas?-. Le susurró Andrés.
-. No, no lo sé, ahorita al menos no peleamos, pero sabes que yo no quiero solo llevarme bien-.
-. Lo sé, y verás que lo lograrás solo el tiempo dira-.
-. Señor Andrés Puente?-. Pregunto una enfermera. Andrés asintió en lo que Poncho se despedía.
Salió de allí directo a su depa, faltaban minutos para la cena, y en el ascensor se encontraron Dulce y Poncho, hablaron de cosas triviales hasta que al momento de entrar, Dulce lo vio a los ojos.
-. Hablaste con Annie-.
-. Creeme que lo intentamos pero siempre algo nos interrumpe-.
-. Pues la he traído yo, luego llévala tu y allí hablan no?-.
Poncho asintió, y la cena paso entre más que risas y muchas realmente muchísimas bromas.. eran felices, los chavos se miraban juntos a la espera de Diego, tanto Annie como Poncho quedaron conmovidos ante la noticia de que sería un varón, si tan solo Dani estuviera aquí, un deje de tristeza los invadió, pero Gemma se encargó con su inocencia de volver a hacerlos reír. El tiempo había pasado muy deprisa, Poncho cargaba a una dormida Gemma mientras Annie bajaba y abría la puerta del depa, habían echo el viaje en un nervioso silencio, pues ambos sabían que debían de hablar, que desde esta mañana había quedado esa charla pendiente.
-. Ya se ha quedado-. Dijo saliendo del cuarto de Gemma, Annie lo vio a los ojos.
-. Café?-. Oferto. Poncho recibió gustoso. -. Poncho, neta necesito que hablemos, pero entiende que tengo miedo a que te enojes vale?-.
-. Dilo tranquila, no me enojare-.
-. Leí el diario íntimo de Fernanda y-.
-. Como le hiciste para leerlo?-.
-. Cuando nos dieron el cuarto que era de ella, una noche encontré una pequeña libreta, creí que era de Gemma y lo abrí, pero resultó que era el diario de Fernanda y-.
-. Y lo leíste?-. Annie asintio-. Y que tiene que ver eso conmigo?-.
-. Todo güey! Fíjate que ella estaba obsecionada neta contigo, es algo enfermizo sabes? Pero a pesar de eso, decía que había rendido una trama para separarnos y abría funcionado, que ahorita eras de ella y todo el rollo, me mal viaje y pues, nada.. quería decirte que lamento no haberte creído, que debería de haberlo echo, que-
-. Espérate me crees? Tu me crees?-. Annie asintio-. Quieres volver a estar juntos? A ser una familia?-.
Annie volvió a asentir, y Poncho no perdió el tiempo, no solo la beso, sino que salvajemente le hizo el amor en aquel sillón, ambos se durmieron abrazados, habían anhelado el cuerpo del otro de una manera casi inhumana, pero de todas maneras el sueño pudo más, y entre los brazos uno del otro se entregaron al descanso.